Por: Zulema Alanes B. |
La fiscalía decidió echar tierra sobre el caso Neurona y dejar sin investigar los contratos irregulares que, entre 2017 y 2018, el gobierno de Evo Morales firmó con la consultora mexicana por 12,4 millones de bolivianos.
El proceso por corrupción y daño económico al Estado que apuntaba a 23 personas como responsables de beneficiar con ocho contratos por invitación directa a Neurona Consulting, fue sobreseído supuestamente por no contar con elementos de prueba suficientes para fundar la acusación.
La decisión constituye un rechazo tácito a la resolución del Parlamento Europeo que, el pasado 29 de abril, pidió a la fiscalía reabrir el caso para establecer los nexos de Neurona Consulting con la presunta financiación ilegal de actividades políticas de Podemos, el partido que actualmente cogobierna en España.
El 2018, la empresa mexicana fue puesta bajo sospecha en Bolivia no sólo por obtener contratos millonarios sin licitación pública, sino también por potenciar el trabajo de los denominados “guerreros digitales” del MAS que se dedicaron a apuntalar la campaña electoral presidencial de Evo Morales.
El periodista Alfonso Gumucio, el primero en denunciar que Neurona Consulting era “una fachada para obtener dinero fácil” dijo a Cabildeo Digital que no es casual que la fiscalía declare cerrado el caso porque “Hay muchos más involucrados de los que creemos y mucho más dinero del que ha salido a la luz hasta ahora, por eso quieren enterrarlo”.
Una trama de política y corrupción
En diciembre de 2018, Página Siete reveló que, en cinco meses, el gobierno había gastado Bs. 14,6 millones de los cuales Bs. 8,8 millones fueron pagados a Neurona Consulting por producir “piezas comunicacionales” para una estrategia de redes sociales.
En marzo de 2019, el periodista Alfonso Gumucio denunció que Neurona Consulting era “simplemente una fachada para obtener dinero fácil del mal llamado “Ministerio de Comunicación”, la repartición gubernamental encargada de la propaganda del MAS, de los “guerreros digitales” y de otras aberraciones financiadas con recursos públicos”.
Entonces mostró que la empresa mexicana compartía espacio con los estacionamientos para vehículos en la casa que registró como domicilio legal y aseguró que “no es una empresa especializada en nada, es una facha”.
Dos años después, Gumucio dijo que nunca pensó “que esto iba a ser el hilo de una madeja tan compleja, de carácter internacional, no solo una fachada mexicana con el gobierno boliviano sino con España”.
Puntualizó que “aunque la justicia boliviana pretenda echar tierra sobre el caso, estamos ante una trama de negociados que tenían doble propósito, por un lado, enriquecerse, pero también pasar dineros desde Bolivia, Venezuela, Ecuador, a un proyecto político en España y, en general, financiar el llamado socialismo del siglo XXI”.
Las pistas que dejó Neurona en Bolivia y que ahora la fiscalía declara insuficientes, permitieron a la justicia española encontrar indicios de delito, la misma empresa que entre 3017 y 2018 hizo negocios con el gobierno de Evo Morales por más de Bs. 12,4 millones.
Los nexos no son sólo económicos, son fundamentalmente políticos: Podemos es el partido que emergió como una alternativa de izquierda en España, liderado por Pablo Iglesias, que respaldó a Evo Morales y que a cambio recibió en 2017 la medalla Marcelo Quiroga Santa Cruz, nada más ni nada menos que el símbolo de la anticorrupción, de manos del jefe del MAS.
En criterio de Gumucio detrás del caso Neurona “hay toda una triangulación política entre México, Bolivia, Venezuela, Ecuador y otros países con España” que le ha costado “mucho dinero a América Latina”.
En México, Neurona Consulting recibió entre 2017 y 2019 al menos 4 millones 530 mil pesos por contratos obtenidos de partidos de izquierda en campañas electorales. En Ecuador, se constituyó como Consultoría neurona S.A. , meses antes de la campaña electoral para las presidenciales de 2017 y apoyó al partido de Rafael Correa.
La propia empresa Neurona admite en sus cartas de presentación en su web que desde 2014 realiza “Colaboración en áreas audiovisuales, estrategias de comunicación (…) la primera vez en la campaña presidencial de Evo Morales en Bolivia. A partir de dicha campaña, Neurona ha trabajado en más de 200 campañas electorales, todas exclusivamente con candidatos y partidos de izquierda en países como España, Portugal, Costa Rica, Ecuador, México, Bolivia, Paraguay, Nicaragua, Venezuela y Colombia”.
En España, además de Pablo Iglesias, Neurona ha sido vinculada con Juan Carlos Monedero, otro fundador de Podemos y profesor de la Complutense de Madrid, asociado a César Hernández, empresario izquierdista, ambos parte del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), institución en la que el exvicepresidente Álvaro García Linera participa como parte del Consejo Consultivo.
A esperar a la justicia española
Para Alfonso Gumucio detrás de los negocios de Neurona Consulting hay muchas cosas ocultas que la justicia boliviana nunca va a investigar, “mi hipótesis es que apenas sabemos la punta del iceberg, hay mucho más detrás de esa fachada”.
Hay indicios que permiten concluir que Neurona ha sido creada a la medida de un proyecto político financiado con recursos estatales de varios países.
Para obtener millonarios contratos con Bolivia, fue creada en enero de 2017 con un capital de 5.000 dólares, según el Registro Público de Comercio de México y en España fue creada en marzo de 2019 con un capital de 3.000 euros, y firmó un contrato por 363.000 euros con Podemos respaldados por recursos fiscales que ese partido recibió para las elecciones que tuvieron lugar el 28 de abril.
Está claro que el sobreseimiento del caso Neurona determinado por la fiscalía, es una decisión más política que jurídica aseguró Gumucio y se declaró “totalmente convencido de que aquí en Bolivia no se podrá descubrir la verdad con una justicia tan servil, manejada y manipulada por el MAS”.
Dijo que la única esperanza es que “las conexiones de Neurona Consulting en Bolivia sean descubiertas en el proceso de investigación que lleva a cabo la justicia española, porque las conexiones existen, pero hay que develarlas”.