“¡Buenos días, mi general!”. Así, con los pies firmes y la mano derecha alzada en la sien, un recluso se cuadra ante Juan José Zúñiga Macías. Otros le saludan a gritos: “¡mi generaaaaaaaa…l!” “¡Mi general, papito!”. Él les devuelve el saludo “hola hijos” y les pregunta “¡cómo anda la moral!”.
Vía: Erbol |
Esto es la cárcel de El Abra, no es un cuartel, pero hay reclusos que se cuadran ante Zúñiga como si fuesen soldados. Otras más le saludan como si fuese comandante e incluso hay alguno que le ayuda con sus bolsas, como cumpliendo el rol de un estafeta.
Desde el encierro, el exgeneral rompe el silencio y comparte con ERBOL sus experiencias en estos ocho meses recluido en la cárcel de El Abra. Todavía se considera un militar y un patriota que defiende los recursos naturales. Aclara que éste no es el final de su historia, sino tiene la esperanza de salir de prisión.
¿Por qué hizo lo que hizo el 26 de junio de 2024 en la plaza Murillo?
“Por la patria”. Fue la escueta respuesta de Juan José Zúñiga, que con gestos en las manos y un tic en las piernas, pide que no le pregunten más sobre el tema.
El exgeneral lleva ocho meses cumpliendo una detención preventiva en la cárcel de El Abra, sindicado por los delitos de terrorismo y alzamientos armados, luego de que el pasado 26 de junio de 2024 irrumpió la plaza Murillo con tanquetas y Policías Militares. El Gobierno lo acusa de intentar un golpe de Estado.