Por: Amalia Pando |
Evo Morales y Luis Fernando Camacho, los dos extremos en este conflicto, son los claros perdedores. Ambos buscaron la confrontación violenta y se negaron a negociar.
EVO Y SUS HUESTES
Evo Morales quiso aplastar a Santa Cruz. “Los revolucionarios no negociamos con la derecha”, declaró. Sus huestes, el lumpen organizado, atacó con machetes, bates de béisbol y piedras en mano a la gente en las rotondas, en los puntos de bloqueo, en los edificios, en los pueblos aledaños, realizó autoatentados incendiando sus propias sedes sindicales, avasalló e incendió propiedades rurales, como la de la familia Kim. Y, finalmente, son los que atacaron el domicilio de Rómulo Calvo, el presidente del Comité Cívico pro Santa Cruz.
Los 25 “evistas” en la Cámara de Diputados, fueron los únicos que votaron en contra de la Ley del Censo que puso fin a 36 largos días de paro indefinido.
CAMACHO Y SUS RADICALES
Camacho, por su parte, dividió al Comité Interinstitucional con su aparente radicalismo de mantener el paro a toda costa. En su delirio y en circunstancias muy diferentes, pretendía repetir las jornadas de octubre de 2019 cuando el país entero se movilizó por una causa común: en contra del fraude electoral.
En cambio, la movilización protagonizada por Santa Cruz con la bandera del Censo 2023, beneficia principalmente a Santa Cruz, razón por la que en el resto del país hubo un mesurado apoyo a esa causa. Al final Santa Cruz quedó sola en el paro indefinido, en un callejón sin salida de no haber sido por la difícil negociación en el Legislativo que también fue minada por Camacho.
ARCE Y SU GOBIERNO SALIERON APALEADOS POR LA REALIDAD
Luis Arce Catacora, pupilo de Evo Morales, durante 30 días se negó a negociar y buscó aplastar el paro con el cerco a Santa Cruz, con acciones combinadas de hordas masistas y policías, el corte del suministro de carburantes y la suspensión de las exportaciones.
Arce se mostró como el dictador que es. Para él, dialogar y negociar es una muestra de debilidad. Para él la mejor forma de acabar con un conflicto es a palos y gases. Su mejor instrumento son los jueces, fiscales y policías que bajo la dirección de su ministro de Gobierno, plantan pruebas falsas, torturan y envían a Palmasola a quienes caen en sus redadas.
La gran dificultad para Comité Interinstitucional fue la inexistencia de una instancia de negociación. Ni siquiera tuvo esa oportunidad en la reunión técnica de Trinidad. Ambas partes tuvieron que apostar al todo o nada, mientras intercambiaban acusaciones mediante la prensa que también fue apaleada.
LA IMPENSABLE NEGOCIACIÓN EN EL PARLAMENTO
Cuando el paro en Santa Cruz, estaba aislado del resto del país y sin salida, surgió la propuesta esperanzadora de Tuto Quiroga, “Ley mata decreto”.
Así, el eje del conflicto se trasladó a mil kilómetros de las rotondas, en un nuevo campo de batalla completamente favorable al gobierno de Arce.
La aritmética política daba un solo resultado: con la mayoría aplastante de las dos fracciones del MAS, “arcistas y evistas”, no era probable aprobar la ley del Censo y ésto se veía claramente en los constantes cuartos intermedios en el debate de la Comisión de Constitución.
PEOR IMPOSIBLE
Por si fuera poco, la oposición estaba dividida. Creemos, de Camacho, en cuatro fracciones y cuatro proyectos de ley. Comunidad Ciudadana, sin división interna aparente, con su propio proyecto y sin ninguna coordinación con Creemos dónde no se sabe quien es quién.
LA DEBILIDAD Y FORTALEZA DEL PARO
Cada día que pasaba de los 36, debilitaba el paro, tan largo y agotador, tan agredido, tan sin salida por la inexistencia de una negociación con el gobierno. Y, sin embargo, esta debilidad era también su fortaleza.
El Cabildazo del 13 de noviembre fue la cresta de la ola. En los 10 siguientes días el paro se fue cuesta abajo.
LA FORTALEZA
Sin embargo, al interior del gobierno se tuvo que reconocer que no pudieron romper ni resquebrajar a los movilizados. Cuanto más se prolongaba el conflicto, menos funcionaba la economía. El motor productivo se estaba apagando mientras la reserva monetaria empieza a agotarse, caen las exportaciones del gas y sube el gasto de las subvenciones.
Por eso levantaron el cerco “campesino” y reanudaron parcialmente la venta de carburantes y las exportaciones.
No fue suficiente. De allí que Arce tuvo que aceptar, sin una abierta negociación, aprobar en diputados la Ley del Censo que obtuvo más de 2/3 de más votos.
Así el Legislativo recuperó por un momento su mayor virtud democrática, su condición de escenario del debate, dialogo, negociación y conversación.
La Ley no está aprobada. Falta superar la barrera más difícil, el Senado dirigido por Andrónico, el leal servidor de Evo Morales.
NO FUE UN TRIUNFO, FUE UN ¡TRIUNFAZO!
En una batalla política o bélica que termina, es la apreciación subjetiva la que determina si fue victoria o derrota.
Y que triste que Santa Cruz no salió a festejar su triunfo, por el contrario, la casa de Calvo, el máximo dirigente del paro, fue atacada, presumiblemente por “evistas” disfrazados de unionistas, pero muchos festejaron este ataque, y las redes se inundaron de insultos - azuzados por el “camachismo” - al Comité Interinstitucional por haber levantado el paro y vendido o regalado los 36 días de lucha.
Vistas las circunstancias de un paro regional, enfrentado a una férrea dictadura, haber conseguido un Ley en proceso de aprobación es un TRIUNFAZO. Y les doy cinco razones.
1) Hoy la dictadura de Arce es menos dictadura que antes del 22 de octubre, fecha del inicio del paro. Arce tuvo que aceptar una Ley por encima de su decreto. Tuvo que aceptar negociar en el parlamento. ¡No es poco!
2) Ah, pero el Censo no será el 23, como se pedía. ¡Traidores!, gritan los “camachistas”. Y otros alegan que no se cambió el padrón electoral y mil cosas más.
Obvio. Cuando se quiere resolver un conflicto, en algo hay que ceder. Salvo que se tenga la fuerza para imponer lo que se pide. No es este caso. Ni prolongando el paro por mes más se conseguía Censo 2023.
Al final de cuentas, lo único importante es cuándo se terminará el censo. Se consiguió recursos y redistribución de escaños para septiembre de 2024.
Y esto es un TRIUNFAZO. Se hizo retroceder a la Dictadura.
3) 36 días después, el MAS se dividió sin remedio. Es otra victoria del paro. En medio del conflicto, la grieta entre evitas y arcistas se fue ensanchando, y no repetimos la cantidad de acusaciones mutuas que se lanzaron, porque sería interminable. Hasta el momento de la votación en diputados por la Ley del Censo que marca la fractura definitiva.
A su vez, la oposición parlamentaria que arrancó el debate con cinco fracciones, terminó uniéndose. ¿Es o no un TRIUNFAZO?
4) Las hordas fascistas de Arce y las de Evo Morales, que al principio actuaron unidas y después por separado, no han podido derrotar a un pueblo organizado, convencido de su causa y que apostó por una lucha pacífica. Hay un saldo negativo de un muerto, muchos heridos y varios detenidos. Inclusive Rómulo Calvo tuvo que codirigir el conflicto desde su casa, por estar con detención domiciliaria, es un hecho que ha pasado desaparecido pero que es insólito.
5) Vicente Cuellar el rector de la UAGRM aparece como un nuevo líder, firme, claro y sensato, que podría proyectarse a nivel nacional. Si este liderazgo se consolida, gran parte del déficit de la oposición será superado. Porque seamos claros, mucho más que un nuevo padrón electoral, a la oposición le falta un liderazgo contundente y unificador.
UN ERROR GARRAFAL
El paro tuvo una dirección reconocida y legítima pero poco democrática. Recurrió al Cabildo del 13 de noviembre para continuar el paro y el pueblo cruceño y no cruceño que acató el paro respondió como un solo hombre y una sola mujer.
Pero, el Comité Interinstitucional no organizó una instancia orgánica democrática para oír, consultar y decidir, con los grupos que sostuvieron el paro, de las rotondas, calles, avenidas, accesos a la ciudad y comités de las castigadas provincias. Todos ellos tuvieron que enterarse de las decisiones del Comité Interinstitucional a través de la prensa.
Y, finalmente, sin consulta previa, recibieron la orden de suspender el paro, hecho que naturalmente causó indignación.
En occidente, por la tradición minera, esta forma de manejar una huelga sería impensable, aunque el viejo maestro Lechín en más de una ocasión levantó huelgas de esa forma arbitraria.
A pesar de este saldo en contra, fue un TRIUNFAZO. GRACIAS SANTA CRUZ.