Por: Amalia Pando |
Durante 11 horas, de 10 de la mañana a 9 de la noche, una docena de choferes y sus camiones cisternas fueron secuestrados en la refinería de Palmasola.
Aunque ya habían pagado por el combustible que pretendían transportar no recibieron nada a cambio salvo el sufrimiento de estar secuestrados bajo llave, sin agua ni comida y bajo el ardiente sol de Santa Cruz que llevaba adelante el tercer día de paro por el censo 2023.
De este modo se cumplió la amenaza de Rolando Borda, el dirigente masista que hace 20 años no trabaja, pero maneja YPFB Transporte y la COD de Santa Cruz, todo con la venia del presidente de YPFB y de Arce Catacora.
Borda amenazó y cumplió con suspender el abastecimiento de diésel y gasolina en represalia por el Paro Cívico indefinido y lo hizo cometiendo el grave delito de secuestro.
El secuestro de choferes y cisternas en Palmasola se complementó con el corte de suministro de gas natural a las empresas que operan en Parque Industrial, “por unos días “, dijo el presidente de YPFB. Si ésto no es terrorismo de Estado ¿qué es?
El miedo a un posible desabastecimiento llegó a La Paz y aunque no había motivo, los conductores se volcaron a las estaciones de servicio formando inmensas colas.
Esas colas han sido siempre el preludio de una grave crisis política, percepción alimentada por el estruendo de dinamitas y petardos que acompañó la presencia de 80 mil mineros y otro tanto de maestros en el centro de la sede de gobierno.
SE ASOMA LA VIOLENCIA CON MUERTOS Y HERIDOS
Es muy fácil resolver el paro de Santa Cruz, es cuestión de abrogar el D. S 4760 que, de modo ilegal, por encima de una ley, postergó el censo para el 2024.
Los negociadores que envió el gobierno a Santa Cruz, María Nela Prado, Jorge Richter y otros, no son malos interlocutores sino encargados de dar largas al asunto y mostrar a los dirigentes cruceños como Intransigentes y responsables de la violencia que se avecina.
El GUIÓN DE SIEMPRE
El primer muerto en este paro, Julio Pablo Taborga, sirvió para encarcelar a tres dirigentes cívicos de Puerto Quijarro, localidad fronteriza con Brasil, donde el alcalde masista Luis Chambi ordenó a sus empleados lanzarse con violencia contra quienes bloqueaban el puente internacional. En medio de gases lacrimógenos cayó muerto Taborga, posiblemente por asfixia, pero se dijo que lo habían matado a golpes. Las autoridades se negaron a realizar una autopista porque el muerto no miente. Si fuera cierto que le dieron un palazo tendría fracturado el cráneo.
Como en otras ocasiones, el lamentable fallecimiento de este empleado municipal sirvió para descabezar a la oposición. Y siguiendo este viejo pero útil guion, el gobierno de Arce envió a Santa Cruz al ministro de Obras Públicas, Edgar Montaño, para incitar a la violencia.
UN PLAN EN CURSO
Los masistas organizados por el ministro Montaño, salieron en grupos violentos a desbloquear y atacar instituciones. Se identificó a la cabeza de este operativo a un hombre obeso que se hizo pasar por un chofer desesperado por ir a trabajar. Tan desesperado como Rolando Borda que está en comisión hace 20 años.
El supuesto chofer resultó ser Juan José Mendoza, exconcejal del MAS y actual empleado del ministerio de Obras Públicas, es decir, un agente operativo del ministro Montaño.
AHORA O NUNCA. EL PRORROGUISMO ESTÁ EN JUEGO
Está todo coordinado, el empantanamiento de las negociaciones, el desabastecimiento de carburantes, el desbloqueo violento y la detención de los líderes del paro con el pretexto de posibles muertos y heridos, y el infaltable golpe de Estado.
Si el gobierno envía a civiles protegidos por la policía a desbloquear, como ocurrió en octubre de 2019, está provocando un enfrentamiento en busca de muertos y heridos que sirvan de pretexto para acabar con el paro y para procesar y encarcelar a los miembros del Comité Interinstitucional.
Está fue la línea de acción aprobada en la víspera por Arce y Evo en su reunión en Cochabamba. No al dialogo ni la mediación de la Iglesia. Sí a la violencia, con cercos de hambre y todo lo que fuera necesario, porque ya no se trata de la fecha para un Censo sino de aplastar a Santa Cruz, el baluarte de la resistencia contra el prorroguismo dictatorial.
El único factor que no controlan es la garra del pueblo cruceño que no da muestras de querer rendirse.