A nueve años de su fundación, el NUNA se ha convertido en un punto de encuentro para las artes escénicas de la ciudad, especialmente en la zona sur de la urbe. Su amplia oferta de música, teatro y danza se complementa con un área de comida, un estudio de grabación, salas de ensayo y diversas iniciativas culturales como el Nuna Fest, que en noviembre llega a su novena edición.
Por Pedro Pablo Siles R. |
La Paz, Bolivia. Fundado en el 2013, el Teatro Nuna se ha convertido en el principal centro cultural de la zona sur de la ciudad de La Paz. Ofreciendo un escenario de primera, acompañado de espacios para talleres, un delicioso menú y una atención cordial, el “Nuna” se ha ganado el cariño y el reconocimiento del público paceño, brindando todas las mejores herramientas para los artistas y un ambiente cálido y confortable para los asistentes.
Desde su fundación, la misión del Teatro Nuna ha sido brindar un espacio de calidad para los artistas, es decir que los artistas son el eje principal del espacio o del modelo de centro cultural sostenible. Para asegurar la asistencia del público, la lógica básica es ofrecer un lugar cómodo, con buenos equipos y técnicos, haciendo especial hincapié en el recurso humano. También se cuenta con un escenario amplio que optimiza la experiencia para el público y permite que el artista se sienta a gusto.
“Esa es nuestra idea, no hemos inventado la pólvora. Como músico, he visitado muchos teatros en Canadá y también en otros lados del mundo, sobre todo en Montreal, donde he vivido 11 años y he tocado y producido conciertos. Básicamente, eso faltaba en esta ciudad, un escenario privado que pudiera convertirse en un lugar de encuentro para artistas, público y gestores culturales. Entonces hemos empezado con esta filosofía, con este concepto, y ha funcionado”, Luis Daniel Iturralde, creador y conductor de este gran proyecto.
Otro de los pilares del Nuna es la diversidad de sus públicos. La cartelera no se concentra solo en la música, o siquiera en un solo estilo musical, sino en variados géneros, formatos y eras. Así mismo, se ha convertido en un escenario crucial para la danza, ofreciendo comodidad para elencos de ballet, danza contemporánea y folklore. Y el teatro no ha sido la excepción, albergando una miríada de variedad de producciones e incluso de talleres relacionados a la dramaturgia.
Mención aparte merece Diego Ayala Rada, alias Oso Rojo, el mago de la iluminación en el teatro desde los inicios del establecimiento. Su trabajo ha llegado a ser parte inalienable de la experiencia Nuna, tanto para el público frecuente como para los músicos, bailarines y actores que transitan este lugar de encuentro de las artes escénicas.
El Centro Cutural
Pero el Nuna no se limita a ser un escenario. Con el tiempo, el proyecto fue convirtiéndose en un Centro Cultural hecho y derecho. Suelen realizarse producciones propias como el Nuna Fest, así como co-producciones porcentuales con los artistas como forma de apoyo. Pero más allá de los espectáculos, se dictan diversos cursos de formación y talleres en varias áreas como jazz y tango.
“Está la Escuela Runatiña que yo dirijo, donde a hay alrededor de unos 50-60 alumnos. Son cuatro niveles. Viene gente de todas las edades; hay muchas mujeres con un porcentaje menor de hombres. Y es una clase interesante para aprender la percusión. Hacemos un viaje interesante por percusiones afrolatinas, africanas, afrobrasileñas”, comentó Iturralde acerca de una de sus especialidades como músico y docente.
Por otro lado, el reconocido sonidista René Mendoza ha montado un estudio de grabación en la segunda planta del establecimiento. El espacio cuenta con salas de ensayo muy bien equipadas, para músicos necesitados de un lugar para tocar sin restricciones de volumen. Por otra parte, el estudio permite grabar los espectáculos en vivo profesionalmente, utilizando varios canales en formato multipista, algo sumamente útil a la hora de registrar espectáculos de cualquier tipo.
Pero la oferta no se limita a las artes escénicas. El área de comida, comandado por la reconocida cantante Mariela Jordán, ofrece una riquísima variedad de alternativas para que los asistentes puedan disfrutar. La exquisita pizza del Nuna ya ha cobrado fama en la urbe paceña. A esto se suman diversos bocados como las tablas de embutidos, los brownies o los celebrados sándwiches de marraqueta. Completa el menú una amplia variedad de bebidas, con la idea final de generar una experiencia cultural placentera para el público.
Yo creo que Nuna es un referente en el barrio, en la ciudad y ya en el país también. Creo que los talleres “Ser y Estar” tienen una imagen ya, tenemos una marca que está sostenida por todo el equipo. Es para nosotros una suerte estar en un lugar donde los estudiantes pueden encontrarse con un espacio escénico de verdad. No es una sala, es un espacio escénico donde se encuentran con estudiantes de otras disciplinas, entonces se empieza a generar un movimiento. Hay cosas que me sorprenden, porque gracias a la virtualidad hemos llegado a otras ciudades y hay gente hasta de otros países que ya saben del taller y lo vinculan con Nuna", explicó por su parte la recocida actriz y formadora Pati García.
Estableciendo conexiones
A raíz de la crisis sanitaria mundial y el posterior encierro de cuarentena, como tantos otros emprendimientos, el Teatro Nuna ha tenido que repensar su situación. Primero empezó con la transmisión de streamings, tras una significativa inversión en el equipo requerido. Se adquirió cámaras y micrófonos especiales para poder filmar conciertos, obras de teatro y presentaciones de danza. Además, gracias a la nueva página web del Nuna, se podía comprar las entradas y apreciar la transmisión desde casa.
Otra inquietud que nació de la pandemia fue la de encontrar productores de otros países. En un momento en el que abundaban las charlas virtuales, los talleres online y otro tipo de encuentros en la web, Luis Daniel conoció a la fundadora de Music Works International, Katherine McVicker. Music Works es una empresa de producción musical, dedicada especialmente al jazz y a la denominada world music. McVicker ya contaba con una red de productores en África llamada Cultural Connections Africa, donde ya ha empezado a desarrollar proyectos. Con ese impulso, la productora estaba lista para desembarcar en Latinoamérica.
“Después de muchas reuniones, paciencia y de juntarnos para hacer una lluvia de ideas, hemos logrado conseguir fondos para desarrollar una página web y para hacer un festival virtual. Ahí nace mi proyecto musical Radio Cutipa, por ejemplo, que hizo su debut en el Festival Conexión Sónica, que fue parte de la red. También hemos apoyado al FestiJazz de Bolivia con videos que nos han mandado de varios lados, desde Israel, Panamá, México, Chile, Colombia”, explicó Iturralde.
Otro proyecto que ha generado gran expectativa es YVYRASACHA (árbol en guaraní y quechua). Se trata de un proyecto integral que busca nutrir e internacionalizar la producción teatral boliviana mediante tres áreas de trabajo: Fortalecimiento Institucional (semilla-raíz), Formación Especializada (plántula-tallo) y Gestión y Producción de proyectos artísticos (planta-frutos). Es el resultado de una alianza estratégica entre el Nuna con Teatro Punto Bo y Plataforma 1, dos instituciones dedicadas al impulso y fortalecimiento de la producción de las artes escénicas en el país.
NUNA FEST, la gran celebración anual
En términos de producción propia, la joya de la corona es sin duda el Nuna Fest, que este año llega a su novena edición con un programa inédito en nuestro país, que incluye la presencia del renombrado músico camerunés Richard Bona, una de las figuras más ilustres del jazz y la música étnica.
“Yo tenía la inquietud de traer a Richard Bona y he visto que Katherine es una de sus productoras y he empujado este proyecto a través de la red. Finalmente hemos logrado hacer una gira latinoamericana; son cuatro países, como unos 6 o 7 conciertos, porque en algunos países son dos conciertos, y varias masterclass (clases magistrales). Entonces eso ha sido un logro y creo representa también el principio de un camino que estamos buscando, que es el de poner a Bolivia en el mapa de la buena música, sobre todo de músicas tradicionales del mundo y jazz”, comentó el impulsor y dueño del Nuna.
Entre los auspiciadores de este año se encuentra la Embajada de Estados Unidos, la Embajada de Francia, la Fundación Kantutani. Así mismo, se contará con diversas alianzas con instituciones como la Orquesta Sinfónica para este año, la escuela de actuación Jallalla, y Conexiones Culturales Latinoamérica, la mencionada red de productores internacionales. Se está trazando un nuevo camino de conexiones e intercambios para ofrecer al público carteleras diversas de altísimo nivel. El centro cultural de la zona sur está listo para descubrir nuevos horizontes de cara a su primera década de existencia.