Por: José Luis Saavedra |
“Nos definimos con la naturaleza y padecemos los mismos males que ella: el dominio y la violencia patriarcal”.
Vandana Shiva, la voz de las ecofeministas
Acabo de ver y leer la impactante noticia acerca de que ¡Bolivia es uno de los países con más feminicidios per cápita del mundo! (Agencia de Noticias Fides).
Y no es la única noticia preocupante, hay otra tan o más alarmante, es la que refiere que Bolivia también está entre los países con mayor deforestación de bosques en la región y el mundo (Agencia de Noticias Fides, 05 noviembre 2021).
Empecemos viendo -en los límites del presente artículo y sin pretensiones de exhaustividad- algunos datos, en relación con el tema de la deforestación, que comprende el desmonte y la tala de árboles, y sus principales consecuencias, tales como la escasez de agua y la degradación de los suelos.
Según un estudio publicado por la Fundación Inesad (Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo), Bolivia tiene una tasa de deforestación per cápita de 310 metros cuadrados por persona al año. La cifra supera de lejos al promedio mundial que es de nueve metros cuadrados. Y, en los últimos 20 años, según el mismo Inesad, el país ha incrementado la deforestación anual de 150 mil a 350 mil hectáreas.
Si asumimos que, en Bolivia, la tasa de deforestación es de 350.000 ha al año, entonces, en términos per cápita representa 320 metros cuadrados persona al año (m2/persona/año), que resulta en una tasa 20 veces más alta que el promedio mundial (~16 m2/persona/año), superando los niveles de otros grandes países deforestadores, como Brasil (~137 m2 /persona/año) y Malasia (~109 m2/persona/año).
¿En qué región hay más deforestación? “De los 25 municipios a nivel nacional, que están en la lista de mayor deforestación, el 80% son de Santa Cruz”, con notable énfasis en la región de la Chiquitanía, que cumple un rol fundamental para las funciones ambientales en esta parte del departamento de Santa Cruz, y es hasta donde se está expandiendo la frontera agrícola, está entrando la minería y es también donde ha habido más afectación por los incendios forestales.
¿Cuál es la causalidad primordial de la deforestación?, además de la expansión de la actividad agropecuaria (principalmente ganadería), la minería ilegal y el crecimiento de la mancha urbana, la causa reside en la agroindustria y el monocultivo de caña y soya transgénica (cfr. “Con 200% de deforestación, Bolivia cambia bosques por la agroindustria”, Pagina Siete, 29 septiembre 2019).
¿Perspectivas?, hay que trabajar en el campo de la reforestación, la gestión de incendios y la restauración de bosques. Pero, de este tema nos ocuparemos en un próximo artículo. Ahora, veamos el angustiante tema de la violencia machista.
En Bolivia, los feminicidios, es decir los asesinatos de mujeres por ser mujeres aumentan en número y también en saña y crueldad. Podemos afirmar, por tanto, que la violencia contra la mujer es la forma primordial de expresión de la sociedad machista y patriarcal.
Un reporte reciente de la Cepal indica que, en Latinoamérica, Bolivia es el país donde más mujeres son asesinadas y que Bolivia es uno de los países más peligrosos para la mujer.
Las cifras de la violencia contra la mujer, en Bolivia, son en verdad aterradoras. El año 2021, las denuncias por violencia doméstica han superado los 31 mil casos y los casos de violación han sido más de 1.800.
2,3 de cada 100.000 mujeres son asesinadas en territorio boliviano, cifra que supera con amplitud a países con mucha violencia y criminalidad, como Brasil, donde el margen es de 1,1.
Y desde que se promulgó la ley de protección a las mujeres en 2013 se han registrado más de 820 feminicidios.
Un estudio reciente ha revelado que nueve de cada diez casos de feminicidios en Bolivia suceden en el entorno cercano de la víctima, en el que el principal agresor es el cónyuge y, en la mayor cantidad de los casos estudiados, las mujeres murieron a causa de los golpes o traumatismos, ubicando al país como uno de los más violentos (del mundo) para las mujeres.
El 1 de abril de 2021, en Bolivia se reportaron 31 feminicidios.
El 05 de julio de 2021, Bolivia registraba 53 feminicidios. Y el departamento con mayor incidencia de hechos de feminicidio es La Paz y, dentro de éste, El Alto, que es la ciudad “con mayor número de casos de feminicidio”.
El 23 de julio de 2021, Bolivia sumaba 67 feminicidios.
El 13 de septiembre de 2021, el Ministerio Público registraba 85 feminicidios.
Al 25 de noviembre de 2021, Bolivia confirmaba 98 casos de feminicidio. Con esta cifra, Bolivia se posiciona “a la cabeza de la región por este tipo de crímenes”. Como bien dice Nidya Pesántez, jefa de la oficina de ONU Mujeres en Bolivia, “(Bolivia) está encabezando la lista de los países que tienen mayor número de feminicidios".
El 21 de diciembre de 2021, la Fiscalía de Bolivia reportó que ya eran 107 los feminicidios a causa de la violencia machista.
Y el año 2021 cerró con ¡108 feminicidios! en todo el país.
Estos datos demuestran contundentemente que los crímenes por causa de la violencia machista, como son los feminicidios, mantienen la tendencia de años anteriores con tenebrosos registros de más de un centenar de casos por año.
Y lo más grave, el margen de condenas contra los feminicidas: criminales y asesinos de mujeres no llega ni al 15%. El resto o no es investigado o sus casos se quedan por años en los vericuetos del sistema judicial.
En este contexto violento, conviene preguntar-nos: ¿vamos a esperar -impávidamente- que este nuevo año 2022 vuelvan a ser asesinadas más de un centenar de nuestras hermanas, hijas y nietas?, ¿vamos a continuar en el mero lamento o con la sola condena moral cada vez que veamos las alarmantes cifras de mujeres asesinadas y avalando -con nuestra pasividad- la impunidad de los feminicidas?, ¿vamos a seguir apoyando la absoluta inacción del régimen MASista? Bueno, ahora son las/os lectoras/es quienes tienen la palabra.
| José Luis Saavedra es miembro de Somos Sur y profesor de teoría y política poscolonial.