Por: Amalia Pando |
La SUBVENCIÓN AL DIESEL Y LA GASOLINA es una bomba de tiempo que podría estallar en cualquier momento y el gobierno tiene en sus manos la bomba y el detonante.
El tic-tac que ha prendido todas las alarmas es la escasez de diésel precedido por escasez de dólares. La Dirección de Comercializa de YPFB en una carta interna que dio a conocer el periodista Carlos Valverde pide que el gobierno pague lo que debe a los proveedores y entonces se evidenció que había un desfase en el abastecimiento de dos días y medio.
La Cámara Agropecuaria del Oriente, CAO, pidió que primero se abastezca a los productores de alimentos que están iniciando la siembra de verano y el transporte internacional vive en permanente estado de emergencia.
Bolivia demanda cada semana 54 millones de litros de diésel.
EL FONDO DEL ASUNTO
La producción y exportación de gas natural ha caído desde el año 2014, caída imparable, mientras la importación de diésel y gasolina crece en proporciones alarmantes.
Desde el año pasado, los dólares que llegan de Brasil y Argentina por la exportación de gas natural ya no alcanzan para cubrir la importación de carburantes. Ese déficit está por encima de los 400 millones de dólares y cada año se va ensanchando.
Y el próximo año será peor porque Argentina dejará de comprar gas natural de Bolivia, y esto significa que los ingresos caerán en 1, 300 millones de dólares y el déficit subirá entonces a 1,700 millones de dólares. Es un hueco financiero enorme, muy difícil de llenar.
A ese déficit, diferencia negativa entre los que cobramos y lo que pagamos por carburantes, se suma la subvención.
LA SUBVENCIÓN ES UNA BOMBA ATÓMICA
El gobierno a través de YPFB compra diésel y gasolina a precio internacional que sube o baja todos los días y vende en el mercado interno a precio político que se mantiene congelado desde diciembre de 2004, van a ser 20 años.
Compra caro y vende barato . En el exterior compra el litro de gasolina a un dólar o más y ese mismo litro se vende dentro del país a 0.54 de dólar. La diferencia la paga el Tesoro General de la Nación. A esto se llama subvención que el año pasado engulló 1,700 millones de dólares, eso representa un aumento de 740 % en relación a la subvención en 2016.
Son dos déficit que se mezclan y crean un boquete financiero parecido a un hoyo negro galáctico. Hay que sumar el déficit causado por la caída estrepitosa de la producción de gas y el déficit que causa el precio interno subvencionado de los carburantes.
DE MAL EN PEOR EN CIFRAS
La producción de gas natural bajó a la mitad, de 61 millones de metros cúbicos al día (MMm3d) en 2014 a 37 en este año, según datos de YPFB agosto de este año.
En total el boquete es de algo más de 2,000 millones de dólares y en 2024, sin las exportaciones hacia la Argentina, llegará fácilmente a 3,300 millones de dólares.
Y no hay nada, a corto o mediano plazo, no hay ninguna otra exportación estatal que el gobierno pueda usar para impedir que este déficit explote en sus manos y en los bolsillos del pueblo, salvo que China vía créditos quiera hacerse cargo de este talego sin fondo.
EL DIÉSEL VIENE TURBIO
La compra en el exterior de diésel y gasolina debería estar a cargo exclusivamente YPFB Internacional que para eso fue creada con el objetivo de abaratar los costos.
YPFB debe buscar los mejor precios y calidad y ahorrarle al país las comisiones o premios que cobran las empresas intermediarias que ganan lo mínimo el 10 % de los 3,720 millones de dólares que Bolivia gastó este año en gasolina y diésel importados.
¡Ese 10 % son 370 millones de dólares!
Los premios que YPFB paga a estas empresas son completamente arbitrarios , sin lógica alguna. En 2021 Trafigura y Vital cobraron 13 dólares de comisión por metro cúbico. En 2022 subieron en ocasiones a 585 dólares por m3.
La contratación de estas intermediarias se hace sin licitación y con el visto bueno de la ANH que nunca observó, por ejemplo, estos premios.
El 22 de noviembre pasado El Deber publicó la “confesión” del gerente de PETROPAR, la estatal paraguaya, que dijo: “Nosotros reexportamos diésel, tanto a navieras como a Bolivia, donde generamos un margen (de ganancia) bastante mayor”.
YPFB, entonces, le garantiza a PETROPAR ganancias extraordinarias. Es inversamente proporcional al daño económico que causan a Bolivia.
BOTRADING, UNA EMPRESA SOSPECHOSA
Es una empresa privada extraña que tiene en Asunción del Paraguay la misma dirección que la estatal Yacimientos Internacional: calle Washington casi Juan Salazar 597, según la documentación presentada por la diputada de C. C, Luciana Campero.
Documento A:
Documento B:
Además, una nota de adjudicación de la ANH dirigida a BOTRADING en Paraguay, está dirigida a Omar Alarcón Saigua, el gerente de Refinación de Yacimientos, entidad que sería el socio mayoritario.
Pie de foto. Carta de adjudicación la ANH a BOTRADING dirigida al Gerente de Refinación de Yacimientos Internacional.
BOTRADING, según el registro de comercio en Asunción, se confirmó con dos socios: YPFB Refinación y Sandra Bethania Otazu.
Es llamativo e irregular que Yacimientos Refinación, que se encarga de dar el OK a la calidad de los carburantes importados, también hubiera avalado la Importación de BOTRADING, es decir, se certificó a si mismo.
BOTRADING que supuestamente es una empresa subsidiaria de Yacimientos, cobra igual o más las comisiones o premios, como cualquier otra empresa privada. Este es otro daño económico al Estado.
Pero hay más.
En julio de este año, Brújula Digital denunció que BOTRADING había realizado dos importaciones cobrando a YPFB un sobreprecio de 6,47 millones de dólares.
Entre “premios” y sobreprecios, BOTRADING es un éxito empresarial. No se sabe quiénes se reparten las ganancias pero con toda certeza su actividad va en desmedro del país.
SUBVENCIÓN AL PERÚ
En la Navidad del año 2010, Evo Morales intentó subir el precio de los carburante alegando que los bajos precios internos fomentaban el contrabando hacia el Perú. Retrocedió días después, en Año Nuevo. Y desde entonces, o mucho antes, el contrabando amasa fortunas llevando la gasolina y el diésel subvencionados en Bolivia hacia las ciudades del sur del Perú donde litro de gasolina cuesta 1.42 de dólar. En Chile está a 1.52 de dólar, Argentina y Brasil a un poco más de un dólar.
El contrabando de millones de litros hacia cualquier punto fronterizo responde a un ley económica, la de mejor oportunidad para hacer riqueza fácil y por eso es imposible de frenar. Actividad que está garantizada además por el fallo del Tribunal de la CAN que le prohíbe a Bolivia tener precios diferenciados para el transporte extranjero. Y con esto, se cierra el círculo de la catástrofe económica de Bolivia.
DECISIONES Y SOLUCIONES
La economía boliviana gira en torno al precio fijo y congelado de los carburantes, el dólar y el pan.
Este modelo llegó a su fin en el momento en el que las exportaciones de gas ya no pueden financiar esas subvenciones. Los síntomas de una grave crisis están a la vista. Hay escasez de dólares y diésel. Colas y más colas.
En Argentina por lo menos tienen enormes reservas de carburantes en Vaca Muerta y el avance de los proyectos del litio, y una industria en las ciudades y el campo que volverá a generar excedentes si le dan seguridad jurídica e impositiva.
En cambio, en Bolivia vamos a una crisis similar a la de Venezuela donde también se regaló la gasolina y se desmontó el aparato productivo.
Aquí, ¿qué industrialización puede haber sin energía?
Está claro que la solución es triplicar el precio de los carburantes y acabar con la subvención. De inmediato se acabará con el contrabando y el hoyo negro de que causan los déficits.
Usted seguramente debió soltar una carcajada porque todos sabemos por la experiencia en nuestro país que el gobierno que lance un gasolinazo está condenado a una muerte súbita.
Entonces, se espera de políticos, candidatos y economistas algunas otras opciones que compensen o superen la subvención a los carburantes. Se oyen propuestas.