Por: Amalia Pando |
Una sombra de desesperanza recorre el país. Luis Arce siendo un líder de poca monta encabeza una dictadura más dura que la de Evo Morales y a pesar de las pugnas al interior del gobierno y del MAS por las cuotas de poder en el gabinete y en las empresas estatales, la hazaña democrática de octubre de 2019 parece irrepetible a corto plazo.
Faltan cuatro largos años para las próximas elecciones, tiempo suficiente para acabar con la oposición en juicios inquisidores y para montar otro fraude que los mantenga a perpetuidad en el poder.
EL MAESTRO DE ESTE MODELO
El maestro del fraude, del exterminio de la oposición y del pisoteo de los derechos humanos se llama Vladimir Putin, presidente de Rusia desde 1999 y muy posiblemente hasta 2036 cuando tenga 83 años.
La última estocada a la democracia rusa fue el cierre hace menos de un mes del Centro Memorial que luchaba por la liberación de los presos políticos.
CAYÓ EL COMUNISMO, PERO SIGUE LA DICTADURA
Tras la caída del muro de Berlín en 1989 y la disolución de la Unión Soviética en 1991 se esperaba la irradiación mundial del sistema democrático. Pero en eso llegó Putin y revirtió la situación.
“Rusia es como la URSS. La diferencia es que, al timón en vez de los carcamanes comunistas, tenemos a dos docenas de millonarios”, explicó con toda claridad a EFE el opositor y exiliado Vladimir Osechkin.
Y lo mismo ha ocurrido en el patio trasero de Rusia, en las 15 repúblicas que se independizaron de la URSS pero que siguen en la órbita de Putin, salvo dos: Georgia y Ucrania.
LAS REVOLUCIONES ROSA Y NARANJA
El propio presidente de Georgia, Mikhail Saakachvili inició en 2003 las transformaciones que miles de manifestantes le exigían en las calles y en el Parlamento que había sido ocupado por jóvenes que en vez de fusiles llevaban rosas.
Meses después estalló otra revolución, la naranja en Ucrania que terminó con la anulación de las fraudulentas elecciones que le habían dado el triunfo a Viktor Yanukóvich.
Sin embargo, Yanukóvich fue nombrado Primer ministro hasta que en 2010 ganó las elecciones presidenciales y sometido como era a Putin se negó a firmar un acuerdo con la Unión Europea. Ésto motivó en 2014 un levantamiento popular inesperado y descomunal en Kiev, la capital, que terminó con la huida de Yanukóvich a Moscú.
LA VIOLENTA REVANCHA DE PUTIN
Esa segunda revolución le costó a Ucrania la pérdida de Crimea, invadida y anexada por el ejército de Putin y el fomento en el sur este del país de todo tipo de acciones pro rusas e independentistas de Kiev.
No conforme, Putin amenaza con invadir toda Ucrania que no tiene capacidad de defensa frente a los rusos y que depende de las negociaciones hasta ahora fracasadas entre Putin con la Unión Europea y los Estados Unidos.
NO MÁS REVOLUCIONES DE COLORES
Hace pocos días, a pedido del dictador Tokáyev, Putin invadió con 2000 efectivos y tanques a Almaty, la capital de Kazajistán donde sofocó el fuego de una revolución detonada por el aumento en el precio del gas.
La intervención rusa dejó 160 muertos y unos mil detenidos. Una masacre justificada por la “izquierda” mundial por la supuesta existencia de un golpe de Estado.
LOS FRAUDES DEL 2020
Como en Bolivia, el fraude electoral para favorecer a los amigos de Putin ha sido el motivo en 2020 de otros dos estallidos revolucionarios.
En Kirguistán se evitó un baño de sangre gracias a la renuncia del presidente Boronov que pretendía reelegirse en comicios fraudulentos.
En cambio, en Bielorrusia con la abierta intervención de Putin, el dictador Lukashenko fue reelecto por sexta vez después de ahogar en sangre un levantamiento popular que duró cinco meses y que movió a la sociedad entera contra el fraude electoral.
No hay cifras de muertos, pero fueron algunos cientos los que perdieron la vida, y muchos más los heridos, torturados y cerca de siete mil los detenidos. María Kotésnikova, una de las tres mujeres que lideraron la revolución de agosto de 2020 en Bielorrusia, fue condenada a 11 años de prisión.
AMÉRICA LATINA ¿COLONIA RUSA?
Hace tres días, en la disputa por Ucrania, y estando fresquito lo de Kazajistán, Putin le advirtió a Joe Biden, presidente de Estados Unidos, que enviará tropas a Venezuela y Cuba. Los aludidos en completa subordinación colonial, no abrieron la boca.
Tal como hemos descrito, Putin aprendió en su propio patio trasero a sostener a sangre y fuego a los dictadores que le son leales. Esa experiencia la ha trasladado a nuestra región que se está convirtiendo en el segundo patio trasero de Putin ante la inacción del decadente imperio norteamericano. ¡Qué sería de Maduro sin Putin! Y el presidente argentino Alberto Fernández, que siempre está en apuros económicos y políticos, viajará a principios de febrero a Rusia y China, a ver si lo salvan.
RUSOS Y CHINOS AL ATAQUE
Los regímenes dictatoriales de Rusia y China están a la ofensiva económica y militar en el mundo entero. En cambio, las democracias están amenazadas inclusive en Estados Unidos. Está surgiendo un nuevo orden mundial que desalienta a cualquiera.
Ambos, China y Rusia, más los votos de los dictadores del orbe, neutralizan cualquier sanción o condena en las Naciones Unidas. Ortega que mata con toda impunidad en Nicaragua, y detiene a todos los candidatos de la oposición y gana elecciones abiertamente fraudulentas, nunca pudo ser sancionado en las Naciones Unidas.
Tokáyev, el dictador de Kazajistán, el que ordenó disparar sin avisar a los manifestantes, el que permitió la invasión rusa a su país, es el presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU desde este 1 de enero está manejado por los 10 peores regímenes del mundo, entre ellos China, Rusia, Venezuela y Cuba.
Mientras tanto la OEA de Luis Almagro pierde fuerza con el reiterado triunfo de la izquierda en varios países de la región.
Sí, estamos solos, al igual que la resistencia en Cuba, Nicaragua y Venezuela. Y, sin embargo, hace una semana la oposición ganó la gobernación en Barinas, la cuna y al parecer la tumba del chavismo en Venezuela. Ganó a pesar del fraude, los tanques, el amedrentamiento y la detención de candidatos. Esto es esperanzador.