Mirista de cepa, incluso fundador, fue Ministro del Interior entre los años 80 y 90, nació en el departamento de Santa Cruz, más precisamente en Concepción allá por el año 1945 y fue abogado y comunicador social, todo en pasado porque ha dejado de existir Guillermo Capobianco.
“Se fue al cielo mi tío Guillermo Capobianco Ribera, un gran orador, un gran político, pero especialmente un gran ser humano, siempre agradeceré sus enseñanzas y el inmenso cariño que me tuvo desde que era apenas una niña y que se mantuvo a lo largo de toda mi vida, extrañaré su ternura cuando me veía y me decía ´Elianita´ y las charlas sobre política que eran interminables. Un beso inmenso tío, lo llevaré por siempre en mi corazón”, confirmó la noticia a través de redes sociales, Eliane Capobianco, Ministra de Desarrollo Rural y Tierras y sobrina del emblemático político
En primera instancia llegó a formar parte del gabinete ministerial de la UDP, como ministro de Urbanismo y Vivienda. Entre el 89 y 91 volvió a ser ministro, esta vez de la mano de la presidencia de Jaime Paz Zamora, quien le dio la máxima autoridad en el Ministerio del Interior.
Intentó ser diputado en 1993, pero su candidatura fue frustrada por supuestas presiones del extranjero sobre un polémico caso cuando fungía de autoridad del poder ejecutivo.
Despedida de Susana Seleme
Los hombres que dejan huellas no se van. Y Guillermo Capobianco Ribera seguirá por las calles de su Santa Cruz natal, y por las de Bolivia toda, como corresponde al hombre de la generación de la democracia que fue y seguirá siendo. Constructor de aquel MIR al que le dio lo mejor de su vida, su vida entera, aquí, allá y acullá.
Gracias Guillermo porque lo hiciste “camino a la esperanza, con toda decisión” como cantaba nuestro himno, con todo amor político que es esperar el mañana con anhelo proletario y campesino, con olor a pueblo.
Gracias Lety por haber estado a su lado siempre. Gracias Suki y Celita por haberlo amado y comprendido.
Y gracias a vos Guillermo por haber estado y seguir estando, ya más allá del mundo terrenal, queriendo a toda costa construir “el instrumento vital del porvenir”. Gracias a vos y a Lety porque me honraron al ponerle mi nombre a su primera hija, y Celia a la segunda, por aquella vieja amiga.
Nos vemos en Puerto Paila, con ellas y con tu mama, con algunas o muchas lágrimas y también sonrisas de hermanos y compañeros de la utopía que soñamos juntos.
Descanso para tu cuerpo enfermo y paz para tu alma grande de compañero y conductor. 😢🤷🏻♀️ 💓
Mis más sentidas condolencias a sus hijos hombres, a sus hermanos y a toda su familia.