Por Hernán Paredes Muñoz.-
El inicio de la Cuarentena Dinámica coincide con las proyecciones de probables picos de contagio. Intentemos imaginar cómo podríamos mejorarla, es decir, cómo tener actividades económicas sin aumentar el riesgo de contagio. Reflexionemos juntos.
El riesgo, en este caso, lo podríamos definir como el número de exposiciones en ambientes que puedan ser fuentes de contagio. Es decir, si nos exponemos poco en un ambiente poco infectado, nuestro riesgo es menor. Por el contrario, si nos exponemos mucho en un ambiente muy infectado, nuestro riesgo es mayor. Entre estos dos extremos hay una infinidad de combinaciones.
El riesgo se puede disminuir si se distribuyen las actividades en el tiempo y en el espacio. La distancia social es fundamental, porque permite distribuir el riesgo en el espacio, más distancia menos riesgo, menos distancia más riesgo. En todos los establecimientos donde se desarrollan actividades económicas -empresas, mercados, bancos, etc,- deben reacondicionar sus instalaciones para que ningún trabajador o vendedor, trabaje a menos de dos metros de distancia.
Pero, ¿cómo disminuimos el riesgo en el tiempo?. Razonemos juntos. Imaginemos la sala de espera de un consultorio médico. Si todos los pacientes son citados a la misma hora, habrá una alta concentración de personas al mismo tiempo. De la misma manera, si el médico decide reducir el horario de atención a pocas horas; tendremos colas de espera con mucha gente. En ambos casos aumentamos el riesgo. Lo mismo sucede en la cola del Banco, en el mercado o cuando esperamos el micro, colectivo, minibús o trufi.
Para disminuir el riesgo la clave está en los horarios de atención/trabajo. La misma cantidad de gente en pocas horas, significa más riesgo. Es decir, si reducimos los horarios aumentamos el riesgo y al revés, si ampliamos los horarios reducimos el riesgo. Esa es la limitación/error en el diseño de la Cuarentena Dinámica propuesta por la Presidente Añez. ¿Cómo mejorar/corregir?
El Ministerio de Trabajo debe flexibilizar los horarios. Autorizar que los trabajadores de la construcción, industria y otras, puedan tener turnos de 15 o 21 días, como en el sector de hidrocarburos. Tener vivienda en el lugar de trabajo. De tal manera que, no sea necesario exponerse cada día al contagio al ir y volver a su domicilio. Claro está, que dentro las fuentes de trabajo deben cumplirse las normas de sanidad e inocuidad.
El gobierno debe obligar a todas las entidades públicas y privadas para que atiendan en dos turnos de 7 a 14 y de 14 a 21, de tal manera que las personas puedan cobrar bonos, pagar impuestos, comprar comida y otras gestiones, durante todo el día. Es más, podría normarse que se atienda por la letra de cada apellido. Por ejemplo, de 7 a 10 de la mañana, ciudadanos cuyo apellido empiece con las letras a,b,c y d. Y así sucesivamente. Es decir, la idea es distribuir en el tiempo el riesgo, de tal manera que el riesgo individual sea mucho menor. La comunicación clara y masiva, es fundamental.
Tenemos que aprender a convivir con el virus; mientras se muere por su propia dinámica, mientras lo matamos con buenos hábitos de bioseguridad o mientras fabrican la vacuna. Pongamos todos voluntad para tener una Cuarentena Dinámica con Bajo Riesgo. Distribuyamos el riesgo en el espacio y el tiempo, claro que se puede.