El país suramericano superó con creces las cifras de hambre registradas en 2020, hasta alcanzar los 33 millones de brasileños que viven bajo esta condición en 2022. Un enorme retroceso en comparación al año 2014, cuando la ONU retiró a Brasil del Mapa Mundial del Hambre.
Vía: France 24 |
Una cifra exorbitante. El número de personas en Brasil que pasan hambre prácticamente se ha duplicado en los últimos dos años. Esto, según un estudio realizado entre noviembre y abril por la organización Red Brasileña de Pesquisa en Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (Red Penssan), que se basó en visitas a más de 12.000 hogares brasileños en 577 ciudades de los 27 estados del país.
El informe determinó que, en 2022, 33 millones de personas sufren de hambre. Esto representa al 16% de la población total, que cuenta con más de 212 millones de personas. De esta manera, volvió al mismo nivel que el país tenía hace cerca de 30 años, aunque la población del país era un 35 % menor.
En 2020, la cifra de hambrientos en Brasil ascendía los 19 millones. Esto quiere decir que en poco más de un año, 14 millones de personas se han convertido en víctimas de este problema.
Y si lo comparamos con los 10 millones de brasileños que pasaban hambre en 2018, la cifra de 2022 triplica la de hace cuatro años.
El estudio de Red Penssan también reveló que 6 de cada 10 habitantes del país conviven con algún tipo de grado de inseguridad alimentaria, es decir, con la inquietud de si van a tener dinero o alimentos. En ese sentido, se ha agravado en un 60% en comparación con 2018.
Factores que influyeron en el aumento del hambre en Brasil
Los autores del estudio atribuyeron el fuerte avance del hambre en el mayor país latinoamericano a la crisis económica generada por la pandemia de Covid-19, que “surgió en un contexto de aumento de la pobreza y de la miseria y trajo aún más desamparo y sufrimiento".
También aseguran que la crisis se ha agravado por la guerra en Ucrania, que disparó la inflación en Brasil, "hasta el 12,13 % interanual".
En efecto, consideran que “las medidas gubernamentales para contener el hambre son aisladas e insuficientes”, especialmente por los precios de los alimentos, el desempleo y la caída de la renta de la población, principalmente en los sectores más vulnerables.
Durante el gobierno del entonces presidente, Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), Brasil consiguió importantes avances en la lucha contra el hambre. Esto, porque puso en marcha programas ejemplares para reducir la pobreza, lo que hizo que el país fuera retirado del Mapa Mundial del Hambre de la ONU en 2014.
Sin embargo, la situación comenzó a agravarse con la grave recesión que el país vivió en 2015 y 2016.
Y aunque el actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha rebautizado Bolsa Familia, el programa más famoso y eficaz contra la pobreza, como Auxilio Brasil y ha duplicado la cuantía, no ha logrado reducir las cifras de hambre, según revelan las encuestas.
Con EFE y medios locales