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Entre enero a octubre de este año, se de la presente gestión, se registraron 818 conflictos en el territorio boliviano. Un estudio de la Fundación UNIR-Bolivia revela que en promedio el país experimentó tres conflictos por día.
De acuerdo a los datos de esta organización, el primer mes de 2021 despegó con 73 conflictos (un 75% de los cuales fueron nuevos y 25% se arrastraron de meses anteriores), cifra menor a la del mismo mes de 2020 (100) cuando aún no se había manifestado el covid-19 en el territorio nacional.
En dicho mes, según UNIR-Bolivia, los conflictos por problemas económicos representaron un 42% de todos los casos (el 23% en demanda de apoyo para cubrir necesidades básicas y un 19% por temas laborales). Un ejemplo es la movilización de los transportistas, apoyados por otros sectores, para exigir el diferimiento del pago de créditos debido a su incapacidad de cubrirlos por la disminución de sus ingresos, resume un análisis realizado del documento por El Deber.
Abril fue el mes más conflictivo en los últimos 16 meses. Se reportaron 102 conflictos (un 75% de los cuales son nuevos y el 25% surgido en los meses anteriores. Los conflictos por problemas de gestión institucional, los vinculados con la provisión de servicios públicos y referidos a medidas legales representaron un 12% del registro. Los departamentos del eje concentraron la mayoría de los conflictos.
En mayo (60) y junio (58) se redujo la cantidad de conflictos por la tercera ola del covid-19. A deducir de UNIR Bolivia, la cantidad de conflictos disminuyó debido a la fuerte incidencia de la tercera ola de contagios de covid-19, que colapsó los hospitales de Cochabamba, Oruro, Potosí, Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija y obligó a adoptar medidas de restricción en la circulación.
En junio, los conflictos por temas económicos fueron predominantes, especialmente por demandas para cubrir las necesidades básicas y también por cuestiones laborales. Los conflictos por la prestación de servicios públicos fueron fundamentalmente demandas al Gobierno central y a los municipales para que resuelvan los problemas de escasez de medicamentos y oxígeno por las que atravesaron los centros de salud, señala UNIR-Bolivia.
En octubre-corresponde el último recuento estadístico- UNIR Bolivia registró 78 conflictos en el país (de los cuales un 78% son nuevos y un 22% corresponden a demandas de meses pasados. De la variedad de casos registrados, el conflicto en rechazo a la Ley 1386 de Estrategia Nacional de Lucha Contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas y el de Adepcoca por el traslado del mercado de coca de Villa Fátima, concentraron la atención de la población a escala nacional.
Los conflictos por temas económicos y deficiencias en la gestión institucional fueron predominantes. La conflictividad vinculada a temas legales adquirió notoriedad por el rechazo de distintos sectores de la población a la adopción de normas que los afectan. Cochabamba, Santa Cruz, Oruro y Potosí concentraron los conflictos.
EFECTOS
Los bloqueos en Bolivia son un conflicto cada vez más polarizado que juega en contra del ecosistema empresarial, según el reporte del medio cruceño. Por ejemplo, el gerente general de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), Marcelo Olguín, considera que los cierres de carreteras afectan severamente las capacidades de reactivación económica, impactan negativamente a las exportaciones y la generación de empleos.
En promedio, según Olguín, el país mueve carga de exportación por vía terrestre por un valor de $us 8,5 millones diarios, lo que representan un movimiento promedio de 8.500 a 10.000 toneladas de carga diaria. “Este es el movimiento de carga que se afecta a causa de los bloqueos”, anotó.
A decir del presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Ibo Blazicevic, los paros y bloqueos restringen y perjudican las posibilidades de reactivación económica del sector industrial. Ambos factores, dijo que obstaculizan la circulación de mercancías por valor diario de $us 18 millones.
“El sector industrial experimenta una suerte de enclaustramiento al comercio exterior por los problemas en los puertos de Arica e Iquique, la crisis de contenedores, la sequía en la hidrovía Paraguay-Paraná, la falta de líneas aéreas de transporte de carga, etc. Se suman los problemas de paros y bloqueos locales, lo cual limita la reactivación”, anotó Blazicevic.
En tanto, la Cámara Nacional de Comercio (CNC) infiere que los bloqueos y la conflictividad incrementan la incertidumbre para los inversores, obstaculizan los esfuerzos de reactivación de la economía y deterioran el clima de negocios en el país.
Normalmente, la conflictividad -deducen- genera sobrecostos para las actividades económicas en el país por concepto, entre otros, en temas de logística y transporte, lo cual repercute en la productividad del negocio y genera baja competitividad ante otros mercados. El sector estima que por día Bolivia puede llegar a perder alrededor de $us 100 millones.