Foto: Cadecocruz.-
En América Latina suman 41 millones de personas desocupadas mientras que el desempleo en Bolivia alcanzó el 11,8%. Los despidos y cierre de empresas, son las secuelas de la pandemia.
Turismo perdió 106 mil empleos
Un balance de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), identifica a 41 millones de personas desocupadas en América Latina como resultado de restricciones al comercio, a la vida laboral y al turismo, aplicadas por las naciones entre marzo a junio de este año para frenar la propagación del Covid-19.
El organismo hizo notar que antes de la emergencia sanitaria ya existían 26 millones de personas que ya se encontraban sin trabajo, a los cuales se sumaron otros 15 millones que perdieron sus empleos durante los meses de cuarentena.
Esta situación se agrava por los altos niveles de informalidad en la economía de estos países, pues ha impedido que las decisiones para frenar la emergencia sanitaria funcionen a cabalidad.
90 % de las trabajadoras del hogar fueron despedidas
En su informe “Panorama laboral en tiempos del Covid-19: Impactos en el mercado de trabajo y los ingresos”, este organismo de las Naciones Unidas, destaca que la región en conjunto reporta una tasa de desocupación del 13%, que comparado con el 8,1% de 2019, muestra el “deterioro” del mercado de trabajo.
La OIT calcula que se perdieron 400 millones de empleos en todo el planeta, pero que en América Latina se registra un descenso de 18,3% de horas laborales en el segundo trimestre de 2020, por encima del 14% de la disminución a nivel mundial, en el mismo periodo.
“El marcado incremento en la tasa de desocupación regional es sólo una de las manifestaciones del deterioro que el mercado de trabajo ya venía experimentando en años previos y que se agudizará significativamente en este contexto. Adicionalmente, es una señal de las complejidades que tendrá volver a condiciones de empleo más favorables debido a que la experiencia muestra que recuperar los niveles históricos lleva tiempo”, cita el documento.
Conforme a estas cifras, la región supera a Europa y Asia Central que tuvieron una reducción del 13,9% de horas de trabajo, apenas 0,4% más que China y el resto de Asia.
BOLIVIA
Deuda pública con empresas constructoras pone en riesgo 470 mil empleos directos y un millón indirectos.
El país no es la excepción a los cálculos de la OIT, pues en julio de 2020, el desempleo en Bolivia alcanzó el 11,8%, indicador 7,9% por encima de las previsiones del Instituto Nacional de Estadística (INE) de Bolivia.
Para el director general de entidad especializada, Yuri Miranda Gonzales, el crecimiento en la desocupación es una consecuencia directa de la pandemia de Covid-19 y que sin los efectos de la emergencia sanitaria, la tasa de desocupación hubiese sido del 3,9%.
“Del total de los desocupados cesantes, 434.000 personas, se puede observar que 289.000 fueron afectados directamente por la pandemia”, dice Miranda.
TORMENTA PERFECTA
En las líneas aéreas comerciales se perdieron tres mil empleos.
“Se estima que las pérdidas del sector comercial, en lo que va del año, ascienden a unos $us 1.500 millones, fruto tanto de la recesión económica como de las cuarentenas rígidas y flexibles, y bloqueos por la crisis política que han paralizado el país”, ha manifestado Rolando Kempff Bacigalupo, presidente de la Cámara Nacional de Comercio y miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas.
Su análisis indica que “Solo en la cuarentena rígida de marzo el sector ha perdido $us 400 millones. Los 15 días del bloqueo que vivió el país han significado por lo menos $us 70 millones de pérdidas para el sector empresarial del comercio, transporte y turismo”.
El ejecutivo de la organización empresarial recuerda que “Bolivia enfrenta una tormenta perfecta que afecta la dinámica empresarial del país debido a la triple crisis provocada por la emergencia sanitaria, una economía que sufre la recesión más fuerte de los últimos 100 años con una caída del 7% del PIB, y la inestabilidad política. Los efectos de esta triple crisis constituyen seguramente el mayor reto de la historia de Bolivia y por lo tanto las respuestas y acciones deben estar a la altura de este desafío”.
ACCIONES
Ante los despidos y el cierre de varias actividades productivas por la emergencia sanitaria, el Gobierno en julio ha iniciado una desesperada campaña por crear 11 mil empleos y la subvención del salario de los empleados por un periodo entre 3 y 6 meses con una inversión de $us 19 millones.
Esto a través de un plan con cinco objetivos; brindar capital de trabajo a los productores, crear empleos en las obras públicas, incentivar a los pequeños y medianos emprendedores, fomentar la compra estatal de productos nacionales y generar medidas sectoriales.
También impulsan cuatro fondos de garantía; el Fondo de Reactivación Post-COVID-19 (FORE) con Bs 12.000 millones; el Fondo de Garantía Sectorial (Fogasec) con Bs 1.100 millones; el Fondo de Afianzamiento de Mipymes con Bs 120 millones y el Fondo de Garantía para el Crédito de Vivienda Social y Solidaria con Bs 500 millones.
PROPUESTA OIT
349 mil empleos que se pierden por el cierre de restaurantes y cafeterias.
De conformidad con las normas internacionales del trabajo, la Organización Internacional del Trabajo, para enfrentar la crisis de la Covid-19, ha propuesto un marco general de políticas de respuesta basada en cuatro pilares fundamentales que abarcan el estímulo de la economía y el empleo; el apoyo a las empresas, los empleos y los ingresos; la protección a los trabajadores en el lugar de trabajo y la búsqueda de soluciones mediante el diálogo social.
El primer pilar denominado propone: política fiscal activa, orientación flexible de la política monetaria, préstamos y ayuda financiera a sectores específicos, incluido el sector de la salud.
En el segundo: apoyar a las empresas, el empleo y los ingresos; ampliar la protección social a toda la población, aplicar medidas de mantenimiento del empleo, ofrecer a las empresas ayuda financiera/fiscal y otros medios de alivio.
En el tercer pilar: Proteger a los trabajadores en el lugar de trabajo, Reforzar las medidas de SST (Seguridad y Salud en el Trabajo), adaptar las modalidades de trabajo (por ejemplo, el teletrabajo), prevenir la discriminación y la exclusión, poner la sanidad a disposición de toda la población, y ampliar el recurso a una licencia remunerada.
Finalmente, en el cuarto: buscar soluciones mediante el diálogo social, fortalecer la capacidad y la resiliencia de las organizaciones de empleadores y de trabajadores, fortalecer la capacidad de los gobiernos, fortalecer el diálogo social, la negociación colectiva y las instituciones y mecanismos de las relaciones laborales.
En el caso de Bolivia, estas propuestas de la OIT, deben ser consideradas por las actuales autoridades del Ejecutivo, y obviamente por el Gobierno a ser elegido el próximo 18 de octubre.
Por ahora no se conoce en detalle los sectores afectados y las regiones del país en las cuales subió la desocupación. Peor aún de la cantidad de empresas afectadas o la cuantificación oficial de sus pérdidas.
Lo cierto es que la Covid-19 ha ocasionado en el país el cierre de empresas, tiendas y talleres de manufactura de confecciones, cuero, madera y productos artesanales, entre otros.
De la misma forma, provoco que los empresarios cambien de rubro, reduzcan salarios, contraten personal eventual sin beneficios sociales y en su caso obliguen a jubilaciones y retiro voluntario. Son las secuelas de la pandemia que varios sectores de la economía deberán sobrellevar por los menos los siguientes dos años.
MAIB