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Por Amalia Pando
De mameluco anaranjado, ¡quién lo hubiera imaginado hace una semana! , igual que el resto de los 600 inmigrantes detenidos en el Krome Detention Center de Miami, así viste hoy Elio Montes Chávez, 37, quien fue detenido el jueves pasado al llegar al aeropuerto de esa ciudad por irregularidades en su visa, aunque existe otra versión que dice que fue por intentar introducir sin declarar más de 10 mil dólares americanos. Otra versión de prensa, Detrás de la Verdad, habla de “una cantidad exorbitante”.
Montes no pasó siquiera la prueba laboral de los 3 meses en su envidiable cargo de Gerente General de Entel cuando ya está detenido en los Estados Unidos y procesado en Bolivia por delitos penales en medio del primer gran escándalo de corrupción post Evo.
Su horizonte cambió cuando con el patrocinio del entonces presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, saltó de la dirección de un pequeño canal de cable local a manejar la empresa estatal más solvente del país, Entel.
82 días después, se quedó sin horizonte. No ve sino rejas, está enjaulado, con horarios estrictos para las visitas, las comidas y las cortas caminatas en el patio y ni siquiera lo dejan hablar con su esposa Fátima y sus tres niñas. El ex gerente de Entel no dispone de un celular. Son las normas de ese centro de reclusión para inmigrantes que antes de los 80s fue una base de entrenamiento militar construido durante la Guerra Fría. Y ahí estará Elio Montes Chávez hasta que un juez de inmigración decida su destino. Podría ser deportardo y estaría llegando enmanillado a Viru Viru.
Mientras tanto, el Procurador General del Estado, José María Cabrera, ha presentado una demanda penal por enriquecimiento ilícito, conducta anti económica y ventajas en razón del cargo. Simultáneamente se han embargado sus bienes y cuentas bancarias.
¡Qué vergüenza para su familia, para el Comité Cívico que lo patrocinó, para el Gobierno de Jeanine Añez que lo posesionó, para los trabajadores Entel que van dando tumbos de bandido en bandido, que vergüenza para Bolivia!
Se busca un responsable político. Camacho escribió un post dirigido a la Presidenta: “ No culpe a otros de la corrupción “. Y, el asesor de Creemos, Enrique Bravo, en el mismo sentido instó al actual gobierno a “asumir su responsabilidad y dejar de echar la culpa a los demás”.
Elio Montes llegó a La Paz de la mano de Jerjes Justiniano, el abogado de Camacho, quien duró apenas un mes como Ministro de la Presidencia, despedido como Montes por uso o abuso de influencias en el Poder Judicial de Santa Cruz.
Para entonces, Elio Montes era un desconocido en Santa Cruz, según relata El Deber, y un absoluto desconocido en La Paz.
Justiniano le contó al periódico El Deber que Montes le llamó para preguntarle qué debía hacer frente a los rayos y centellas que caían sobre él y Justiniano le habría aconsejado que presente sus descargos en la auditoría que posiblemente lleve adelante el Ministerio de Obras Publicas.
En vez de ello, fugó del país en el vuelo de BoA 762 del 13 de febrero, el mismo que también abordó Camacho. “Coincidencia”, dijo el asesor Enrique Bravo.
En las redes sociales se publica otra “coincidencia”. En uno de los vuelos particulares, contratados por Montes y pagados por Entel, se sacaron una self y en la foto aparecen otra vez ambos, Montes y Camacho.
El “ camachismo” salió del gobierno de Jeanine tras el lanzamiento de la candidatura de la Presidenta que se erigió amenazante al dominio político de Camacho en el oriente del país. En un pestañeo pasaron de amigos a enemigos. Sin embargo, muchos “ camachistas” se quedaron en el gobierno, como el ministro de Defensa, Fernando López, y el propio Elio Montes.
Cuando en una entrevista, tras esa ruptura, Cabildeo le pregunto a Montes cómo había llegado al gobierno, en su respuesta trató de ocultar sus “ políticamente incorrectos” vínculos con Camacho y dijo que fue designado directamente por la Presidenta Añez. Sin embargo, su despido y los turbios entretelones de su gestión, salieron precisamente de Palacio de Gobierno.
En esa entrevista Montes dejó muy buena impresión. Parecía representar a la “generación millenium” que debutaba en política y en la administración pública. Anunció una lucha sin cuartel contra la corrupción de su antecesor, el masista Oscar Coca; además, había renegociando con los proveedores para ahorrar 12 millones de dólares; abarató y aceleró el Internet y pusó fin a la era del terror en las relaciones laborales al Interior de Entel.
Sin embargo, la magma de su propia corrupción erupcionó dejándonos estupefactos. Lo echaron cuando el Directorio de Entel y los ministros de Obras Publicas y el de Presidencia se enteraron que pretendía asignarse un sueldo de 100 mil bolivianos. Montes lo negó y se mantuvo en los 30 mil de los altos ejecutivos. Además, descubrieron que Entel había pagado su estadía y comida en un hotel de 5 estrellas de La Paz y vuelos en jet privado La Paz, Santa Cruz, La Paz, con Camacho de pasajero incluido. A esto se sumó un auspicio de 16 mil $us para el corredor de rally Eduardo “ Happy “ Peredo, cuyo padre aclaró que no habían recibido de ese contrato “ni cinco centavos”.
Elio Montes escribió en su tweet que había actuado de acuerdo a ley y que era victima de acoso laboral.
Inmediatamente después se supo que a sabiendas de su despido y poco antes de recibir el memorando respectivo, instruyó el pago de finiquitos por 869 mil bolivianos, equivalente a 124 mil dólares , a sus 13 colaboradores, todos los jóvenes cruceños que llegaron y desaparecieron con él. Un beneficio que no les corresponde pues ni siquiera cumplieron los 3 meses de prueba que exige la ley, pero, sobretodo porque las normas de ética y decencia política se lo prohíben.
El ministro de Obras Públicas, Iván Arias, le pidió públicamente que devuelva el dinero. En vez de ello rajó para Miami, terminando en la prisión de Krome Detention Center.
Entre tanto, 9 de los 13 beneficiarios de los fraudulentos finiquitos devolvieron el dinero a través de sendos depósitos en el Banco Unión a la cuenta del ejecutivo de Entel. Ellos son :
Shirley Mónica Gutiérrez Assaf que cobró Bs 80.091,9 ; Marcelo Stelzer Dorado, Bs 96.110 ;Rocío Gladys Escobar Flores, Bs 62.633 ; Yamyl Klinsky Vásquez, Bs 30.434,9 ; Rosario Kimberly Pantoja Veizaga, Bs 64.073,5 ; Édgar Martín Franco Cochamanidis, Bs 44.851,4; Juan Édgar Orellana López, Bs 43.890,3; Valeria Andrea Pizarro Pérez, Bs 43.249,6; y, Marcelo Sebastián Dabdoub Peña, Bs 96.110,3.
Los que faltan son: Manuel Lara Bischof, Bs 96.110,3; Julio Peña Justiniano, Bs 96.110,3 ; Yhalmar Abuawad Bonifaz, Bs 57.666,1; y, Édgar Chávez Cortez, Bs 57.666,1.
La investigación en curso tiene que establecer el monto del despilfarro que disminuye significativamente con la devolución de los 100 mil dólares de los finiquitos ; el origen del dinero que Montes habría sacado del país, hecho aún incierto, y si el viaje de Camacho y Montes en el mismo vuelo de BoA fue una simple casualidad.
También quisiéramos saber qué tenía Elio Montes en la cabeza para creer que podía convertirse en tiempo récord en un pequeño “jeque” al estilo Evo Morales a costa de los bolsillos públicos y de las esperanzas populares en un mejor gobierno.
Lo bueno en esta penosa historia es la constatación de que también hay funcionarios en el actual gobierno que están dispuestos a correr con la factura política-electoral a dejar pasar un acto de corrupción o despilfarro, es el caso del Ministro Iván Arias.
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