Por Zulema Alanes B.-
Cuando faltan pocos días para su posesión, Luis Arce Catacora, el presidente electo en los comicios del pasado 20 de octubre, ha dado las primeras señales de que encabezará un gobierno a la sombra de Evo Morales. Se ha mostrado complacido con la anulación de los dos tercios (2/3) en la Asamblea Legislativa.
Mala señal dijeron a Cabildeo Digital varios analistas. Juan Del Granado calificó las medidas como “continuidad del evismo, del populismo autoritario y del hegemonismo”. Atrás quedó el discurso de autonomía que Arce Catacora quiso mostrar frente a Evo Morales, el jefe que lo eligió como candidato, y que, por lo visto, no está dispuesto a jugar un papel accesorio en el futuro gobierno, por tanto, seguirá manejando los hilos del poder allá donde se encuentre.
El exalcalde y actual analista político, dijo que Arce Catacora empieza mal su gobierno, “con cero autocrítica masista”, pero también decidido a mantener la “degradación del parlamento y de la independencia de poderes”.
Tras recibir su credencial como mandatario electo de manos del Tribunal Supremo Electoral, Arce defendió la anulación de los dos tercios y aseguró que “no debe haber ninguna preocupación por parte de la población”
Pero en criterio de Juan Del Granado, esa es una decisión que no sólo pretende “la eliminación de la minoría” en la Asamblea Legislativa, sino que equivale al “desconocimiento del voto popular”.
“¿Arce y Choquehuanca, más y peor de lo mismo?”, cuestionó.
ACOSADO Y A LA SOMBRA
"Arce es una ficha de Morales” dijo la analista Erika Brockman y “por lo visto ha decidido jugar todas sus cartas bajo la lógica de quien en el momento de anunciarlo como candidato lo presentó como el hombre capaz de garantizar la economía nacional, pero no como un líder capaz de reemplazarlo”.
En su opinión “Evo es un animal político, no va a poder renunciar al ejercicio del poder directo y, por ello, ha decidido empoderarse en las organizaciones sociales y, especialmente, en el control del eje cocalero”.
Según la analista, no es casual que Morales haya anunciado que se replegará a sus bases cocaleras, “es el terreno que domina, y desde allá intentará, primero, resolver la pulseta con Choquehuanca y, luego, dejar en claro que tiene la llave del poder, aquel que es el verdadero sustento del gobierno de Arce. Presión social y poder fáctico”.
El exparlamentario, Armando De la Parra, coincidió que la decisión de Morales de “parapetarse en los cocaleros es la más clara señal de que no va a dejar el poder pacíficamente” y expresó su sospecha de que “en realidad, va a planificar la resistencia ante cualquier signo de traición de Arce, no al proyecto político, sino al liderato de Evo, y para eso incluso tendrá la plata el narcotráfico”.
En opinión de los analistas, aun cuando el MAS ha exigido que Evo Morales sea incluido en la lista oficial de invitados a la asunción del mando, no es casual que el exmandatario haya decidido no estar presente en la posesión de Arce y Choquehuanca e ingresar al país el 9 de noviembre, por Villazón, para luego dirigirse acompañado por una caravana hasta el trópico de Cochabamba. Su plan es llegar a la zona cocalera el día 11, exactamente a un año del día que salió del país tras su renuncia al mando del país.
Según De La Parra, “Evo quiere un retorno triunfal, que no esté opacado por quien él encumbró a la presidencia” y Brockman añadió que “no es sólo cuestión de ego, sino afirmación de un liderato que espera no sea afectado ni un milímetro”.
Hasta ahora todo el aparato del MAS se puso al servicio de Morales. Reactivó sus influencias en la justicia para dejar sin efecto una orden de aprehensión en su contra dentro el denominado caso terrorismo y en el que estaba señalado como el responsable de ordenar y coordinar el cerco a las ciudades hasta dejarlas sin alimento durante los conflictos postelectorales de 2019.
AUNQUE LA HISTORIA NO SE REPITE...
Según De La Parra, la dinámica política en el país es tan imprevisible que hace imposible una prospección perfecta de lo que podría ocurrir en el futuro próximo, sin embargo, dijo que siempre existe la tentación del retorno al pasado. En el caso de Evo Morales, “no sería descabellado pensar que en su cabeza esté la posibilidad de reeditar el caso Héctor José Cámpora”, el presidente argentino que luego de ganar las elecciones, renunció a los 49 días de su mandato, para permitir nuevas elecciones sin la proscripción de ningún candidato, posibilitando el retorno al poder de Juan Domingo Perón que en 1973 inauguró su tercer mandato, con su mujer como vicepresidenta.
Cuando Cámpora se postuló como candidato del populismo peronista del que Evo Morales se ha estado alimentado durante su refugio voluntario en la Argentina, la consigna central era “Cámpora al gobierno, Perón al poder”.
Cualquier parecido con la realidad boliviana puede no ser casualidad. Luis Arce Catacora fue elegido por Evo Morales como candidato a presidente del Movimiento al Socialismo (MAS) con el horizonte de volver al poder, logrado el objetivo, será el tiempo e pasar facturas.
“Creo que la tendencia es Evo en el poder y Arce en el gobierno”, subrayó De La Parra, y aseguró que “aunque Arce no parece muy contento con ese rol, puede convertirse en el Cámpora boliviano”.
No es fácil predecir lo que ocurrirá en el futuro, dijo el exparlamentario, pero subrayó que “de todas maneras Arce terminará sacrificado por Evo, pues no será fácil que mantenga el milagro económico que se le atribuye, y tendrá que cargar con los fracasos y crisis que le imponga la actual coyuntura”.
En criterio De La Parra, en este periodo de crisis “Arce corre el riesgo de desprestigiarse, mientras Evo seguirá abonando su liderato en los éxitos de los años de bonanza”.
Brockman coincidió en que “la economía puede convertirse en el talón de Aquiles de Luis Arce, es decir que la economía lo podría cobrar una alta factura política”.
Y todo hace ver que no les falta razón. En su primer encuentro postelectoral con representantes del Pacto de Unidad, Luis Arce y David Choquehuanca, aseguraron que las arcas públicas están vacías, que no hay dinero ni para pagar aguinaldos, y que analizan reducir los ministerios para encarar el periodo de crisis.
Los pronósticos no son muy positivos y según los analistas, Evo no se arriesgará a correr con todo el impacto de la crisis económica y esa puede ser una de las razones que expliquen su decisión de replegarse a sus bases, desde donde siempre puede jugar el papel de opositor a las medidas antipopulares de su propio gobierno.
El Chapare, además, es el escenario ideal para que Morales ejerza el poder mientras Arce está a cargo del gobierno, “porque ahí confluirán todas las tensiones internas del MAS, se repartirán los espacios de poder, se ordenarán los cambios cuando correspondan, y se delinearán las estrategias para neutralizar a la oposición” destacó Brockman.
Por su parte, De La Parra puntualizó que en tanto arranque el gobierno, “Evo Morales estará haciendo dibujo libre de cara a las elecciones subnacionales, de gobernaciones y municipios, que ya están a la vuelta de la esquina”.