Por: Horacio Poppe |
Si alguien se sentía impotente por no poder "sacarles la mugre" a los chilenos, ahora puede respirar tranquilo.
Aquí vamos con todo.
En más de 100 años no pudimos golpearles ni por tierra ni por aire. Tampoco en las cortes internacionales. En todos los terrenos nos llevaban la delantera. Salvo en uno.
Sin disparar una sola bala, sin despegar un solo avión de combate, sin sacrificar una sola vida, los vamos a envenenar desde adentro.
Antiguamente, en las guerras, cuando los pueblos tenían murallas infranqueables, los ejércitos conquistadores solían cercar dichos pueblos por semanas o meses para desabastecerlos y así forzar su rendimiento. Y, en casos más extremos, les envenenaban las aguas desde afuera (como si a Sucre nos pusieran veneno en el canal de aducción de Ravelo).
Esto último está haciendo Linera con los chilenos. "Nuestro máximo exponente del pecado". Les está inoculando veneno directo al corazón (que no es algo de lo que nos sintamos orgullosos, por cierto).
Linera está "asesorando" su Convención Constitucional. Ya lo han revelado varios medios chilenos.
Linera los está llevando por los senderos de la plurinacionalidad, de la justicia diferenciada, de la segregación racial institucionalizada, de la apropiación indebida de territorios, de la dictadura sindical disfrazada de democracia participativa, etc.
Por todos aquellos caminos que a nosotros nos han llevado al CAOS y la CORRUPCIÓN.
Por primera vez somos ejemplo para Chile, pero de lo malo.
¿No sabías que Linera se ha convertido en el tutor de Boric? O mejor dicho, ¿no sabías que Linera es la "vaca sagrada" de los neomarxistas chilenos y argentinos?
¿No sabías que ahora Chile es el país más próximo a tener una Constitución como la boliviana?
No es que de esto Bolivia vaya a ganar algo, tampoco se alegren. Estamos contagiando nuestra desgracia.
Todos los sudamericanos sabíamos, los mismos chilenos sabían, que Chile era el país con los mejores estándares de vida por estos lados, con el mejor sistema de salud, con la educación más avanzada, con la sociedad más disciplinada, con un futuro claro, con una clase media mayoritaria y empoderada, etc., pero el comunismo ha logrado algo difícil de creer, y es que los chilenos se decidan destrozar todo lo avanzado por varias generaciones para quedar sin nada, o como dicen ellos, para quedar "la cagaa".
Es que no otra cosa se puede esperar de una doctrina que nace de la revancha, que sirve para la revancha y que jamás descansa de la revancha (aquí van 15 años con lo mismo).
Es una adoración a la miseria. Es la religión del fracaso.
| Horacio Poppe es diputado por Chuquisaca.