El esperado debate llega en el trayecto decisivo del voto

Vía Página Siete .-

Bolivia asistirá este domingo 4 de octubre a uno de los debates presidenciales más esperados de su historia, no sólo porque esta vez no está en carrera el candidato que durante una década y media justificó su inasistencia con el argumento de que él sólo “debate con el pueblo”, sino porque se realiza en un momento crucial para la definición del voto de los indecisos, que esta vez bordean el 30%, según las encuestas.

El debate llega cuando sólo faltan dos semanas para el primer verificativo electoral sin la presencia de Evo Morales en 15 años y a 18 días de la renuncia de la beniana Jeanine Añez, quien dejó al menos un 8% de potenciales electores a la deriva, muchos de los cuales fueron a engrosar las filas de los indecisos. 

Por ello, la trascendencia del momento en que los candidatos a la presidencia se juntarán esta noche para debatir sobre sus propuestas electorales ante un público estimado de cinco millones de personas y mediante una red de alrededor de 80 medios de comunicación de distinto formato.

Hay 7.332.925 bolivianos habilitados para sufragar el próximo 18 de octubre y en sus manos se encuentra la elección de un gobierno que devuelva el mando del país al Movimiento Al Socialismo (MAS) o elija por una alternativa diferente al socialista “proceso de cambio”.

“Va a ser un hito de nuestra democracia, esperemos que así lo sea. Y una fiesta democrática también”, proyectó Raúl Peñaranda, uno de los organizadores del encuentro, al que hasta el viernes confirmaron su asistencia seis de los siete candidatos en carrera electoral.

El postulante a la presidencia por el Movimiento Al Socialismo (MAS), Luis Arce Catacora, optó por mantener la incógnita hasta el viernes, cuando el vocero de su partido Sebastián Michel anunció que no asistirá debido a una entrevista comprometida con la Red Uno a la misma hora. No obstante, el medio la había anunciado para el viernes. 

Pese a ello, Peñaranda dijo que los organizadores esperarán por Arce hasta el filo del inicio del debate (20:00), por la importancia de que el país conozca los planteamientos del candidato que aparece primero en las encuestas de intención de voto. 

Con todo, la cita de postulantes a la presidencia confirmó la presencia de Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana (CC); Luis Fernando Camacho, de la alianza Creemos; Chi Hyun Chung, del Frente Para la Victoria (FPV); Jorge Tuto Quiroga, de la alianza Libre 21; Feliciano Mamani, del Partido Acción Nacional Boliviano (Pan-Bol); y María de la Cruz Bayá, de Acción Democrática Nacionalista (ADN).

La última vez que se realizó un debate presidencial fue en septiembre de 2014 y a la cita no asistió Morales, pese a ser el favorito en las encuestas. Esgrimió el mismo argumento que utilizó desde 2009, que él debate directamente con el pueblo.

“En todos los departamentos, entregando obras, escuchando a la población. Ese es el verdadero debate”, justificó en esa oportunidad el entonces viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales Alfredo Rada, quien se encuentra refugiado en México donde recientemente fue aprehendido por agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) en un Walmart de Coyoacán por el hurto de dos botellas de champú.

A ese debate presidencial asistieron Samuel Doria Medina, del Frente de Unidad Nacional (UN); Jorge Quiroga, entonces candidato por el Partido Demócrata Cristiano (PDC); Juan Del Granado, del desaparecido Movimiento Sin Miedo (MSM); y Fernando Vargas Mosúa, del Partido Verde de Bolivia (PVB).

Durante el debate, Del Granado expresó su desconfianza en el padrón electoral y dijo que, en una revisión rápida, detectaron que al menos 326 muertos en La Paz votarían el domingo 12 de octubre de ese año. Finalmente, ese día el MAS ganó con un contundente 61, 36% y los asistentes al debate no llegaron a obtener ni el 40% de los votos en conjunto.

Esta vez la cita de postulantes a la presidencia llega con el antecedente de una invitación a debatir, lanzada la segunda semana de septiembre por el candidato Mesa a Luis Arce, su principal oponente, quien respondió que acudirá a un encuentro de este tipo únicamente si asisten todos los otros candidatos.

“El requisito para que nosotros vayamos a debatir (de modo) franco y abierto tiene que ser que todos los candidatos de todos los frentes estén ahí. Y se tiene que garantizar la participación democrática de todos los candidatos, caso contrario nosotros no tenemos por qué debatir solamente con uno”, argumentó el 14 de septiembre, durante una conferencia de prensa.

Este domingo la silla para Arce estará esperando en el COE hasta las 20:00, hora en la que comenzará el Debate Presidencial Bolivia 2020, moderado por los periodistas Miriam Claros y Tuffí Aré, ambos de extendida trayectoria en el país.

El encuentro será retransmitido y difundido por alrededor de 80 medios y sus organizadores proyectan que será visto por alrededor de cinco millones de personas, en Bolivia y el mundo. La transmisión en señal abierta estará a cargo de la productora española MediaPro.

El Debate Presidencial Bolivia 2020 está organizado por la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB) , la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) , la Fundación Jubileo, la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y el conglomerado Red de Medios.

En una de sus presentaciones, recuerdan que “un debate presidencial es crucial para ayudar al elector a tomar una decisión sobre un voto informado y consciente” y que “el 80% de los bolivianos y bolivianas creen que los candidatos presidenciales deben asistir a un debate público”.

Pedro Glasinovic, presidente de la ANPB, anticipó que, en las cinco rondas de preguntas que se harán a los candidatos, ellos debatirán temas como “democracia y política, salud, economía, medioambiente, cambio climático, corrupción y justicia, además de temas sociales”.

La ubicación de los postulantes fue definida en un sorteo con presencia de sus representantes. De izquierda a derecha estarán Chi, Mesa, Camacho, Mamani, Bayá, Quiroga y Arce. 

Cada uno de ellos podrá ingresar al COE acompañado de un máximo de tres colaboradores. Antes de hacerlo, tendrán un tiempo para realizar declaraciones a la prensa, al igual que a la salida del evento. Para ambos casos existe un rol previamente definido por los organizadores.

Efectivos de la Policía Boliviana estarán encargados de las labores de seguridad, dentro y fuera del lugar donde debatirán los candidatos. Los uniformados no permitirán el ingreso sin credenciales y exigirán a los asistentes el uso de barbijos.

Para evitar que haya fricciones entre los candidatos, los organizadores tomaron al menos dos medidas: la firma de un compromiso entre ellos y el control en el tiempo de las intervenciones desde una mesa central. La pulseta entre los postulantes a la presidencia también será transmitida en el exterior por medios como la revista Aquí Latinos de Europa, Mi Voz Cuenta y Bolivia Somos Todos, en EEUU. 

Unas 30 instituciones que promueven los derechos humanos y que forman parte del sistema de educación superior expresaron su respaldo al debate presidencial, entre ellas 21 organizaciones no gubernamentales que conforman la Coordinadora de la Mujer. El evento tiene el financiamiento y respaldo técnico de varias entidades internacionales, entre otras la Unión Europea, la fundación Konrad Adenauer, Idea Internacional, NDI y las embajadas de Suiza, Alemania y Canadá.

Del “no debato” al “debato con el pueblo”

Tras el retorno de la democracia en octubre de 1982, los debates presidenciales fueron pieza clave en los procesos electorales, hasta que en 2002 , y luego en 2005, comenzaron a perder peso por ausencia de algunos candidatos.

En el primer caso, siete no asistieron por desacuerdo con el rol de exposiciones, entre ellos Evo Morales, quien argumentó que quería debatir, pero con el entonces embajador de EEUU Manuel Rocha. Tres años después volvió a dar la espalda al evento organizado ese año por la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP).

No asistió al “Debate Presidencial Elecciones 2005”, esta vez con el argumento de que no quería estar en un mismo salón con Jorge Quiroga, candidato de Podemos, a quien acusó de ser “un mentiroso”.

Lo hizo saber mediante una carta que envió a Mario Maldonado, entonces presidente de la APLP, quien la leyó en la segunda jornada del encuentro, tras haber esperado a Morales hasta el último minuto.

De ahí en adelante, luego de ganar las elecciones y jurar como presidente, Morales rechazó todos los debates presidenciales durante más de una década, pero con un nuevo argumento, que esgrimió hasta la última elección en la que participó antes de renunciar y dejar el país a fines de 2019.

“Quieren debatir con el Evo. Aquí nosotros debatimos como pueblo nuestros programas, todos los sectores sociales, hasta empresarios, un programa de desarrollo, un programa para cambiar Bolivia (…) El programa se debate cada día, programa, proyectos y planes. No es que el programa y planes se debaten por las elecciones. Claro, los partidos tradicionales de la derecha sólo se acuerdan de programas cuando llegan las elecciones”, dijo el 14 de julio de ese año, en un acto en Viacha. 

Desde 2009 el ahora jefe de campaña del Movimiento Al Socialismo rechazó, una y otra vez, los debates. Señaló que el verdadero debate es con las organizaciones sociales.

Cuatro candidatos en la última pulseta

El último debate en el que se vieron las caras los candidatos a la presidencia, excepto Evo Morales, candidato del MAS, ocurrió el domingo 28 de septiembre de 2014. 

Ese día, Samuel Doria Medina, del Frente de Unidad; Jorge Quiroga, del Partido Demócrata Cristiano; Juan Del Granado, del Movimiento Sin Miedo; y Fernando Vargas, del Partido Verde de Bolivia confrontaron sus planes de gobierno y puntos de vista sobre temas como la democracia, el Estado de Derecho y la reforma a la justicia boliviana.

Morales, como desde 2009, dijo que él debate con las organizaciones populares, que había confirmado la oficialista Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam). 

En el encuentro Doria Medina advirtió sobre el riesgo que representaba la inseguridad jurídica para las inversiones, mientras que Quiroga expresó su preocupación por la creciente inseguridad producto de las actividades del narcotráfico. Vargas reflexionó sobre la necesidad de que el país deje de ser un simple exportador de materias primas.

Del Granado tenía la atención puesta en otro asunto: el riesgo de fraude. “Hemos hecho solamente una comparación, hemos hecho un muestreo de los muertos del cementerio de La Paz, de los muertos fallecidos efectivamente en 2012, 2013 y 2014 ¡Sorpresa! 326 muertos van a votar el 12 de octubre”, advirtió.

Al final, Morales se impuso en esos comicios con el 61,36% de los votos (3. 173. 304), mientras que, en conjunto, los restantes cuatro candidatos consiguieron apenas el 38,63%.

Quien mejor desempeño obtuvo entonces en el bloque de la oposición fue Doria Medina, que logró el 24,3% de la votación y consiguió nueve escaños en el Senado y 32 en la Cámara de Diputados.

Entonces, la encuesta de intención de voto realizada por la empresa Ipsos a 11 días de los comicios otorgaba a Morales un 59% de respaldo y al resto de los candidatos el 25%.

Chi Hyun Chung (FPV) será el primer candidato en usar la palabra. Llega al debate con un apoyo de entre el 2 y el 2,5% en la intención de voto. Pidió anular la sigla del MAS y denunció a Fernando Camacho.

Carlos Mesa (CC), quien ocupa el segundo lugar en todas las encuestas y se perfila como el único que pudiera forzar una segunda vuelta, destacó que el debate “es un requisito importante para la democracia”.

Fernando Camacho (Creemos) llega al debate como tercero en las encuestas y con la posibilidad de tener los votos de oro en la Cámara de Senadores. Será el tercero en hacer uso de la palabra.

Feliciano Mamani (Pan-Bol) ocupa el penúltimo lugar en las encuestas, sin posibilidades de ocupar un puesto en el Senado. Su equipo de campaña confirmó su asistencia al debate de esta noche.

María de la Cruz Bayá (ADN) será la quinta candidata en hacer uso de la palabra. Las encuestas la ubican en el último lugar, aunque ella asegura que el 18 de octubre demostrará que estos datos son errados.

Jorge Quiroga (Libre 21) confirmó su asistencia al debate y se presenta como uno de los candidatos más duros con el MAS. Las encuestas lo ubican en los últimos lugares, con hasta 2% en la intención de voto.

El equipo de Luis Arce (MAS), primero en las encuestas, anunció que no asistirá al debate por una entrevista en la Red UNO, que fue ajustada a último momento, luego de que había sido anunciada para el viernes.