Por: Amalia Pando |
Cuando Luis Arce llegó al gobierno parecía que traía consigo un nuevo logo, un sello para su gobierno, una cruz de la cultura Chakana, cuyo diseño con seguridad fue muy bien pagado con dinero público.
Pero cuando ese logo, oficializado por decreto el pasado 13 de enero, reemplazó de modo obligatorio al Escudo Nacional en toda la documentación oficial, estamos frente a una acción inconstitucional y premeditada, de sustitución de los símbolos patrios.
No es un asunto secundario, pues los símbolos sintetizan a las naciones y solo se cambian como reflejo de profundas transformaciones políticas, resultado por lo general de guerras y revoluciones.
El escudo desechado por Arce, el Escudo de Bolivia, entró en vigencia tras el triunfo de la República sobre la Colonia española.
Hoy se quiere poner fin a esa República, sus instituciones y símbolos.
DE LAS ELECCIONES AL SOCIALISMO
En una entrevista con la agencia EFE, del 13 de febrero pasado, Evo Morales confesó:
“Cuando yo fui a Cuba no fue por temas salud, fui a una reunión de planificación con Cuba y Venezuela, una reunión de alto nivel, a ver cómo retomábamos la democracia.”
Evo Morales confiesa sin tapujos que actúa en concupiscencia con las cúpulas gobernantes de Cuba y Venezuela.
El sometimiento a gobiernos extranjeros se considera como traición a la Patria, pues está en abierta violación a nuestra Constitución.
Desde Cuba entonces se fijó la estrategia para el retorno del MAS al gobierno, que incluyó los actos de violencia y terror, la difamación internacional contra el gobierno transitorio de Jeanine Añez calificándolo de “golpista” y el financiamiento de su campaña electoral en 2020.
DEL TRIUNFO ELECTORAL AL SOCIALISMO
Cuando Evo Morales habla de “recuperación de la democracia” y lo hace en compañía de cubamos y venezolanos, es más que evidente que está hablando de una dictadura apodada “democracia”.
Usan las elecciones libres y democráticas para llegar al gobierno y a partir de entonces nunca más aflojan el poder. A eso le llaman “socialismo”.
La renuncia de Evo Morales en noviembre de 2019 los descolocó. Hoy quieren cerrar ese episodio, para ellos vergonzoso, con el cuento de un golpe de Estado, y por eso le han dado tanta importancia al juzgamiento de los supuestos implicados.
Condenan el presunto “golpe” contra Evo Morales, pero celebran con todo entusiasmo y parafernalia el intento golpista del teniente coronel Hugo Chávez contra el gobierno democrático de Carlos Andrés Pérez en 1992.
HACIA EL SOCIALISMO CON ENGAÑOS
Luis Arce, develó el plan para llegar al socialismo en Bolivia. Primero, claro está, tenían que ganar las elecciones y retomar el gobierno. De ahí en adelante nos encaminamos al socialismo. El Escudo Nacional tiene que ver con esto.
En una entrevista, cuya parte pertinente circula en las redes sociales, Arce dijo:
“El pasar al socialismo con una sociedad totalmente diferenciada es más complicado que llevar, de una sociedad más igual, al socialismo.
Porque. ¿qué va a ocurrir? Estoy mirando a lo que usted veía, unos 10 a 15 años más adelante, cuando ya construyamos…
Cuba hizo eso ¿verdad? Fidel agarró, construyó el socialismo, empezó a mostrar las bondades de la salud, la educación, en fin, y les preguntó a los cubanos en un referéndum: ¿quieren ustedes esto? ¡Esto se llama socialismo! Y lo mismo va a ocurrir acá.”
GOBIERNO A PERPETUIDAD
Luis Arce y Evo Morales, parten de la premisa que esta vez se van a quedar por siempre en el gobierno, como en Cuba y Venezuela.
No hay necesidad de esperar otros 10 o 15 años para saber lo que nos espera. Ya vimos lo que Evo Morales dejó en 14 años de Gobierno y Arce en cuatro meses.
Aunque, claro, siempre puede ser peor. Piensan ajustar las tuercas hasta acabar con la democracia republicana. Comenzaron tirando el Escudo a la basura.
ROBAR Y ROBAR
En Venezuela, la corrupción y otros negocios turbios, han dado lugar a una casta de billonarios, con Nicolás Maduro a la cabeza y Alex Saab como su principal testaferro. Han desmontado una nación rica para su propio beneficio y sumido al pueblo en una igualitaria miseria.
Esto solo fue posible vía dádivas populistas durante los años de bonanza económica y mucha, mucha represión.
En Cuba, después de 60 años de revolución, libreta de racionamiento tras libreta de racionamiento, están volviendo al capitalismo sin tocar los intereses del partido único, el Partido Comunista de Cuba, que mantendrá el firme y hegemónico control del poder.
En Venezuela, después de haber destruido la economía, las privatizaciones también están de regreso en las empresas que el mismo régimen expropió en últimas dos décadas.
REFERENDUM SOCIALISTA
¿Quién puede votar libremente a favor de un sistema así?
Cuando en 2016 nos preguntaron si queríamos la perpetuidad de Evo Morales, dijimos que NO.
En Venezuela, Hugo Chávez, en el auge de su popularidad, diciembre de 2007, llamó a un referéndum para instituir el socialismo. Perdió, el pueblo venezolano también le dijo que NO.
A pesar de ello, siguió con las confiscaciones económicas, institucionales y de las libertades democráticas. Nicolás Maduro profundizó el régimen dictatorial y demostró que la injusticia sólo puede sostenerse con las armas y el fraude electoral.
En Cuba, Fidel nunca convocó a los cubanos a un referendo para preguntarles si querían socialismo.
La versión de Arce peca de ignorancia. Fidel tomó el poder e impuso el socialismo sin mayores contemplaciones, por la fuerza, no con la pedagogía de las buenas obras.
En 1976 y 2019 el régimen cubano introdujo modificaciones en su Constitución y bañó estos cambios con un esmalte de democracia socialista. Convocó a referéndums sin oposición y sin campaña en contra. Y way de aquel que vote NO. Esa es la democracia socialista. En consecuencia, en el primer referéndum el Sí obtuvo el 97, 7 % y en el segundo, más del 80%.
Algo muy parecido introdujeron aquí en las elecciones judiciales en las que todos los candidatos fueron del MAS.
LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON
Los sueños socialistas dictatoriales al servicio de Cuba son una pesadilla. Evo y Arce están arrimados a un proyecto putrefacto que huele mal desde lejos.
Aunque ya han dado pasos importantes en ese sentido, como la concentración de los tres poderes del Estado en el Ejecutivo, no olvidemos que una silla azul voló sobre la cabeza del Jefazo también azul.
Así no se puede ir hacia el socialismo. ¿Usted se imagina la misma silla dirigida contra Fidel Castro o Hugo Chávez? Impensable.
A solo cuatro meses de la posesión de Arce, tendremos las subnacionales y están desesperados. Eva Copa los tiene locos. ¿Qué será del gobierno y su proyecto socialista sin El Alto de rodillas?
Las principales capitales en todo el país, están en similar apresto de rebelión contra el Jefazo. Él y sus candidatos, designados a dedo, podrían perder. Otra vez el Jefazo tendrá que viajar a Cuba a rendir cuentas y rediseñar sus planes socialistas.
MANFRED, LA INHABILITACION Y EL FRAUDE
Dos golpes fatales recibieron en una misma tarde Manfred Reyes Villa, candidato a la Alcaldía de Cochabamba, con más del 50% de intención de voto.
El Tribunal Supremo Electoral lo inhabilitó a solicitud del MAS por un proceso coactivo acelerado que se desempolvó para este fin político.
Y, por otro, el Tribunal Constitucional también apresuró el fallo sobre los dos años de residencia previa en el país o municipio que se exige para candidatear. El fallo habilito a los masistas que se auto exiliaron, pero podría inhabilitar a Reyes Villa.
YA LOS CONOCEMOS
Cuando el MAS, al igual que sus pares en Venezuela y Nicaragua, no puede ganar una elección, recurre entonces a la inhabilitación de los candidatos opositores o al fraude.
Ya vivimos ambas experiencias. En 2015, a días de las subnacionales, fueron inhabilitados Ernesto Suarez, seguro ganador a la gobernación y todos los candidatos opositores a las alcaldías benianas.
En 2019, el MAS planificó un fraude electoral para darle a Evo Morales el triunfo en primera vuelta para un inconstitucional cuarto mandato. No contaron con la revuelta popular que causó el fraude y que terminó con la huida de su Jefazo.
TODO TIENE UN LÍMITE
Ahora y siempre volverán a usar estos mecanismos delictivos apoyados en los vocales, jueces y magistrados que ellos mismos designaron.
Sin embargo, todo tiene un límite, como ya se demostró. Depende de la tolerancia popular. Dejamos pasar y dejamos hacer, como en el Beni en 2015, o volvemos a las barricadas como en 2019.
Si se consolida la inhabilitación de Manfred Reyes Villa y si además avanzan en la pretensión de hacer lo mismo con otros candidatos opositores, crecerá la bronca contra Evo Morales y el gobierno del MAS.
Al final de cuentas, lo único que lograrán será aumentar los votos de la oposición y acelerar la acumulación de fuerzas que se necesita para poner un alto definitivo al proyecto “socialista” de gobierno hegemónico y a perpetuidad que pretenden imponer en Bolivia.