El padre de Lionel Messi, Jorge, tiene previsto desplazarse a Barcelona la semana entrante desde su ciudad, Rosario, en Argentina, para reunirse con el presidente azulgrana, Josep Maria Bartomeu, y tratar de acercar posturas del posible fin de ciclo del 10.
Esa cumbre será en principio el miércoles. Eso sí, cada parte irá con una hoja de ruta muy clara y definida y, por lo que se conoce en la previa, la cita al más alto nivel entre el máximo representante de la entidad y el padre del crack no apunta a que vaya a acabar con acuerdo alguno. Entre otras cosas porque las posturas son absolutamente divergentes y no parece que vayan a variar demasiado antes de la próxima cumbre.
Por un lado, el padre de Messi llega con las ideas claras. De una forma civilizada y amistosa, a pesar de que el primer anuncio formal y legal fuese un burofax, su intención es hallar un terreno de encuentro con el club para conseguir una salida de su hijo del Barça lo más civilizada posible, pese a que Leo ha optado por tensar la cuerda no yendo hoy a las pruebas PCR ni mañana a entrenarse.
Jorge Messi espera hallar comprensión en el presidente al explicarle que su hijo prefiere irse ya que está hastiado por los fracasos en la Champions, con el humillante colofón del 2-8 de Lisboa, y que ya con 33 años quiere buscar un nuevo proyecto que considere con más opciones para ganar en Europa que el que está armando el Barça con Ronald Koeman.