Por: Zulema Alanes B. |
Evo Morales colapsó La Paz y se reafirmó como líder del MAS, pero se mostró decadente y sin proyecto de país, coincidieron los analistas Gregorio Lanza y Manfredo Bravo en declaraciones a Cabildeo Digital al cierre de la concentración con la que culminó la denominada “Marcha por la Patria”.
“Fue una marcha de Evo para Evo y por tanto cumplió con los objetivos que se trazó el jefe del MAS”, aseguró Lanza, en tanto que en criterio de Bravo fue “una demostración de fuerza que ha dejado muchas dudas respecto a la estabilidad democrática del país”.
Sumado a ello, la judicialización de la protesta y la persecución a las dirigencias cívicas del país pueden configurar un periodo de alta conflictividad con graves consecuencias para la gobernabilidad democrática.
Ambos coincidieron que desde que Morales lanzó la convocatoria a la marcha estaba claro que sus objetivos eran no sólo reposicionar al MAS sino fundamentalmente reafirmar su liderato frente a las sucesivas derrotas que enfrentó el gobierno de Luis Arce y que culminaron con la abrogación de la Ley 1386 de la Estrategia de lucha contra la legitimación de ganancias ilícitas.
“Morales sabía que su desgastado liderato no era suficiente para arengar en contra de la derrota infligida por la sociedad civil movilizada al impulso de gremiales y transportistas y que contó con el apoyo de los comités cívicos de varios departamentos”, dijo Lanza.
Respecto a la capacidad de convocatoria del jefe del MAS, los analistas señalaron que hay que diferenciar la fase de la marcha de la concentración, puesto que Evo logró convocar tras de sí fundamentalmente a los sindicatos cocaleros y a reducidos núcleos de representantes del resto de organizaciones del denominado Pacto de Unidad.
En cambio, la concentración fue multitudinaria, dijeron, pero no como expresión de la capacidad orgánica del MAS sino fundamentalmente como capacidad de coerción del aparato estatal.
“Llevaron gente, 200, 300 o 500 mil, ciertamente había gente, pero con seguridad una franja era de convicción, pero la otra gran franja fue presionada por el Estado, unos funcionarios públicos obligados a asistir, eso no es novedad ocurrió en todos los gobiernos, otros sectores rurales que van porque si no les amenazan con cortarles sus proyectos, cientos de cooperativistas mineros de cuya participación depende ampliar o mantener sus concesiones, todos sujetos a las dádivas de un Estado centralista que, en el caso del MAS, es continuo, todo eso es lo que ha permitido movilizar a la gente concentrada en San Francisco”, dijo Lanza.
Y Bravo también coincidió que, a diferencia de las movilizaciones ciudadanas contra los decretos del gobierno de Arce Catacora, “es evidente que la capacidad de movilización del MAS, está sostenida por la institucionalidad estatal, para lograr mostrar esa cantidad de gente ha sido obviamente con aporte de funcionarios públicos, el escenario de la marcha no corresponde con la cantidad de gente en San Francisco”.
LA CONFRONTACIÓN Y LA DECADENCIA
Como ha ocurrido a lo largo del primer año de este nuevo ciclo de gobierno del MAS, dijeron los analistas, se repitió la confrontación y las amenazas subidas de tono. Fue la repetición del estilo discursivo de Evo Morales.
“Pero fueron discursos decadentes, no hay comparación con antiguos oradores, especialmente de la COB, como Lechín, López, Reyes o de dirigentes campesinos como Félix Santos, Juan de la Cruz Villca, el propio Félix Cárdenas”, subrayó Lanza.
Dijo que además del discurso de Evo que repitió su línea amenazante, “el que fue innecesaria y absurdamente torpe en sus amenazas a Santa Cruz fue Huarachi, el mismo que pidió también la renuncia de Evo” y añadió que “Evo no ha conseguido reposicionar ideas, hay pérdida de norte, el MAS y Evo no tienen ideas, ni propuestas, ni para su gente ni para el país, una movilización grande para una prospectiva limitada, han logrado polarizar con ataques a Santa Cruz, ¡Vaya manera de respaldar a Arce! que ahora tendrá que ver cómo encuentra caminos de acercamiento, lo que le queda a Arce es buscar el diálogo, es el único camino para construir la paz que necesita el país y su gobierno”.
El secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), Juan Carlos Huarachi, amenazó con promover la nacionalización de empresas de Santa Cruz y advirtió “No hemos venido a generar violencia, pero si nos provocan, carajo, aquí estamos. Cuidado que nos provoquen, porque esta marcha se puede trasladar a Santa Cruz, carajo. Y vamos a ir a tomar las fábricas, las industrias. Que no nos provoquen. Somos los nacionalizadores y vamos a nacionalizar todas las empresas, todas las industrias de Santa Cruz. Que no nos provoquen, carajo”.
Evo Morales también afiló su tono amenazante. “Esta marcha es un calentamiento. Que no nos provoquen; que no provoquen al movimiento indígena originario, que no provoquen a la Central Obrera Boliviana”, aseguró.
En opinión de Bravo, Evo y el MAS evidenciaron “debilidad, y dejaron en aprietos a Arce que tiene por delante varios años de gobierno y necesita desarrollar acciones que le permitan mantener o al menos mostrar que controla el escenario político y que tiene capacidad de mover a la ciudadanía en favor de sus medidas, más allá de su partido” y añadió que “el discurso confrontacionista y las acciones autoritarias no le ayudarán a construir estabilidad, vamos atener tres años más de confrontación, tensión, presencia en las calles, actitudes de abuso de poder, sobre todo a partir del control del órgano judicial y eso no permitir{a construir un escenario de confianza y estabilidad”.
Ambos concluyeron que, por tanto, la marcha de Evo resultó una marcha sin norte, sin contenido y con pura arenga orientada a amedrentar a lo que consideran el enemigo, pero sin capacidad de cohesión interna y mucho menos a nivel del resto del país. “El carajo, que ha sido el adjetivo recurrente, te puede emocionar un rato, pero no afirma el sentido colectivo, ni ofrece una prospectiva a la gente”, subrayó Lanza.
LOS PELIGROS DE LA REPRESIÓN Y EL AUTORITARISMO
en criterio de Lanza, el presidente Luis Arce ya ha entrado en una abierta competencia con Evo Morales y se empeña en validarse ante los sectores duros del MAS, “eso explica su lógica represiva y autoritaria y su decisión de dar luz verde a la articulación de policía, fuerzas del Ministerio de Gobierno y paramilitares que acompaña con el uso de la justicia para detener a los liderazgos cívicos, es una lógica muy peligrosa que inevitablemente llevará al enfrentamiento”.
A no equivocarse, dijo Bravo, porque “Santa Cruz ya no es la de hace 10 años, hay mayor cohesión y presencia social y eso es muy importante. Si intentan concretar sus amenazas el país iría a una espiral de violencia riesgosa para Arce”.
Añadió que “Tensionar al movimiento cívico, puede tener serias consecuencias especialmente en el contexto de las demandas de federalismo que ya ha sido puesto en agenda de debate, y esto incidirá no sólo a nivel cívico sino en el movimiento ciudadano y puede contagiar a otros departamentos, ya hemos tenido experiencia de capacidad de articulación de movimientos cívicos más allá de Santa Cruz. No la tiene nada fácil el señor presidente, va a tener que lidiar tres años entre tensiones, persecuciones, aprehensiones”.
Lanza coincidió que la marcha de Evo y los discursos del entorno que pretende validar al jefe, pueden radicalizar las posiciones en torno al debate sobre federalización “que es legítimo pero además cuenta con argumentos muy fuertes antes la evidencia de que el único Estado Federal en Bolivia es el trópico de Cochabamba, el Chapare con cinco municipios, que es un Estado Federal de facto con un presidente vitalicio de lo sindicatos cocaleros que gobiernan sobre la Policía que manejan la justicia, es decir, reciben todas las ventajas del federalismo pero como no pagan impuestos viven de los aportes de todos los ciudadanos”.