Vía: France24 |
Yunior García, el artista y dramaturgo cubano que promovió la frustrada manifestación del pasado 15 de noviembre en La Habana, aseguró que el movimiento de protesta que lideró continuaría sin él, ahora que se encuentra en el exilio. El activista, de 39 años, llegó a Madrid el miércoles después de recibir advertencias de las autoridades cubanas y de obtener una visa del Gobierno español.
"No se trata de una persona, no se trata de un individuo. Tenemos que romper con este círculo vicioso en Cuba de creer que algún mesías tiene todas las respuestas". Con estas palabras, el disidente cubano, Yunior García, dejó claro que los esfuerzos prodemocracia en su nación de origen deben continuar, independientemente de quien los lidere dentro de la isla.
García agregó que el movimiento que ha encabezado, Archipiélago, no perdería fuerza y que sería duradero.
Sus declaraciones se produjeron durante una rueda de prensa este 18 de noviembre desde Madrid a donde llegó un día antes, después de que el Gobierno cubano frustrara la marcha que el artista promovió para el pasado 15 de noviembre.
En el encuentro con los medios de comunicación, en el que por momentos trató de contener las lágrimas, el activista señaló que esperaba que la Policía de su país lo detuviera o lo amenazara al intentar salir de Cuba.
Pero dijo que cree que el Gobierno lo dejó irse como una forma de silenciarlo y evitar que se convirtiera en un símbolo demasiado fuerte en su tierra natal. No obstante, se fue para dar voz a los reprimidos, indicó.
Finalmente pudo viajar en calidad de turista tras una visa obtenida con ayuda de personas y organizaciones de España y de su país, de los que no quiso dar detalles por posibles represalias.
El oficialismo, en las redes sociales y estatales ha acusado a García de supuestamente trabajar de forma encubierta con Estados Unidos para derrocar al Estado. Señalamientos que rechaza. "Nunca he recibido un centavo de Washington", sostuvo.
Yunior García, un representante de las nuevas voces disidentes
El dramaturgo, conocido por sus obras teatrales y sus guiones para televisión y cine, y aislado de consignas políticas, asumió otro papel después de que en noviembre de 2020 cientos de artistas en La Habana reclamaran mayor libertad.
Esas manifestaciones atrajeron a miles de personas a las calles para expresarse contra la escasez de productos básicos, las restricciones a las libertades civiles y el manejo de la pandemia del Covid-19.
Fueron las mayores protestas antigubernamentales jamás vistas en la nación desde la revolución de Fidel Castro en 1959.
En un año su nombre cobró relevancia y captó la atención internacional.
Desde el movimiento Archipiélago, se ha erigido como una de las principales voces de la oposición cubana, en la que los artistas han cobrado gran importancia para exigir libertad y democracia. Una misión que confía continuará y que espera respaldar desde el exilio.
Con Reuters y EFE