Por: Zulema Alanes B. |
La ambición de poder y el típico “carisma caudillista” de Evo Morales constituyen los mayores obstáculos para pensar en una recomposición unitaria del Movimiento Al Socialismo que, a las fuertes tensiones entre facciones internas, recientemente ha sumado acusaciones de supuestos “narcoaportes” para financiar sus campañas electorales.
Dos analistas, coincidieron en asegurar que el jefe del MAS, ha dejado de ser un factor de unidad del partido de gobierno y, al contrario, acentúa las diferencias entre varias tendencias del masismo.
En declaraciones a Cabildeo Digital, el politólogo Gonzalo Rojas y el activista de CONADE Alejandro Almaraz, coincidieron que “el jefazo” está perdiendo los estribos y el control sobre sus bases, ya no se perfila como un factor de unidad del Movimiento Al Socialismo.
El desprestigio de Morales se ha acentuado con las denuncias de un asambleísta del MAS, que ya han trascendido las fronteras y lo han puesto bajo sospecha de haberse beneficiado de supuestos “narcoaportes” con fines electorales.
EL PODER SOY YO
En criterio de Gonzalo Rojas, “como todas las figuras asociadas a la autoridad carismática, Morales considera que la sucesión de su liderato es intransferible, se asume como ´el jefazo´, sigue endiosado y convencido de que es un fenómeno que sólo ocurre cada 500 años, todo junto, como se lo repetían sus incondicionales cuando detentaba la presidencia, la jefatura del MAS y el liderato de los cocaleros”.
Por más esfuerzos que se hagan, dijo, “una y otra vez se vuelve al mismo lugar, y está claro que a más de un año que el presidente Arce quiere asumir que hay cosas que son del presidente, Morales no se lo permite, e intenta imponer el populismo corporativo autoritario”. Y recordó que “siempre afirmó que ´el poder soy yo´ y seguro que lo sigue creyendo”.
Almaraz, por su parte, aseguró que “se han aflojado los factores de cohesión en el MAS y esto los está precipitando a conflictos que a mi juicio no tienen vuelta por mucho optimismo que muestren algunos voceros del masismo”.
En su opinión, la “descomposición interna del MAS no tiene retorno”, debido entre otros factores a que desde hace bastante tiempo atrás no están en discusión cuestiones ideológicas o programáticas, no es el tipo de gestión o la orientación de la gestión estatal lo que provoca estas discrepancias, sino la disputa de pegas, los cargos, las ventajas y prebendas y eventuales negociados y otras cosas peores como la protección que el MAS le ha dado al narcotráfico, el involucramiento del narco en la gestión estatal que ha crecido enormemente”.
A LA SOMBRA DE LOS “NARCOAPORTES”
Por más esfuerzos que hace, según los analistas, Evo Morales está quedando a la sombra de los supuestos “narcoaportes” que, según denunció un diputado del MAS, le financiaron al menos una campaña electoral.
El narcotráfico “es un factor que puede desestabilizarlo y el mayor peso puede caer sobre Morales, aunque ha sido muy hábil para eludir cualquier cosa que lo vincule o le pueda pasar factura”, aseguró Rojas.
Y añadió que “por más esfuerzos que haga, todo apunta a mostrar que el narcotráfico ha penetrado al Estado boliviano, y es evidente que la base social más importante del MAS y sobre la que sustenta su poder Evo Morales produce la materia prima del narcotráfico”.
Y según Almaraz, hay dos cuestiones que son incontrastables “Evo tiene un gran peso político y una evidente proximidad al narcotráfico”.
MÁS ALLÁ DE LAS FRONTERAS
La división de su partido y los supuestos “narcoaportes” han traspasado las fronteras y han cuestionado a Morales a nivel internacional. Este fin de semana, en gira por Argentina, el jefe del MAS eludió las preguntas sobre los supuestos aportes para su campaña electoral de 2014 por un narco argentino. Y en Perú, el congresista Alejandro Cavero, solicitó al club Sporting Cristal que desista de participar en el torneo de fútbol “organizado por el señor Evo Morales, quien es conocido por haber liderado un gobierno opuesto a la democracia y con fuertes cuestionamientos por posibles conexiones con el narcotráfico”.
El periódico argentino La Nación, tituló que “Evo Morales dio una “clase magistral” en Rosario en medio de un escándalo por supuestos aportes para su campaña de un narco argentino” y aseguró que a los organizadores de la Universidad Nacional de esa ciudad “tomó por sorpresa la información que trascendió en Bolivia, donde un escándalo estalló luego de que el diputado del MAS Rolando Cuellar exhibiera una nota enviada por el vicepresidente del partido en la que se agradecen los aportes económicos realizados durante la campaña de 2014 por el narco argentino José Miguel Farfán”.
El reporte del periódico detalla que, el aludido narcotraficante, ”en Bolivia se llamaba Miguel Ángel Salazar Yavi y no estaba escondido, sino que tenía una vida social intensa. Ahora su nombre (falso) está en el centro de un escándalo político en Bolivia, luego de que un diputado del partido oficialista, el MAS, denunciara que el narco fue uno de los que financió la campaña política de Morales en 2014”.
Con tales antecedentes, informa que “En Rosario una de las preguntas en la conferencia de prensa que dio Morales apuntó a esta trama que desató un conflicto interno en el MAS en Bolivia. Pero el expresidente no respondió sobre este tema puntual”.
Recuerda que “Este escándalo estalló luego de que el diputado oficialista Rolando Cuéllar mostró en una conferencia de prensa el 29 de junio pasado una carta que el vicepresidente del MAS Gerardo García le envió a Salazar Yavi –que era el nombre falso que usaba Farfán- en 2014 en la que agradecía “las grandes contribuciones económicas” que había hecho el narcotraficante. La carta está membretada y parece a simple vista un documento oficial del partido de Evo Morales. El vicepresidente del MAS argumenta que el documento es falso”.