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Vía: La Nación |
The Wall Street Journal publicó hoy una dura columna en la que asegura, ya desde su título, que "Argentina es un campo de pruebas para la campaña mundial de vacunas de Moscú". Además de hablar sobre la campaña de vacunación en el país a partir de la adquisición de dosis de Sputnik V, se argumenta que la estrategia de Rusia es avanzar sobre los mercados de los países emergentes para enfrentar la pandemia de Covid-19.
La compra de las dos tandas de dosis (de 300.000 cada una) que se aplican en dos etapas, por parte del Gobierno argentino es el comienzo de un plan de venta que seguiría con 10 millones de vacunas antes de febrero, con la opción de 5 millones en marzo, de acuerdo a lo que había anunciado el mes pasado el presidente Alberto Fernández.
"Argentina es el primer país importante fuera de Rusia que comienza a inocularse con Sputnik a gran escala", detalla el artículo firmado por dos periodistas, Ryan Dube (en Lima, Peru) y Georgi Kantchev (en Moscú). Sin embargo, se detalla que la desinformación que brindó el Estado argentino en diciembre ayudó a que exista "cierta desconfianza entre los argentinos sobre su seguridad".
Para argumentar eso citan una encuesta de Poliarquía que muestra que el 28% de los encuestados dijo tener "nada de confianza" para con la vacuna rusa, contra un 10% que dijo que también desconfía igual de la del laboratorio Pfizer y un 9% respecto de la de AstraZeneca/Oxford.
Desde la columna, se explica que la Sputnik V "no ha sido aprobado por las autoridades sanitarias occidentales ni ha recibido la autorización de la OMS, de la que dependen muchos países en desarrollo para examinar las vacunas". Tampoco aún la investigación ha sido publicada en revistas especializadas, pero el Fondo Ruso de Inversión Directa, aseguró a través de la información que sí envió a la Argentina, que tiene una eficacia del 91,4%
No obstante, "Rusia ha iniciado conversaciones con la Agencia Europea de Medicamentos sobre la aprobación de la inyección en la Unión Europea y ha solicitado la autorización de la Organización Mundial de la Salud".
"Decisión nacida en la desesperación"
"Entre los primeros países de América Latina en ser inoculados, 200.000 personas en Argentina recibieron la Sputnik, la mayoría personal de salud y otros trabajadores esenciales. Muchos de ellos están felices de recibir la inyección y dicen que los argentinos estarán menos escépticos a medida que se administren más dosis", detalla el texto.
Además, hace mención a las negociaciones con Pfizer en las que no hubo acuerdo. "El gobierno del presidente Alberto Fernández tiene un acuerdo con AstraZeneca para recibir 22 millones de dosis, pero la fecha de entrega no está clara. Mientras tanto, la vacuna rusa estaba lista", señala.
La columna indica que Rusia vendió cada dosis a menos de 10 dólares, por lo que fue "una alternativa atractiva". Basa esa afirmación en que la gestión de Fernández "defaulteó 65.000 millones de dólares en deuda externa el año pasado y cuyas reservas netas están cerca de cero, de acuerdo a economistas privados". Es por eso, indica, que "fue una decisión nacida en la desesperación de un gobierno que falló en asegurar para la población argentina el acceso a vacunas más confiables y efectivas".
La Sputnik V en el mundo
Mientras en Rusia hasta el momento se vacunó a un millón de personas, el Centro Global de Innovación para la Salud de la Universidad de Duke afirma que ese país está tercera en el ranking de proveedores de vacunas con pedidos por parte de países de medianos y bajos recursos, adelante de Pfizer y Moderna. En ese sentido, la columna indica que gracias a los interesados en la adquisición de dosis, Rusia podría vender además unos 2.400 millones de vacunas.
De acuerdo al artículo, la venta de vacunas del Fondo Ruso de Inversión, "la convierte [a Rusia] en un importante proveedor que podría darle a Moscú una valiosa porción del mercado mundial de vacunas Covid-19 y potencialmente darle influencia geopolítica en el mundo en desarrollo".
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