El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador consideró que Evo Morales y el Movimiento Al Socialismo (MAS) no debieron insistir tantas veces en la reelección. Señalamiento que aparece en su más reciente libro "A la mitad del camino".
“Evo como los dirigentes del Movimiento Al Socialismo (MAS) cometieron errores, pues no debieron insistir tantas veces en la reelección; un dirigente no debe, en ninguna circunstancia, profesar demasiado apego al poder”.
En 2017, el MAS interpuso un recurso ante el Tribunal Constitucional Plurinacional con el fin de habilitar a Morales para las elecciones de 2019. Esa institución dio luz verde para que el entonces mandatario se presentara a esos comicios, pese a que, en el referendo del 21 de febrero de 2016, la mayoría dijo “No” a la reelección.
En su libro, AMLO agrega que la insistencia en la reelección “no borra lo mucho que hizo el Gobierno de Evo por su pueblo ni justifica el golpe de Estado”.
El mandatario de México también rememora que cuando fungía como oposición, la actitud de Morales no fue cercana, como la de casi todos los gobernantes izquierdistas de la región. En ese marco, señala que su política exterior no está motivada por ideologías, sino por principios de justicia, igualdad, libertad, democracia, soberanía y fraternidad.
En su libro, AMLO cuenta que el 10 de noviembre de 2019 se encontraa de gira en Bacalar, Quintana Roo, cuando se enteró de la renuncia de Morales, y encomendó a su canciller Marcelo Ebrard buscar hablar con él y los dirigentes de Bolivia para ofrecerles asilo. También le instruyó comunicarse con el general secretario de la Defensa Nacional, Luis Sandoval, “para preparar la misión del traslado aéreo” a México.
AMLO reproduce en su libro la relatoría realizada por la Secretaría de la Defensa sobre la misión. Según ese texto, el piloto al mando de la aeronave enviada a Bolivia y también responsable de la misión fue el general de grupo piloto aviador diplomado de Estado Mayor Aéreo Miguel Eduardo Hernández Velázquez, de quien se describe que está “habituado a efectuar vuelos prolongados sobre el mar y cruces del Atlántico del Norte y del Pacífico”.
Otra persona que viajó en la aeronave fue Froylán Gámez Gamboa, asignado a la Dirección de Asuntos Especiales de la Subsecretaría para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores, quien formó parte del equipo para “apoyar a la tripulación en la realización de las gestiones y coordinaciones diplomáticas que fueran requeridas”.
La relatoría que reproduce AMLO da cuenta que, para evitar demoras, se apostó por planificar una ruta de vuelo que no requiriera atravesar el espacio aéreo de ningún país, sino que se dirigiera, volando sobre aguas internacionales, en mar abierto, hasta llegar a Perú, único país que sería necesario sobrevolar para llegar a Chimoré (Cochabamba).
Cuando la aeronave llegó al aeropuerto de Lima, el 11 de noviembre de 2019, cargó combustible, pero en el momento en que arribó al límite del espacio aéreo peruano con el de Bolivia, el Centro de Control de Tráfico Aéreo boliviano comunicó que el ingreso al espacio aéreo estaba denegado. La nave regresó a Lima y luego obtuvo la autorización requerida para volar al aeropuerto de Chimoré.
Ya en suelo boliviano, y estacionada la nave en la plataforma de servicio, el piloto fue a buscar a Morales. Tardó 45 minutos en ubicarlo. El exmandatario se encontraba en el edificio de la terminal del aeropuerto, junto al vicepresidente renunciante Álvaro García Linera y la ministra Gabriela Montaño.
En la relatoría se indica que estando a la cabeza de la pista y a punto de despegar, la torre de control les comunicó que la aeronave carecía de la autorización para ingresar al espacio aéreo peruano, “indicándoles que deberían regresar a la plataforma por instrucciones del personal militar que se encontraba en el aeropuerto”.
Cuando fue ejecutada la instrucción, el piloto bajó y buscó señal para comunicarse con el jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional de México, así como con el propio secretario del ramo. Fue después de aquello que, según la relatoría citada, se produjeron dos momentos de tensión.
El primero, cuando tres personas de uniforme se acercaron al piloto y uno de ellos le ordenó levantar los brazos y los otros dos lo golpearon y le dijeron que “bajarían a Evo Morales de su avión”.
El segundo, después del primer encuentro, cuando se aproximaron a la aeronave entre seis y ocho individuos, “algunos portando el uniforme del Ejército boliviano y otros vistiendo de civil, quienes portaban armas cortas y largas”, e insistieron en ingresar a la aeronave “para extraer a las tres personas de nacionalidad boliviana que se encontraban a bordo”. Ante lo cual, el piloto les expresó que conforme al derecho internacional, toda aeronave al ostentar una identificación de la FAM y la bandera mexicana, “debería ser considerada como territorio mexicano”. Los miembros del grupo no insistieron.
Al final, la relatoría indica que cuando el piloto abordó el avión, les autorizaron el espacio aéreo de Paraguay. Sin embargo, cuando ascendía, el piloto observó una estela luminosa.
Morales llegó a México el 12 de noviembre de 2019.