La decisión se hizo esperar, pero Alex Hawke, el ministro de Inmigración australiano, ejerció finalmente la autoridad que le otorga su cargo y, a título personal, volvió a cancelar el visado de Novak Djokovic, que tiene la intención de defender el título de campeón del Abierto de Australia que arranca en Melbourne el próximo lunes, y que presenta al número uno del mundo como principal reclamo. El jugador serbio, a quien las Fuerzas Fronterizas del país ya le invalidaron el visado el miércoles de la semana pasada a su llegada al aeropuerto de Tullamarine, quedó en libertad este lunes, después de permanecer cinco días aislado en un hotel de cuarentena y de que el juez Anthony Kelly anulara la primera orden de detención. Los agentes le retuvieron al desembarcar por considerar irregular la exención médica que, sobre el papel, debía permitirle sortear los 14 días de cuarentena obligatorios impuestos por Australia a cualquier visitante no vacunado. Desde entonces, Inmigración, con Hawke al frente, ha estado evaluando cuál era el siguiente paso, y este llegó pocos minutos antes de las seis de la tarde de este viernes (hora australiana).
“Hoy he ejercido mi autoridad adscrita a la sección 133C(3) del Acta de Inmigración para cancelar la visa a Novak Djokovic, por motivos de salud y buen orden, basándome en el interés público”, declaró Hawke en un comunicado. “Antes de tomar esta decisión examiné cuidadosamente la información que me proporcionaron el Departamento del Interior, la Fuerza Fronteriza Australiana y el señor Djokovic”, prosigue el ministro, antes de finalizar: “El Gobierno de Scott Morrison está firmemente comprometido a proteger las fronteras de Australia, especialmente en relación con la pandemia covid-19”.
Djokovic cometió una irregularidad en su declaración de entrada en Australia, cuando respondió que “no” a la pregunta de si había viajado en los 14 días anteriores a su vuelo a Melbourne. El 25 de diciembre estaba en Belgrado y a finales de año se trasladó a Marbella, donde se entrenó en las instalaciones del club de tenis Puente Romano, y de ahí voló a Australia. Según el serbio, fue un fallo cometido por su equipo. Además, el tenista admitió que el 18 de diciembre acudió a una entrevista en Belgrado pese a saber que el día anterior, en el que ya había participado en un acto público, dio positivo.
Se espera que los abogados del tenista apelen de forma inminente una medida que acorrala a Nole a pocos días de su teórico debut en el torneo (el sorteo se realizó este jueves), y que podría suponer su detención en las próximas horas. En caso de que el recurso no prospere se iniciarían los trámites para su inmediata expulsión de Australia. Sin embargo, antes, Djokovic será interrogado de nuevo por los agentes de Inmigración. El tenista serbio dispone de un pasaporte diplomático, concedido por su país después de la Copa Davis de 2011 (llegaron a cuartos de final). Sin embargo, el departamento australiano de Inmigración asegura que este documento no otorga “ningún derecho o privilegio especial”.
Una hora después de hacerse pública la voluntad de Hawke fue el turno del primer ministro, Scott Morrison, que mantiene una estrecha relación con el primero, también a título personal. “Esta pandemia ha sido muy difícil para todos los australianos, que nos hemos mantenido unidos y hemos salvado vidas. Juntos hemos logrado una de las tasas de mortalidad más bajas, economías más fuertes y tasas de vacunación más altas del mundo”, abundaba Morrison. “Los australianos han hecho muchos sacrificios durante esta pandemia, y con razón esperan que se proteja el efecto de esos sacrificios”, remacha el mandatario, que afronta la etapa más difícil en número de casos nuevos desde la irrupción del virus. La gráfica de positivos se disparó a principios de este 2022, llegando el pasado miércoles a superar los 175.000 casos nuevos, el récord absoluto del país.Parte de la declaración de Djokovic para entrar en Australia, donde dice que no viajó en los 14 días previos a su vuelo a Australia.
La decisión de cancelar el visado a Djokovic se ha tomado entre fuertes tensiones políticas dentro de Australia, que celebra elecciones nacionales en mayo (la coalición liberal del actual primer ministro, Scott Morrison, busca un cuarto mandato consecutivo). El caso ha supuesto también un choque diplomático con Serbia por el trato “indecente”, según el país balcánico, que se le dispensó a Djokovic después de su primera detención en el aeropuerto. El martes, Morrison habló con la primera ministra serbia, Anna Brnabić. Según el comunicado oficial, el premier quiso dejar bien claro a su homóloga que las políticas fronterizas australianas no son en ningún caso discriminatorias, y que todo el dispositivo que se activó tenía como objetivo proteger el país en época de pandemia.
La organización del Abierto de Australia, de la mano con las autoridades sanitarias del Estado de Victoria, han decidido reducir al 50% el aforo de las gradas ―se dejarán de vender entradas cuando se llegue a ese porcentaje―, y el uso de mascarillas será obligatorio siempre y cuando no se esté comiendo o bebiendo.