Vía: La Tercera |
Corría 1962 cuando el artista y dibujante argentino, Joaquín Salvador Lavado Tejón —más conocido como Quino— recibió una llamada de la agencia Agens Publicidad.
En ella, le pidieron que hiciera una historieta para promocionar una firma de electrodomésticos llamada Mansfield.
El plan era armar una tira que mostrara a una familia típica del país trasandino, la cual usara dichos productos y dejara ver el nombre de la empresa al final de la última viñeta.
De esa manera, podrían ofrecerla gratis a los medios de la época, a cambio de que la publicaran completa y así pudieran hacer una suerte de publicidad implícita.
Quino aceptó el desafió. Pasaron unas semanas y volvió con una propuesta.
Tales dibujos fueron una primera idea de lo que más tarde se convertiría en la Mafalda que conocemos hoy, aunque en ese momento, todavía no tenía la misma personalidad y tenía un par de diferencias estéticas notorias.
Por ejemplo, sus piernas eran más largas y delgadas, mientras que los detalles de su cuerpo eran menos característicos.
En cuanto a su nombre, querían que este empezara con las mismas letras de Mansfield, por lo que después de escuchar el nombre “Mafalda” en la película Dar la cara (1962) del director José Martínez Suárez, decidió bautizarla de esa manera.
Con sus dibujos bajo el brazo, Quino habló con las personas de Agens Publicidad.
Sin embargo, le dijeron que su plan había fracasado, debido a que los medios no aceptarían publicar la historieta sin que pagaran una comisión.
Tras recibir esa respuesta, el artista guardó los bocetos en un cajón.
Pasaron dos años hasta que finalmente salieron de ahí. No obstante, cuando lo hicieron, ya no se posicionaban en el marco de publicitar una compañía.
Mafalda estaba preparándose para cobrar vida propia con el apoyo de Quino.
La historia de cómo nació Mafalda, el icónico personaje de Quino que sigue marcando generaciones. Foto: Mafalda / Quino.
La primera publicación y el desarrollo de un fenómeno cultural
En 1964, un periodista y amigo de Quino llamado Julián Delgado le preguntó si tenía unas viñetas que pudiesen publicar en el medio Primera Plana.
El dibujante le dijo que tenía los bocetos de Mafalda y le propuso la idea.
Ambos llegaron a un acuerdo y definieron que publicarían dos tiras a la semana con ella como protagonista.
El 29 de septiembre de 1964 salieron las primeras viñetas de Mafalda. Estas se ubicaron en las páginas 22 y 64 del periódico y en una de ellas se puede ver una conversación que sostiene con su papá.
—¿Vos sos un buen papá?
—Y… creo que sí.
—¿Pero sos el más, más, más, más bueno de todos, todos, todos los papás del mundo?
—Bueno… no sé. A lo mejor hay algún otro papá más bueno que yo.
—¡Lo suponía!
La historia de cómo nació Mafalda, el icónico personaje de Quino que sigue marcando generaciones. Foto: Mafalda / Quino.
Aquello fue una muestra inicial de lo que posteriormente sería el desarrollo de su icónica personalidad, a través de la cual siempre hace respuestas que descolocan a los otros personajes y, por supuesto, a los lectores.
Pese a que se trata de una niña, sus pensamientos son el reflejo de profundas críticas sociales.
De esa forma cuestiona temáticas como los estereotipos de género, la industria de la belleza, el deterioro del medioambiente y el consumismo, por solo mencionar algunas que siguen latentes tanto en Argentina como en el mundo hasta la actualidad.
Con el tiempo, los detalles en el dibujo se fueron haciendo más precisos y su forma de ser se fue acentuando.
Otra viñeta de Mafalda que muestra lo anterior —en un tono más directo— es la siguiente.
La historia de cómo nació Mafalda, el icónico personaje de Quino que sigue marcando generaciones. Foto: Mafalda / Quino.
Así, hizo que su padre se diera cuenta de que estaba indignado por una decisión tomada por un árbitro en un partido de fútbol, mientras al mismo tiempo, hay niños sufriendo (una noticia a la que no prestó atención en el periódico).
Esos aspectos hicieron que se convirtiera en un fenómeno cultural. De esa forma, no solo sorprende, sino que también siembra cuestionamientos.
Aquello además se ve a través de personajes como su madre y los otros niños que Quino fue agregando a su universo, tales como Susanita, Felipe, Manolito, Guille (su hermano menor), Miguelito y Libertad.
Cada uno de ellos representa arquetipos de la sociedad. Y también, ciertos elementos del mundo interior del dibujante.
El sobrino de Quino, flautista y profesor del Instituto de Música de la Universidad Católica de Chile, Guillermo Lavado, afirma en conversación con La Tercera que su tío “era una persona muy retraída, muy introvertida, pero que se daba mucho en el ámbito íntimo”.