Por: Sonia Montaño Virreira - Socióloga
Hace unos días, el ya bien conocido coronel Medina fue detenido y está siendo procesado por asociación delictuosa, y encubrimiento por sus vínculos con un tal Pedro Montenegro, también conocido como Pedro Hoffman. Este hombre es buscado por narcotráfico en medio de una guerra sucia contra el candidato con mayores posibilidades de ganar y al que, como van las cosas, el Gobierno, y sus servidores, como la diputada Rivero, lo van a acusar de la extinción de las abejas, del cambio climático, las “trancaderas” y cuanta calamidad puedan encontrar para levantar una cortina de humo.
El mencionado coronel dijo que fue abogado del presidente Morales y del postulante a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Rodríguez Veltzé; luego se retractó porque según su defensa: “Hubo un error de taipeo en el acta de la audiencia cautelar “.
No son pocos los errores de “taipeo” que ocurren cada vez que las autoridades dicen que no dijeron lo que dijeron, como el ministro Romero, luego de afirmar que conoció a Medina recién cuando ya se desempeñaba como director en la FELCC en Santa Cruz, lo que no tendría nada que ver con pedir que siga en su puesto por su buen desempeño antes de conocerlo.
Otro error de “taipeo” fue que el narcotraficante Montenegro buscado hace años por el Brasil, se haya movido como Pedro por su casa bajo el nombre de Pedro Hoffman.
Hay más errores que alientan la impunidad. Hace un tiempo el excomandante de la Policía Boliviana Víctor Hugo Escóbar, posesionado por Evo Morales como Comandante de la Policía, fue imputado por uso de instrumento falsificado, lo que en la nueva jerga sería un error de “taipeo” que alteró documentos oficiales para ascender al grado de general de la institución del orden justo en el momento que se desbarató al grupo Rosza, y sobre el que aún purgan inocentes.
Los últimos aspirantes a la Policía no se sabe si necesitaron “taipear”, ya que sus exámenes fueron anulados por estar viciados de nulidad y corrupción, aunque es muy probable que alguien, desde más arriba, “taipeó” mal las instrucciones y los chanchulleros quedaron en evidencia. A estas alturas muchos funcionarios deben estar tomando clases de “taipeo”, pues esto ya se ha convertido en un mecanismo para desviar el foco de los delitos
Por supuesto que esto ocurre en todos los ámbitos, como los registros de propiedad, impuestos y otros donde las teclas marcan números, fechas y apellidos distintos a los auténticos para beneficio de los más pillos. Basta con que ministros, jueces y fiscales se excusen acusando al famoso “taipeo” para que se haga borrón y cuenta nueva, esto siempre que sean partidarios del Gobierno o sus declaraciones perjudiquen al supremo.