Cuando el país produce alimentos naturales y nutritivos que pueden fortalecer el sistema inmunológico de la población frente a enfermedades como el covid, desde el Estado no se apoya la producción campesina y peor aún la infraestructura es “deficiente” frente al impulso que brindan naciones vecinas como Brasil y Argentina.
“Nosotros somos un país mediterráneo con poca infraestructura, producimos todo a costos más altos y con rendimientos mucho más bajos que los países vecinos. Hay una evidente falta de políticas de apoyo con enfoque a la producción primaria y campesina”, alerta María Julia Jiménez, investigadora en producción agroecológica.
Esta situación es aprovechada por los contrabandistas que no dudan en ingresar de forma ilícita a territorio nacional, productos que compiten de manera desleal con la producción nacional de alimentos.
“No somos competitivos, en general, por ello muy fácilmente ingresa el contrabando con productos similares a precios más bajos en cantidades y calidades muchas veces mejores”, dice la experta.
Ante esa realidad que afronta el sector productor del país, Jiménez demandó al Gobierno la aplicación de planes y políticas de largo plazo.
Se requiere “políticas de apoyo a la producción, políticas de protección de nuestros mercados, políticas de control en frontera, promoción del consumo de la producción nacional, debido a que es bajo”, manifiesta.
SE BAJA LA GUARDIA
Pese a esas limitaciones, desde la aparición de la pandemia la población comenzó a preocuparse en cómo adquirir alimentos naturales y nutritivos, de dónde y de qué calidad.
Es así que por iniciativas locales, se organizaron ferias productivas en diferentes zonas de las ciudades y la población tomó consciencia de alimentarse de forma natural y nutritiva.
“Entonces la pandemia ha demostrado que una persona puede abastecerse de alimentos locales y frescos”, destaca, la investigadora Jiménez.
“En Bolivia, la pandemia se dio en una época de cosecha, entonces había una buena oferta de frutas, verduras y tubérculos que venían en el caso de La Paz de los valles cercanos que podían llegar y los productores hacían su esfuerzo para su venta”.
Sin embargo, considera que fue “una consciencia momentánea pero que la estructura del sistema alimentario que pone cerca de usted o frente a su casa, alimentos procesados, chatarra, dulces y otros que están llenos de químicos, de conservantes, y vuelven a ponerse en primera línea de la oferta de alimentos”, tras la pandemia.
Según Jiménez, en la nueva normalidad la gente está volviendo a las prácticas anteriores, es decir, el consumo de alimentos “ultra procesados” nada naturales y menos nutritivos.
Por tanto, exhorta a las familias bolivianas a mantener una alimentación saludable y mantener una relación más directa con productores.
Para ello es importante que las autoridades de los gobiernos municipales junten a productores directos y consumidores a través de pequeñas ferias de alimentos en los diferentes barrios.