Por Zulema Alanes B. Foto: RR. SS.-
Luto en Bolivia por las primeras muertes por coronavirus. La primera, ocurrió en Santa Cruz. Tras la noticia, las calles permanecieron vacías y en silencio en el primer domingo de cuarentena total en el país. Fue también el primer día de cumplimiento general, con contadas excepciones, de las restricciones impuestas para controlar la propagación del coronavirus. El panorama no fue el mismo el sábado, primer día de restricción total, que registró muchos infractores a la emergencia sanitaria.
Al cierre del primer fin de semana de cuarentena total el gobierno confirmó otras dos muertes en La Paz, una de ellas en Patacamaya, y 15 nuevos contagios confirmados a nivel nacional entre los que se cuentan dos niños. Ya suman 96 casos a nivel nacional.
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El balance no es alentador. Las cifras muestran que el país ha ingresado a la fase cuatro de propagación del coronavirus: el contagio comunitario. A esta altura cabe preguntar: ¿Qué parte de #QuédateEnCasa no se entiende?
La cuarentena bajo vigilancia y estrictas sanciones
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En todos los países donde se impuso la cuarentena obligatoria como parte de la estrategia para evitar la propagación del coronavirus, se apeló a la fuerza pública y a la imposición de sanciones para garantizar su cumplimiento. Solo China y Corea del Sur lograron imponer el confinamiento total a solo decreto gubernamental. China primero decretó cuarentena en Wuhan, la ciudad donde se originó el brote de coronavirus, y luego la extendió a toda la provincia de Hubei: 58.5 millones de personas estuvieron en sus casas durante 60 días. En Corea del Sur, al día siguiente de que el Alcalde de Daegu, la ciudad donde se presentó el primer brote del virus, pidió a los 2.5 millones de habitantes que se queden en casa, las calles amanecieron desiertas.
En el resto de los países la cuarentena ha sido decretada bajo amenaza de sanciones y vigilancia policial y militar, sin lograr contener una oleada de infracciones. En Chile, este domingo, el presidente Sebastián Piñera dijo que son los "vivos de siempre" los que incumplen la cuarentena y les advirtió: "¡Cuidado! los vamos a perseguir! Esas actitudes son inaceptables, ilegales e inmorales”. En Argentina, hace pocos días, el presidente Alberto Fernández advirtió que la cuarentena “si no entra con la razón, va a entrar con la fuerza” y fustigó a los infractores: “Los vamos a detener y les vamos a sacar los autos; son unos inconscientes”.
Viveza criolla, inconciencia y sabotaje
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En Bolivia, el panorama no es diferente. Están los vivos de siempre, como en Chile, y los inconscientes, como en Argentina, pero también están los que sabotean por consigna política.
Desde las primeras restricciones en la ciudad de El Alto se activaron grupos de resistencia. El 23 de marzo, se detuvo a más de un centenar de personas que se negaban a acatar la cuarentena en Senkata, Puente Vela y Río Seco y apedrearon a policías y ambulancias. Dos días después pegaron afiches en El Alto: “No hay coronavirus. No existe. Despierta Bolivia. Mueran vendepatrias. Coronavirus está en el palacio, hay que fumigarlos”.
Según reportó Página Siete, “Estos grupos argumentan que la cuarentena es una medida política. Se resisten a la presencia de la policía porque consideran que los uniformados causaron la renuncia de Evo Morales a la presidencia”.
Este sábado, primer día de la cuarentena total, durante un recorrido por algunas poblaciones del altiplano paceño, el ministro de Obras Públicas, Iván Arias, se topó con un grupo de cerca de 200 personas en la localidad de Laja.
“¿Qué es esto, señores, hay cuarentena? Saben lo que va ocurrir…”, cuestionó Arias al aproximarse al grupo, pero de inmediato la gente reprochó a gritos: “Hable con maneras”. “Ustedes muy tarde llegaron, en diciembre debía ser esto. Nada”. “¿Acaso nos interesa?”.
Durante toda la jornada del sábado, autoridades nacionales y departamentales recorrieron varios municipios del altiplano paceño. En Achacachi se sorprendieron por la disciplina de sus pobladores que acataron la cuarentena de manera absoluta.
En cambio, en Santa Cruz, el ministro de Defensa, Fernando López, envió un enérgico mensaje a la población: “Vamos a ser implacables, porque no hay otra opción, se acabó el por favor en Santa Cruz de la Sierra, se acabó el llamado a la conciencia, esto es acción, no hay otra”.
Santa Cruz registra los mayores índices de incumplimiento de la cuarentena en el país y, además, hay una manifiesta actitud de socavamiento a la autoridad policial y militar que patrulla las calles de esa ciudad.
El fin de semana, una mujer increpó a una patrulla militar por haber exigido a un grupo de niños y adolescentes que retornen a sus casas como manda la cuarentena. La mujer arremetió contra los militares y vociferó con ajos y cebollas: “sólo están jugando”, “no tienen derecho sobre ellos”, “váyanse de aquí”.
Según la norma las personas que no cumplan con la cuarentena dictada por el gobierno, deberán pagar el monto de 1.000 Bs y cumplir con un arresto de 8 horas. Porque el coronavirus no discrimina. Según un reporte del periódico Los Tiempos, hasta el viernes 27, “Bolivia tiene una mayor cantidad de casos en ciudades capitales (40) que en municipios rurales (22), aunque se tienen 12 casos registrados en los que no se logró determinar dónde se presentó el positivo”.
La mayoría de los casos importados (26) llegaron directo a las ciudades capitales, en cambio, en zonas rurales prevalecen los casos de contagio local. Los casos de Porongo y Vallegrande, en Santa Cruz, y el de Santiváñez y Chimoré, en Cochabamba, sobresalen por la cantidad de personas que tuvieron que ser aisladas debido a la presencia de un caso positivo.
A estos datos habría que añadir el reporte de la primera muerte rural por coronavirus en Patacamaya, departamento de La Paz. El caso movilizó a cuatro ministros de Estado, ante la información de que la víctima, un varón de 71 años, asistió a una fiesta patronal que se prolongó durante tres días en plena plaza principal. Patacamaya, con más de 22.000 habitantes, se encuentra a 98 kilómetros de La Paz, en la carretera doble vía a Oruro, es un lugar de contacto estratégico en el altiplano norte del país. Se determinó su aislamiento total, con cierre de carreteras de ingreso y salida.