No respetaste las normas democráticas y así te fue. Si hubieras respetado el 21 F de hace siete años posiblemente hoy serías el presidente. Pero no, preferiste el fraude y luego escapar como cobarde a México. Llevaste al país a la confrontación. Más de 30 ciudadanos pagaron con sus vidas tu aventura golpista. Porque quisiste volver con un golpe de Estado, cercando las ciudades y con Kalimán que al final te dio las espaldas.
El 21F fue el principio de tu fin. Siete años después tu partido está partido, el gobierno ya no es tuyo y solo te queda un equipo de fútbol y la abstinencia del poder.
A ver si Luchito aprende.
- Amalia Pando
21F: ¡SIETE AÑOS, YA!
Por: Carlos F. Valverde Bravo |
Debe haber sido la última vez que la mayoría democrática se puso de acuerdo para hacer respetar la Constitución; para consolidar la democracia y, sobre todo para hacer valer su voz.
Le dijimos NO, al prorroguista y nunca la palabra negativa por antonomasia tuvo tanto significado positivo. A veces, sólo a veces entendemos cuál es el objetivo principal y somos capaces de hacer de nuestras voluntades individuales una sola voluntad colectiva. Eso también es democracia: aun cuando podamos equivocarnos, lo importante es hacer lo que uno entiende que debe hacer, sin imposiciones de ningún tipo. Eso es democracia.
Pasó mucho tiempo; sirvió todo lo que hicimos, los colectivos en la calle; ese “Bolivia dice NO”, que se convirtió en “Bolivia dijo NO”, porque así fue. Sirvió la denuncia que puso un “parate” al uso y abuso del Estado en beneficio del que detenta circunstancialmente el poder; la denuncia del tráfico de influencias y aprovechamiento del Estado por parte de la amante del presidente sonó muy fuerte; algunos “especialistas” le dieron “sólo” un 15% de valor en el resultado del referendo; valió, se ganó con menos de 5%.
La señora Zapata y la denuncia que se hizo, ahora es sólo una mala historia en la vida de este país; sin embargo, parece no haber servido de mucho, aunque en ese momento ayudó a despreciar el abuso.
Con otro nombre, con otro apellido y circunstancias, Zapata ahora retorna envuelta en 5 o 6 denuncias que suenan fuerte, referidas al hijo del presidente: Marcelo Arce, es de dominio público y ríos de tinta e impresiones, además de “bits” en millones de computadoras están tratando el tema: la corrupción volvió y es más grande; mucho más grande, sus ganancias se multiplican varias veces.
Ni aprendieron ellos, ni nos emputamos demasiado nosotros… el gobierno secuestra a quienes considera sus enemigos más visibles y los encausa judicialmente, inventando casos; a otros que asoman la cabeza los incomoda con otros procesos inventados. Hablan de golpe, cuando el fraudulento huyó y fue él quien pidió que la Iglesia intervenga y las conversaciones comenzaron cuando ya él había escapado.
Es Bolivia, no tenemos por qué sorprendernos de lo que ocurre, pero es posible pensar que, otras veces serán posibles; al final de cuentas estamos acostumbrados a frenar en el límite del precipicio y damos un paso atrás.
Ojalá estemos a tiempo… la democracia lo vale.
| Carlos F. Valverde Bravo es periodista independiente.