Venezolanos opositores, convocados por el presidente encargado, Juan Guaidó, protestaron este martes contra el régimen de Nicolás Maduro, al entrar en el sexto día de un apagón que dejó a oscuras a casi todo el país y a una población desesperada por la falta de agua y comida.
"La situación está muy difícil, esperamos que este gobierno cambio. Ya basta de este caos", aseguró Miguel González, en una plaza del este de Caracas, donde sonaban cacerolas y bocinas de autos en el inicio de la protestas. Muchos ondeaban banderas.
La emergencia, el peor corte de electricidad que ha afectado a casi todo el país de 30 millones de habitantes, comenzó la tarde del jueves. El ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, aseguró que la luz se ha restablecido en "casi en todo el país", pero aún hay zonas del oriente y centro del país sin electricidad.
Maduro empezó la distribución de comida, agua y asistencia a hospitales, donde según Guaidó murieron una veintena de personas, mientras que la ONG Codevida dice que fallecieron 15 enfermos renales por falta de diálisis. El gobierno afirma que no hay víctimas.
"Oí un concierto de disparos. Saquearon una panadería y luego en otro local robaron cauchos (llantas). Temprano, vi gente en cola por un kilo de arroz. Mucha tensión", dijo a AFP Alberto Barboza, de 26 años, en la ciudad petrolera Maracaibo.
El apagón colapsó el suministro de agua, porque las bombas de los tanques requieren energía para funcionar. Ante ello, muchos intentan aprovisionarse en supermercados o fuentes naturales.
En Caracas, en una medida desesperada, un grupo de personas bajó al canal del contaminado río Guaire para recoger agua en una bocatoma ubicada a un costado. "Tenemos la garganta seca", gritaron a militares que los desalojaron.
Algunos no tienen más remedio que pagar en dólares el agua o la comida. En un país donde hay escasez de dinero en efectivo, la más mínima compra se paga con datáfonos, fuera de servicio por el apagón. Las comunicaciones aún siguen inestables en algunas zonas.
//El Comercio//