El propietario señala que fue una venganza, ya que luego de la intervención a radios piratas en los Yungas de La Paz, la suya fue una de las pocas que quedó al aire.
Los predios de la emisora Melodía Yungueña de Chulumani fueron quemados durante la noche de Año Nuevo. El hecho se produjo luego que esta fuera una de las pocas emisoras que quedaron al aire luego de la intervención de la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT), que conminó a varias radios ilegales a cerrar sus emisiones.
“Mi emisora Radio Melodía Yungueña, anoche 31 de diciembre a las 11:45, sufrió un atentado muy lamentable. Le han prendido fuego y la han quemado. Hace dos semanas la ATT entró a hacer un operativo y mi emisora, que es legal, quedó en el aire. Por eso fue el atentado”, señaló el propietario de la emisora afectada, Luis Ferrufino.
El 19 de diciembre la ATT reportó un megaoperativo en El Alto, Cochabamba, Santa Cruz y, por primera vez, en los Yungas. En el mismo se secuestraron equipos de 22 emisoras clandestinas valuados en 2,5 millones de bolivianos. Cuatro de las emisoras cerradas eran de los Yungas. ”Las radios ilegales utilizan el espectro radioeléctrico, que es un recurso natural, sin autorización, sin pagar impuestos ni las tasas correspondientes, afectando a emisoras legales y afectando a los vuelos comerciales”, explicó el Director de la ATT, Néstor Ríos.
En contacto con Página Siete, Ferrufino señaló que este fue el detonante para este hecho. Afirmó que fue provocado por otra emisora por la que se llamó a la población a bajar la señal de la que consideran la única radio afín al MAS que quedó al aire.
“Ellos están en contra de todo lo que hace el Gobierno, pero Melodía Yungueña no es del MAS, nosotros damos el micrófono a todos, a ambos lados. Queremos ser imparciales y todos tienen cabida. No somos del MAS, esto es un atentado. Ya puse la denuncia formal para que haya una investigación”, indicó Ferrufino.
Los equipos quedaron calcinados y las pequeñas habitaciones donde operaban quedaron negras por el hollín. Las puertas fueron forzadas, lo que se evidencia en las chapas rotas.
Ferrufino indicó que la emisora es privada y familiar y que no pertenece a la cadena de radios del Gobierno u otra similar. “Es propiedad privada, nunca la hemos querido usar de forma política”, insistió.