Por: Gonzalo Rojas Ortuste |
En la misma línea de lo indefendible, ahora que se puso en marcha la recolección de firmas para conseguir mediante referéndum la reforma de la justicia, el funcionario que funge de titular del área se apresura a descalificar por supuesta incompatibilidad de plazos, cuando debiera ser el principal interesado en que se concrete tal reforma como declaró en los ahora lejanos días en que se inició en su cargo y pretendía mostrarse como hombre de derecho. Si por las conocidas triquiñuelas de gente que deliberadamente subordina la recta aplicación de las leyes, esa importante iniciativa fracasara en su aplicación antes de la nueva elección de las cabezas del poder judicial, no por ello será un esfuerzo ciudadano en vano; habrá quedado en evidencia, igual que con el 21F, la voluntad de la inmensa ciudadanía boliviana para modificar la pretendida instauración del creciente régimen opresivo por el masismo, en cualquiera de sus versiones, que comparten la inaudita visión de que los derechos solo se aplican en tanto los beneficien a ellos y no a los que consideran sus enemigos, pese a sus abusos de expresiones de “hermandad” y “cultura de la paz” que no se conduelen del día a día de la política que en democracia requiere respeto, no declaraciones esotéricas de armonía cósmica.
Decíamos al comenzar la feliz coincidencia de la visita del GEIE porque permite ver el contraste en posiciones “para la galería o for export” de los operadores del régimen, a la vez que las manifestaciones de descontento ciudadano son realizadas sin el asedio de los grupos de choque del masismo y mostraron su fuerza, especialmente en Santa Cruz, pero nada desdeñables en los otros departamentos, a pesar de la pusilanimidad de algunos los dirigentes “cívicos” o las amenazas de violencia de quienes se siente impunes emponchados. Cabildos con llamados de unidad y libertad, iniciativa ciudadana y ejercicio de la disidencia contra las intenciones groseras de ser acalladas, muestran que los bolivianos y bolivianas no estamos dispuestos a tolerar un régimen de oprobio como el que está vigente en hermanos países en el Caribe. Sigue vigente eso de “Morir antes que esclavos vivir”.
| Gonzalo Rojas Ortuste es politólogo y docente de postgrado.