“Debemos enmendar nuestra relación con la naturaleza antes de que sea demasiado tarde”.
Vía: Una Palabra |
Es una de las frases de la cantante y compositora boliviana Luzmila Carpio en el reportaje en el que la revista internacional Rolling Stone la elige como una de las “tres leyendas de la música latinoamericana que protegen el pasado para asegurar el futuro”.
“Una de las cantantes indígenas más prominentes que surgió de América Latina (en la región también conocida con el nombre prehispánico de Abya Yala) es Luzmila Carpio, la cantante folklórica boliviana que a lo largo de los años 1970 y 1980 demostró que su vertiginoso tono de silbido podía destrozar tanto el cristal como las estructuras políticas occidentales”, se lee en el artículo de la revista Rolling Stone.
“Nació en 1949 en la comunidad quechua-aymara de Qala Qala (Potosí), donde conoció las historias de héroes míticos y cantos de cosecha. En sintonía con los ritmos primordiales de la naturaleza, aprendió a cantar imitando a los pájaros cantores. Pero con la edad llegó la conciencia de que no todo el mundo estaba al ritmo de los latidos del corazón de la Tierra”, agrega la nota.
Polibio Mayorga (compositor y multiinstrumentista ecuatoriano) y Enerolisa Nuñez (cantautora de República Dominicana) son los otros dos íconos seleccionados. Las tres leyendas de la música de raíces latinoamericanas hacen un repaso de sus influyentes y pioneras carreras, comparte un mapa para el camino a seguir y habla sobre la memoria generacional.
En su entrevista, Luzmila Carpio evocó el pasado y recordó sus inicios. “Cuando llegué a la ciudad y vi tanta marginación, decidí que mi misión sería defender la identidad de mi pueblo aymara-quechua”, le dijo a Rolling Stone. “Al principio grababa canciones quechuas para fiestas y bailes, pero rápidamente me di cuenta de que quería despertar el orgullo por nuestras raíces. Sentí la necesidad de defender los ritmos de vida, eso que la Madre Tierra Pachamama nos ha regalado. Los poderes políticos se preocuparon por mi mensaje y porque los valores indígenas proliferarían. Por eso en la década de 1980 me dirigí a Europa, para mostrarle al mundo lo valiosa que era mi cultura indígena”.
Carpio narró cómo se instaló en París y colaboró con músicos internacionales en casi una docena de discos. Contó su experiencia como embajadora de Bolivia en Francia en 2006. Recordó la reedición de “Yayay Jap’ina Tapes” por el sello francés Almost Musique. “Esto la puso en el radar del sello folktrónico estadounidense/argentino ZZK, que recurrió a su lista de productores electrónicos para un aclamado álbum de remezclas de 2015, trayendo los cantos únicos de los pájaros de Carpio de regreso a la pista de baile”, se lee en la nota.
“Era un sueño que los jóvenes bailaran mi música con ritmos electrónicos”, dijo. “Me fascinan las generaciones más jóvenes y creo que es vital que ellas también reconecten con la Pachamama. El título de mi álbum, Inti Watana-El Retorno del Sol, alude a aferrarse al sol y atesorar sus múltiples regalos. Debemos mejorar nuestra relación con la naturaleza antes de que sea demasiado tarde”.
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