Por Jimena Mercado C. Foto Economy.com.bo.-
La cuarentena por la pandemia COVID-19 ha dado una nueva estocada al sector de la construcción, que trataba de recuperarse de las secuelas de la crisis de octubre y noviembre del año pasado, tras el fraude electoral que derivó en la renuncia de Evo Morales. Hoy advierte de una iliquidez total y una deuda por cobrar del Estado por 1.500 millones de bolivianos y exige un plan de inversiones.
“Con el tema del coronavirus este tema se ha profundizado. Resulta que no tuvimos desembolsos de nuestras planillas durante este tiempo, y no estamos trabajando de tal manera que el sector de la construcción está en una iliquidez completa y lo evidente es que se nos ejecuta las boletas de garantías si no cumplimos con los plazos”, explica el presidente de la Cámara Boliviana de la Construcción (Caboco), Franklin Pérez.
En entrevista con Cabildeo Digital, el representante de las empresas constructoras del país señala que la desaceleración del sector de la construcción que ya se ha registrado desde el 2017 se agravó con el coronavirus, y pone en vilo a 500 mil empleos directos y 1.5 millones indirectos.
“Ha sido muy duro para el sector constructor porque desde la gestión anterior venimos reclamando el tema del incumplimiento del pago de planillas que se arrastra desde hace un tiempo atrás por parte del gobierno central, los gobiernos departamentales y los municipales”, indica.
Se trata de una deuda por 1.500 millones de bolivianos; Bs 700 millones que le corresponde a la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) y Bs 800 millones a los gobiernos subnacionales.
En ese contexto, el sector de la construcción logró un primer acuerdo con el ministro de Obras Públicas, Iván Arias, que las instituciones mientras no cancelen sus deudas no deberían licitar nuevos proyectos y los que están en proceso ver la importancia y el impacto sobre la sociedad para llevar adelante o no.
“El constructor debe terminar el trabajo en el tiempo definido así haya tenido un desembolso de solo del 30%, entonces tenemos que conseguir los fondos suficientes para cubrir proveedores, mano de obra, temas tributarios y en este caso se adiciona el tema financiero (…). El otro 70% debemos cubrirlo, de tal manera que es grande la brecha que se abre en un proyecto, eso ha creado iliquidez en el sector”, explica Pérez.
El sector de la construcción ha tenido un crecimiento cuantitativo exponencial. Según los datos de Fundempresa en el país hay aproximadamente 36 mil empresas constructoras y otras vinculadas a la construcción, como proveedoras de materiales.
Sin embargo, el presidente de Caboco aclara que en la Cámara Boliviana de la Construcción los registrados son sólo mil empresas entre grandes, medianas y pequeñas, siento apenas el 1% sociedad anónima, otro porcentaje reducido SRL y la gran mayoría unipersonal.
Ante la actual situación, el sector de la construcción ha presentado planteamientos sobre créditos para reactivar al sector de la construcción que está en evaluación por el Gobierno de Jeanine Áñez. “El Ministro de Economía está preparando una propuesta que la va a dar a conocer esta semana”, dice.
Desde la Cámara se planteó la ejecución de proyectos de inversión con un fuerte impacto en la creación de empleos, que obligue al sector de la construcción la contratación de mano de obra de manera amplia para darle dinamismo a la economía que está en este momento parada.
“Nuestros trabajadores están desesperados porque hay gente que trabaja de eso y vive al día, tenemos jornaleros que dependen de la construcción”, señala.
Como primer punto dice que se tiene que ver cómo mejorar la situación de las empresas frente a su iliquidez y retornar a los trabajos pendientes de la mano de un plan de inversión con proyectos de prioridad que dinamicen la economía.
“Estamos bordeando los 500 mil trabajadores de la construcción vinculados de manera directa al sector, y los indirectos llegan a 1.5 millones y un poco más”, precisa.
Sin embargo lo que está claro para Pérez, es la caída en los precios de los inmuebles que se ha registrado de manera sistemática desde el 2017, pero que se agravó con el virus chino.
JMC