Por: Manfredo Kempff Suárez |
“Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”, dice un viejo y sabio refrán popular. Es decir que, si a tu vecino lo agreden y le roban unos maleantes, pueden también estar pensando en asaltarte a vos. Y si este Gobierno infame ha invadido Potosí con más de dos mil policías con el pretexto de capturar a tres de sus dirigentes cívicos, incluido el valiente Marco Pumari, que fue apresado con el pretexto de que rechazara con fuego vivo las papeletas del fraude masista del 2019, ya podemos pensar lo que le espera a Santa Cruz, germen de la insurrección que encabezó Luis Fernando Camacho.
Algunos comentaristas de prestigio ya han manifestado que el Gobierno está en plenas maniobras “envolventes” para caer sobre Santa Cruz, la ciudad cerril, chúcara, que no se somete a los mandatos del centralismo. Y si aquellos comentaristas, con los que coincido plenamente, piensan que el objetivo de Arce es nuestro Departamento, bien haremos en estar preparados para resistir y que no nos suceda lo del Hotel Las Américas el 2009.
El año 2009, como recordaba Valverde, el primer golpe se dio en Pando, con la matanza de Porvenir y el cobarde apresamiento de Leopoldo Fernández. Debilitaron a la oposición, tumbaron gobernadores, y armaron el truculento tramado del terrorismo y separatismo, cuando el Gobierno mandó asesinar a tres personas y capturar a una cuarentena de ciudadanos cruceños que les resultaba incómodos. Hoy es Potosí, es Pumari, es Las Londras, Yeanine Añez, y se están relamiendo con sacarle provecho político a los ítems fantasmas, como si la ciudad tuviera la culpa de tanto cuerudo y sinvergüenza que pulula por nuestro Municipio.
No se debe descartar la posibilidad de que Santa Cruz sea invadida como Potosí y estar preparados para la resistencia, pacífica o no. Si nuestra capital sucumbe en manos del MAS (hay una gran quinta columna masista metida entre nosotros) la dictadura ya no tendrá a quien temerle y caerá sobre nosotros el dominio aymara. No creemos exagerar si afirmamos que existe verdadera desesperación en Evo Morales y sus cortesanos para allanar el camino hacia el gran Estado del Kollasuyu, meta indisimulada de conquista y dominio que enterrará al mal parido Estado Plurinacional, engendro sibilino.