LA CARTA FAKE

Por: Edwin Herrera Salinas | 

¿Qué hubiera sucedido con el relato oficialista del “golpe de Estado” si el ex Comandante de la Fuerza Aérea no hubiera realizado las revelaciones sobre lo sucedido en 2019? ¿Hubiera salido a la luz la supuesta carta que detonó acusaciones incluso contra un ex Presidente de Argentina? ¿Por qué guardarse semejante “prueba” un año y siete meses si el gobierno y el MAS necesitan borrar ya de la historia boliviana que hubo un descomunal fraude electoral encabezado por Evo Morales? 

El general Jorge Terceros Lara fue detenido en Santa Cruz el 3 de julio y de inmediato fue trasladado a La Paz para ponerlo frente a los fiscales del supuesto caso del “golpe de Estado”. Realizó su declaración el domingo 4 de julio y brindó una entrevista en celdas policiales a un periodista de Página Siete. ¿Cómo llegó la declaración de Terceros a los medios de comunicación para sus titulares de los días posteriores y cómo un periodista de un diario crítico al gobierno accedió al General? 

La declaración fiscal y la entrevista periodística pusieron a la teoría del “golpe de Estado” en terapia intensiva y prácticamente sin oxígeno, pero el 8 de julio apareció algo de mayor impacto que las revelaciones del General contra Evo Morales y su entorno en la grave crisis política producto del fraude electoral en las elecciones de octubre de 2019.

El canciller Rogelio Mayta convocó a una conferencia de prensa para realizar una denuncia que buscaba un doble efecto mediático y fundamentalmente político: descalificar lo dicho por Terceros Lara y al mismo tiempo reposicionar el tambaleante relato oficialista en la percepción del gran público. ¿Cómo? Mostrando una supuesta carta de quien hizo las revelaciones e invlucrando a en el inexistente “golpe” a un gobierno extranjero.

Generalmente el gobierno escogido para este tipo de operaciones políticas y mediáticas es el de Estados Unidos pero resultaría poco creíble, incluso para los seguidores del MAS, que la máxima expresión del imperialismo hubiese fomentado un “golpe de Estado”. Había que apuntar a un gobierno extranjero de “derecha”, que ya no esté en el ejercicio del poder y que hubiese tenido algún grado de protagonismo en la crisis política boliviana de 2019. 

La supuesta carta, pieza del pretendido reposicionamiento, ha sido objeto de varios cuestionamientos. La firma de Teceros sería falsificada, la fecha -13 de noviembre de 2019- es de un día posterior a la renuncia del General y del Alto Mando Militar, y el contenido hace referencia a material antidisturbios, no a armamento letal. Curiosamente, el Ministerio Público, que convoca a los medios para informar todas las novedades en el caso “golpe de Estado”, no dijo hasta ahora si pidió el documento al Ministerio de Defensa para realizar pericias y contrastaciones.

Como dispositivo que genera la necesaria polémica, la supuesta carta fue negada en su existencia no solo por ex ministros de Macri, sino por actuales gobernantes como el Canciller argentino, mientras que el gobierno boliviano a través del Ministro de Defensa y el actual embajador de Argentina en La Paz refrendaron su autenticidad. En este punto, no interesa si la carta es real, lo que importa es la discusión sobre ella porque ayuda a esconder cosas y exporner otras.

A diferencia de otros casos de interés político, como el caso Terrorismo de 2008, en los que siempre aparece un “testigo clave” que presuntamente conoce toda la verdad y su testimonio es casi definitivo, parece que en esta ocasión habrá una “pieza clave” o una “carta clave” que será sostenida contra viento y marea por los actuales gobiernos de Argentina y Bolivia porque de ella depende ahora el destino de la teoría del “golpe de Estado”, planificado y ejecutado, según Luis Arce, por “toda la derecha de América Latina”.

Los cuestionamientos a la supuesta misiva como tal y las polémicas nacionales e internacionales que surgieron alrededor de ella apuntan a que es una carta fake para sepultar política y judicialmente al General y sus revelaciones, reposicionar inescrupulosamente la narrativa del “golpe de Estado” y principalmente mostrar a boliivanos y extranjeros hasta dónde están dispuestos a llegar quienes inventaron un hecho que jamás ocurrió y que está poniendo en verdadero peligro a la democracia en nuestro país.

| Edwin Herrera Salinas es periodista