CABILDEO DIGITAL

Por: Amalia Pando.- El cinismo de mentir en grande ha sido el instrumento propagandístico del MAS. Y será la tónica de su candidato a la Presidencia, Luis Arce Catacora, y de su autoexiliado líder, Evo Morales.

Apoyados por los experimentados aparatos gubernamentales de Cuba, Venezuela y ahora Argentina, proyectan a Evo Morales como la víctima de un golpe de las oligarquías, merecedor del Premio Nobel de la Paz. Son los que aseguran que no hubo fraude electoral en Bolivia. No importan las pruebas, ni siquiera las de la OEA. Repiten la mentira con tal insistencia, en voz del presidente argentino, en voz del Washington Post, en voz de supuestos expertos, que los hechos se diluyen y queda la consigna: “no hubo fraude”.

Es tan efectiva la técnica que por esa vía el gobierno de Irán que tiene a Israel en la mira, asegura que nunca existió el Holocausto en el que murieron 5 millones de judíos.

Si pueden hacer desaparecer un holocausto, con mayor facilidad un pinche fraude.

Evo Morales, el terrorista que instruyó a sus huestes a levantar cercos de hambre en torno a las ciudades del país, la Fiscalía tiene la grabación , el que nos puso al borde de la guerra civil, el responsable en sus 14 largos años de gobierno de la muerte de un centenar de campesinos, cooperativistas mineros, indígenas y otros opositores, ha sido propuesto para el Premio Nobel de la Paz, apoyado por todos los que apoyan las dictaduras de Maduro, Ortega y la cubana, obviamente.

Con ese mismo cinismo proyectan a Alvaro García Linera como si fuera un gran intelectual. Este bachiller que mintió sobre sus títulos y que probó enormes dificultades en la tabla del 3, está de gira en España donde será recibido en calidad de héroe por Podemos. Ese partido español recibió de los impuestos del pueblo boliviano al menos 1.8 millones de dólares entre 2017 al 2018, a través de pagos a una consultora mexicana Neurona, cifra confirmada por el Banco Central de Bolivia en enero de este año.

Y el cinismo llega al candidato a la presidencia por el MAS Luis Arce Catacora, proyectado como el genio de las finanzas, autor de la bonanza, la estabilidad y crecimiento de la economía boliviana cuando en realidad es el autor de mayor despilfarro de nuestra historia.

Luis Arce Catacora administró 47.600 millones dólares. ¿Dónde está la plata?.

1000 millones gastaron en publicidad; 1000 millones se tiraron en una planta de urea que no funciona o lo hace a veces a pérdida; otros 1000 millones en indemnizaciones a las empresas nacionalizadas; 1000 millones en canchas, estadios, complejos deportivos abandonados, escuelas sin alumnos, aeropuertos sin aviones, mercados sin vendedores, un Parlamento del Alba sin inaugurar, helicópteros que no vuelan, un museo de camisetas de futbol sin visitantes y así podemos seguir con una lista interminable del despilfarro de un dinero y un tiempo excepcional que nunca volverán.

El candidato Arce acusó al actual gobierno de estar “hipotecando el futuro y condenando a Bolivia a la crisis económica”. Declaración a propósito de la decisión de colocar en el exterior bonos por 1500 millones dórales. Significa aumentar la deuda externa para hacer frente a los gastos corrientes.

Pero,¡ qué cinismo! , eso es justamente lo que hizo Arce Catacora. Con la agravante de habernos endeudado cuando no había necesidad. Las exportaciones estaban a todo vapor, con los pozos llenos y los precios internacionales sobre 100 dólares el barril. La cotización actual no llega a 50 dólares el barril y los campos están agotados. Exportábamos al Brasil 30 millones de metros cúbicos diarios. Hoy, por falta de gas, se redujo a 18 millones de metros cúbicos diarios.

Para despilfarrar, Arce Catacora colocó bonos en el exterior por 500 millones de dólares en 2012, otro monto similar el siguiente año 2013, y en 2017 por 1000 millones de dólares. En total, se endeudó mediante bonos por 2000 millones de dólares. Y ahora, que hay enorme necesidad,¡ critica.!

Arce Catacora nos dejó un país endeudado. La deuda externa subió de 2400 millones de dólares que se registraron en 2008 a más de 10.000 millones a septiembre de 2019. Sí, nos dejó un país hipotecado y en crisis.

EL gobierno del MAS administró la bonanza como si fuera un preste y cuando se les acabó el efectivo siguieron con la fiesta con préstamos y a costa de los ahorros del país. Se gastaron la reserva monetaria internacional que en 2014 estaba por encima de los 14 000 millones de dólares y que la dejaron por debajo de los 6000 millones de dólares.

Y a pesar de la contundencia de estos datos, el candidato de Evo Morales asume poses de genio de la economía, como Alvarito con las matemáticas.

A lo anterior se suma las cuantiosas pérdidas por la corrupción. Arce Catacora es corresponsable de los 100 millones de dólares que se robaron del Fondo Indígena y que terminaron en las cuentas particulares de los dirigentes campesinos del MAS.

Es responsable de los 600 millones de dólares adjudicados de forma directa a la china CAMC, empresa gestionada por la ex novia del presidente Gabriela Zapata. Uno de esos contratos fue para la construcción de una ferrovía para sacar la urea de Bulo-Bulo hacia Santa Cruz. Nunca se hizo. Y así, todo lo demás.

De todas las matufias destapadas últimamente, una de las más llamativas es la ocurrida en la administración de los aeropuertos, SABSA. En 2013 se criticaba a la empresa española Abertis por ganar tanto. En 14 años de su administración había sumado ganancias por 139 millones de bolivianos.

El MAS nacionalizó SABSA. En vez de invertir tuvo que pagar una indemnización a los españoles de 23 millones de dólares y las ganancias desaparecieron dando paso a las pérdidas : 12 millones de bolivianos en 2018 y otros 18 millones de bolivianos en 2019.

Y, para no dar cuentas a la justicia por daños al estado, dejaron a 3 accionistas privados, que poseen 3 acciones por un valor total de 300 bolivianos. Con esta maniobra SABSA es una sociedad anónima y no una empresa estatal con administradores sujetos a la Ley Marcelo Quiroga Santa Cruz. Los 3 accionistas no han sido habidos. Los buscan inclusive por edicto.

Si proyectamos cómo manejaron SABSA al manejo de un país, el resultado es Venezuela, un país que se cae a pedazos con un gobierno sostenido por el narcotráfico y el contrabando de oro y, sobre todo, a bala.

Arce Catacora tuvo la suerte de haber llegado al ministerio de economía en los años de las vacas gordas, y nos dejó un país sin vacas.