Amigos todos, han sido muchos, muchos los mensajes de condolencia que he recibido, tantos que me es imposible responder, como se debería, a cada uno de ellos. Por esta razón les envío esta nota de agradecimiento a todos ustedes y al país que me cobija y quiere.
Desde la partida de José Manuel, tome conciencia de que formó parte de un ejército mundial de dolientes, de madres y padres que han perdido un hijo y que nunca hallarán consuelo por semejante injusticia. Hijos arrebatados por un chófer borracho, hijas en manos del machismo, de la fatalidad como el caso mío, jóvenes que mueren en manos de los criminales políticos y comunes, y, ¡qué horror!, que mueren jóvenes en las guerras, miles de madres que no pueden siquiera encontrar el cuerpo despedazado de sus hijos.