Por Jimena Mercado C.-
La nueva pandemia mundial originada en China llamada COVID-19 ha llegado a Bolivia sin clemencia; además de golpear a más del 70% del trabajo informal, también se ha ensañado con los formales. Los industriales advierten que sólo 21 mil empleados trabajan mientras que otros 85 mil se encuentran impedidos por efectos de la cuarentena fijada hasta el 15 de abril.
“Hemos estado haciendo mayor precisión y se ratifica que de las 35 mil industrias formales, 6mil están trabajando; es decir, que 21mil empleados están trabajando de las 106 mil que emplea la industria y tenemos 85mil personas sin trabajar y esos son los empleos en riesgo”, señala el presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Ibo Blazicevic a Cabildeo Digital.
El industrial señala que primero está cuidar la salud de los bolivianos -que hasta la fecha ha cobrado la vida de más de diez personas y dejado infectadas a cerca de 190- sin embargo advierte que las medidas adoptadas por el Gobierno transitorio de Jeanine Áñez han sido buenas, pero no suficientes.
La disyuntiva ahora está en evitar morir por el nuevo virus, pero a la vez evitar que poblaciones vulnerables mueran de hambre por no poder generar ingresos. Se debe encontrar mecanismos para balancear la preservación de la vida y no destruir el aparato productivo, en análisis del presidente de los industriales.
“Yo creo que en primera instancia están buenas las medidas adoptadas para contener la pandemia y cuidar la salud de los bolivianos; pero para adelante hay que entender el contexto, y el contexto en el que nos movemos es que tuvimos 21 días de paro en octubre (2019) y ahora nuevamente vamos por el dieciseisavo de paro y con la perspectiva que la cuarentena pueda alargarse”, señala.
De ese modo se refiere el líder industrial en alusión a los conflictos sociales y políticos del año pasado tras el fraude electoral gestado por el exgobierno de Evo Morales que obligaron a parar el aparato productivo, y la actual coyuntura nacional e internacional por efectos del coronavirus.
En ese contexto asegura que lo peor de la situación es que muchas pequeñas y medianas industrias que no tienen las espaldas financieras como para soportar un alargue en la cuarentena terminarán quebrando y por ende provocando desempleo.
“En este momento debemos sentarnos el Gobierno, los empresarios y los trabajadores para discutir cuál es la mejor opción para preservar esos empleos, retornar al trabajo con mayores medidas de bioseguridad que es lo más importante”, apunta.
En la actual coyuntura y con el tiempo que lleva paralizado el aparato productivo en el país, Blazicevic advierte que se necesitarán 13 meses de arduo trabajo para la recuperación industrial, pero si se extiende la cuarentena la recuperación demandará más tiempo y mayor esfuerzo.
El empresario destaca las medidas económicas adoptadas por el Ejecutivo, como los diferimientos de pagos al sistema financieros por créditos adquiridos o la inyección de 3.400 millones de bolivianos a la banca para garantizar liquidez.
“Pero hay estudios que nos dicen que en 27 días estarán en total insolvencia económica los restaurants, textiles, construcción, servicios personales, negocios y los bienes raíces (…). Lo que está pasando es que estamos entrando a un periodo total de iliquidez y la industria está entrando en una verdadera debacle”, afirma.
Las reuniones tripartitas también deberán identificar las estrategias implementadas en el departamento de Oruro, donde se dieron los primeros ocho casos de COVID-19 pero que luego contuvo la cifra con éxito, para imitar algunas acciones efectivas.
En tanto, el Gobierno ha aprobado bonos de 400 bolivianos para paliar los efectos económicos en sectores vulnerables como las personas de la tercera edad que perciben la Renta Dignidad pero no gozan de jubilación, así como a madres que reciben la renta Juana Azurduy y discapacitados.
También recibirán un bono de 500 bolivianos cada niño y niña que curse el nivel inicial y/o primaria en establecimientos públicos.
JMC