Foto: CNI |
Los empresarios industriales del país le declararon la “guerra al contrabando”, que para 2020 afectó a la economía en más de $us 3.000 millones. Este gremio elaboró una estrategia para luchar contra este flagelo que daña la producción nacional.
El contrabando es la “segunda pandemia para la industria”, puesto que ejerce una competencia desigual y desleal con la industria formalmente constituida que paga impuestos, aporta a la seguridad social de corto y largo plazo, cumple con aportes patronales, entre otras obligaciones fiscales.
El contrabando, es el principal impulsor de la informalidad de la economía que se desarrolla en un contexto de pobreza a nivel urbano y rural, altas tasas de desempleo, subempleo, desigualdad de género y trabajo precario, inseguro y mal pagado.
“En este marco, desde la Cámara Nacional de Industrias (CNI) hemos declarado la guerra al contrabando, en este sentdo que alentamos políticas, programas y proyectos de formalización de las actividades económicas que permitan la generación de inversión, producción y generación de empleo productivo, digno y mejor remunerado que es una estrategia alternativa para luchar contra el contrabando”, expresó el presidente de la entidad, Ibo Blazicevic.
Es así que la CNI junto a las cámaras departamentales han desarrollado y se encuentran implementando una Estrategia Nacional de Lucha contra el Contrabando, que tiene cuatro pilares:
1) Una intensa campaña de comunicación de concientización de lucha contra el contrabando.
2) Acciones legales para reducir la sanción penal al contrabando de 200 mil UFVs (valor del tributo omitido) a 10 mil UFVs (mismo que era el 2003).
3) Estudios económicos de cuantificación del contrabando por sectores y su impacto sobre el empleo, producción e impuestos.
4) Gestiones con entidades públicas para incrementar las acciones y operativos de lucha conjunta contra el contrabando.
Los industriales bolivianos, al igual que otros sectores económicos, se organizan en torno a la Cámara Nacional de Industrias para combatir al contrabando con una estrategia multidimensional que abarca temas de comunicación, legales, económicos y de operativos.
El contrabando ha generado una movilización no sólo del sector industrial; sino de todo el sector empresarial formal, puesto que afecta a su producción, a sus mercados, al empleo y al futuro de todos, remarcó Blazicevic.
Es fundamental que desde el Gobierno Central se tome la decisión de ejercer una lucha frontal y total al contrabando, que es lo que exige el sector industrial y las empresas en su conjunto.
A su vez, se debe municipalizar en el mercado interno la lucha al contrabando, a través de los municipios como también de las gobernaciones, activando a las intendencias para el control en el ámbito local, en mercados, ferias, y otros espacios en los que se comercializan productos de contrabando.
Si el Gobierno decide luchar frontalmente contra el contrabando, el PIB puede aumentar entre 1 a 1,5 puntos y las recaudaciones tributarias en más de 1.500 millones de bolivianos.
Lo fundamental es la decisión política y económica de Lucha contra el Contrabando que adopte el Gobierno Central. La decisión gubernamental movilizará recursos, personal, instituciones, actividades de comunicación, medidas económicas, legales, de interdicción y otras.
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