Por: José Luis Saavedra |
El pasado reciente 25 de septiembre hemos recordado (no celebrado) la más violenta y sangrienta represión perpetrada por el régimen MASista en contra de la heroica Marcha Indígena (en defensa del TIPNIS) y que, hasta hoy, después de 10 años, continúa en la más absoluta impunidad.
Hoy, como hace 500 años, cuando se produjo la invasión europea a nuestro continente Abya Yala, violentar, violar y vulnerar los derechos de los pueblos indígenas no es, ni constituye delito alguno. Es tanta la impunidad que aquí, en Bolivia, los agresores, devastadores y abusadores no sólo no son enjuiciados sino más bien son premiados con sendas embajadas y nada menos que Naciones Unidas.
Los poderosos de turno, así como los gobernantes de hoy, independientemente de que se (auto)nombren ‘plurinacionales’ o no, continúan con las tradicionales prácticas ecocidas, etnocidas e incluso genocidas. Las víctimas sacrificiales del desarrollo, el progreso y la modernidad (que dicen que eso representa la carretera trans-cocalera por el corazón del TIPNIS), siguen siendo (sin variación alguna) los pueblos indígenas.
Las actuales políticas públicas del régimen MASista son la más perfecta continuación del extractivismo (depredador de la Madre Tierra) y del racismo y segregación coloniales instaurados por el virrey Toledo allá por 1572 (a través de las famosas Ordenanzas). Quizás lo único que ha cambiado es el discurso, ayer, rabiosamente discriminatorio (como el pregonado por Ginés de Sepúlveda) y hoy populista e indigenista (como el propalado por las imposturas teóricas y políticas de García linera).
En este contexto, aun cuando entendamos la necesidad y conveniencia de una descripción más o menos densa (a lo Geertz) de la cruel y salvaje represión perpetrada por órdenes del presidente Evo y ejecutada por el ministrillo Sacha Llorenti (cfr. “Aseguran que Evo ordenó y Sacha ejecutó represión”, Erbol, 25 septiembre 2014), por razones de espacio vamos a limitarnos a referir los testimonios (colegidos por la eximia periodista Mercedes Fernández) de las principales víctimas de la brutal represión: mujeres indígenas, como Matilde Noxa y Nazareth Flores.
Doña Matilde con la palabra: “Quiero saludar desde la columna de la marcha, hoy en día nuevamente (estamos) en movilización, como hija de la naturaleza, de donde vengo, (yo soy) indígena, mojeña. De verdad, para mí recordar, hoy día (25 de septiembre), es como que estuviéramos viviendo nuevamente lo de Chaparina, porque eso jamás se me va a olvidar. Hasta hoy en día, como mujer, como madre, no tenemos justicia, nunca tuvimos justicia.
“En ese tiempo, el gobierno de Evo morales se hizo el sordo y se hizo el opa. Cómo es que él decía que era (supuestamente) indígena y que luchaba por los indígenas; sin embargo, nos mandó maltratar y gasificar. Los policías nos hicieron lo que les dio la gana.
“Yo quisiera pedirle, una vez más, a este nuevo gobierno (de Arce), que no queremos más Chaparina, que nos respeten, a nosotros, como pueblos indígenas, que respeten nuestros derechos, que respeten nuestras culturas, que respeten nuestra Casa Grande.
“Por qué estamos en movilización (en la actual XI Marcha Indígena), porque hasta hoy en día no hay respeto de nuestros derechos, ni hacia la Madre Naturaleza.
“Entonces, lo de Chaparina, para mí, que lo viví esos momentos, jamás se me va a olvidar. Y para mí, no es fácil recordar, porque para mí es como que yo lo estuviera nuevamente viviendo esos momentos, que ya se nos acerca el momento (cinco de la tarde) de cuando nos gasificaron y nos golpearon (salvajemente). Hay hermanos -hasta ahorita- que han quedado con secuelas, a consecuencia de eso (de la cruel y violenta represión) y qué hay (de justicia) hasta hoy en día.
“Y por eso yo quiero pedir justicia y que no se quede impune todo lo que nos ha pasado en Chaparina”.
Ahora con la palabra Nazareth Flores, quien empieza refiriendo que Chaparina es muy “difícil, imposible de olvidar, porque para nosotros es como si hubiera sido ayer. Por eso, todos los que estuvimos ahí, en Chaparina, decimos ‘¡ni olvido, ni perdón!’. Y es así que es imposible (olvidar), a veces cuando miramos algunas imágenes o recordamos un año más que pasa, hoy día (recordamos) diez años de impunidad de Chaparina.
“Nos hace recuerdo de que los pueblos indígenas, cada vez que queremos reclamar nuestros derechos, somos ignorados, tenemos que salir así a las marchas y es el único recurso que tenemos para que se nos puedan escuchar.
“Bien lo decía el hermano (José), es una cadena (de impunidades y abusos) de este gobierno (MASista) que parece no terminar e ignorar a los pueblos indígenas.
“10 años de Chaparina, que para nosotros es inolvidable porque lo que nos sucedió ese día, una marcha pacífica, una marcha con niños, ancianos y mujeres, llegó a ese término de que nos puedan reprimir y nos puedan maltratar (salvajemente) ese día.
“Ayer me preguntaban, ¿se celebra?, no celebramos, nosotros este día no celebramos nada, recordamos 10 años de impunidad, de abaleadura, de pateadura, de gente que quedó dañada, que quedó con secuelas, después de Chaparina.
“Entonces, para nosotros no hay nada que celebrar, simplemente es recordar que 10 años no hacen nada a favor de los pueblos indígenas, en 10 años ha quedado ahí y hasta ahora no se hace justicia”.
Para terminar, una lúcida interpelación de doña Matilde, “De qué sirve que nosotros, los pueblos indígenas estemos en la Constitución, si no se respetan nuestros derechos, si ni siquiera se están cumpliendo nuestros derechos, que están plasmados en este papel.
“Más allá de todo esto (del papel), hay pues (muchos) abusos de poder del gobierno. Tanto sacrificio, tanto dolor, (todo) lo que nos pasó en Chaparina, para que ahora no tengamos esa protección hacia nuestro territorio.
“Pero, hoy en día ya nosotros, los pueblos indígenas hemos despertado, ahora ya decimos que no nos vamos a callar, vamos a hablar, vamos a defender nuestros derechos, porque es con lucha también que estamos aquí para que no se nos destruya nuestra Casa Grande”.
“Créannos que, como pueblo indígena, como mujer indígena, estamos marchando, estamos pidiendo un derecho justo de nosotros, los pueblos indígenas y estamos pidiendo que se nos respete a los pueblos indígenas”.
| José Luis Saavedra es miembro de Somos Sur y profesor de teoría y política poscolonial.