Por: Carlos Federico Valverde Bravo - Periodista
Mesa desafía a Morales a debatir; Ortiz desafía a Morales y a Mesa, ninguno de los desafiados se da por aludido; en el MAS aseguran que Morales debate con el pueblo y eso es mucho decir; Morales habla y el pueblo militante escucha; eso no es debate.
Mesa por su parte asegura (con argumentos numéricos) que la elección se dirimirá entre 2, según los números, una verdad a medias, considerando que necesita demostrar que es mejor que el tercero para que la gente que apoya a Ortiz vuelque sus votos hacia él, si acaso la idea sería votar por el que muestre mejor discurso y conocimientos desde la oposición; descartando, por supuesto esa idea de que hay gente que nunca votaría por el ex vicepresidente de GSL y renunciante presidente sucesor.
Ortiz ya dio pruebas de atreverse con ambos pero está equivocado si cree que su campaña debe basarse en ello, como está equivocado Mesa si cree que a Morales le hace daño el desafío permanente, de manera que ambos están perdiendo el tiempo de campaña que es escasa, cuando tienen con qué demostrar que Morales, además de ilegítimo candidato, no tiene más que dar al país, ahora que se acaban los créditos económicos que dejó el sistema liberal que mal o bien estuvo al mando del país.
Morales está cómodo porque ambos candidatos citados giran en torno a su eje; discuten lo que él propone y quien propone lleva las de ganar, ese el caso actual, se debate la inmortalidad del cangrejo, si la vaca pone huevos o si Evo es capaz de convocar o no multitudes de militantes que viajan obligados como si esos fueran los temas que el país necesita oír y no los del pésimo desempeño de YPFB y el estado de los hidrocarburos (reconocido por Arce Catacora); el tema de Sproule es una pregunta inconclusa que todos sabemos nunca fue una verdadera calificación de reservas y que parece haber sido adulterada porque así lo pidió el Gobierno a fin de generar confianza (Ortiz preparó un análisis técnico independiente y lo amenazaron, por interpósita persona del gobierno) con un proceso en un membretado de la empresa, pero, el tema es denso, no es denuncia, no es cuestionamiento; GAS YA NO TENEMOS, como son enunciados los temas de los que hablan Mesa y Ortiz cuando se refieren al tratamiento del cáncer en vez de hablar de la problemática integral de salud, SUS incluido, con 5 o 6 meses de aprobado sin funcionar prácticamente; el Colegio Médico cruceño y nacional tienen en la picota a la deficiente ministra de salud y los políticos opositores no ensayan una propuesta seria, en números y acciones; no hablan del déficit Fiscal, no hablan de la alta deuda bilateral , de la deuda externa, no se refirieren al Pacto Fiscal si acaso les interesa como tema de reparto más equitativo y la tabla de salvación de los departamentos; es decir, parece más cómodo girar en torno al eje del poder, no planteando la corrupción gubernamental expresada en la creciente presencia del narcotráfico, la desinstitucionalización del Sistema Judicial, Electoral, Contraloría, en fin, en la desinstitucionalización Constitucional del Estado nacional.
No se trata de escuchar que se va a destituir a jueces y que se va a llamar a referéndum; eso es básico, se trata de proponer una ingeniería organizativa del poder judicial que lleve a la gente a creer que el mañana puede ser mejor; que a diario aparezcan narcotraficantes detenidos no implica mejor trabajo sino que el asunto se ha “democratizado” tanto que no hay manera de frenarlo (mientras los cocales crecen); que no se trata de hacer mesas de estudio y reunión para evitar la violencia contra la mujer; en el lapso del tiempo en el que se inaugura una reunión de esas y se termina pueden haber muerto una o dos mujeres o 100 haber sido golpeadas… y la lista puede seguir, pero el espacio cedido al artículo no… de manera que aquí lo dejo, reiterando que, si le mueven el eje del debate a Morales este estará incómodo; no hay manera de que se haga el desentendido, lo otro, el debate, déjenlo en manos de los Organismos de prensa, a ver si ellos se atreven a hacer su tarea, la que siempre hicieron cuando había democracia.