El aroma de un silpancho humeante se cuela por las calles de Madrid. Arroz blanco, papas doradas, carne empanizada y un huevo frito coronando el plato, servido con esmero por manos bolivianas. Quien cocina es la esposa de Hugo Carvajal Donoso, exministro y refugiado político desde hace más de 15 años. Ese plato, tan propio de Cochabamba, se ha convertido en sustento y en puente con la patria que dejaron atrás en febrero de 2009.
Vía: Erbol |
“Yo tengo la ilusión de volver a Bolivia. No eludo un proceso, lo que quiero es un debido proceso, con un tribunal independiente, sin amaño político ni presión”, afirma Carvajal, refugiado en España desde diciembre de 2009 gracias a la ONG Asociación Comisión Católica Española de Migraciones (ACCEM). Denuncia que la justicia boliviana fue cooptada por el Movimiento Al Socialismo (MAS) bajo Evo Morales, y que, en su caso, el acusador terminó convertido en presidente de la República, dirigiendo la maquinaria judicial en su contra.
Carvajal reclama que la democracia, una vez restablecida, debe ir acompañada de una profunda reforma judicial: “La carrera judicial debe recuperarse, y con ella la credibilidad de las instituciones”. Pide que se abran las puertas para el retorno de “miles de compatriotas exiliados” y denuncia que más de 200 personas siguen encarceladas injustamente en Bolivia.
En su análisis político, advierte que Evo Morales no está derrotado: “Va a seguir dando batalla, generando violencia e incertidumbre en el país. Es un error creer que su ciclo ha terminado”. Sugiere que el exmandatario podría reorientar su influencia hacia las elecciones subnacionales, buscando control territorial en gobernaciones y municipios.