Cuando un ser humano es llevado al extremo del dolor, busca en la muerte el alivio que le niega su entorno.
Jeanine Añez no necesita más adecuados medicamentos ni una evaluación médica independiente, necesita su libertad.
La expresidente está encarcelada sin motivo y torturada sin piedad.
La Constitución prohíbe su detención como ex mandataria. La Constitución prohíbe su detención y allanamiento de morada en su condición de exsenadora. La Constitución prohíbe la tortura.
Está acusada de un golpe de Estado. Pero ¿no recuerdan que cuando Evo Morales abandonó la presidencia ella estaba en Trinidad, viendo las noticias por TV, tejiendo y comiendo mojadito?
Ella no obligó a sus colegas asambleístas del MAS a renunciar. Hoy se sabe quién lo hizo. Ella asumió la presidencia del Senado y del Estado porque le tocó. Ella. No hizo renunciar a nadie, ni siquiera a Lanchipa, lamentablemente.
Está torturada. El aislamiento es tortura. No la dejan recibir visitas, salvo 10 minutos de su abogada o hija. No la dejan escuchar radio, no ve televisión, no dispone de celular, no la dejan escribir, cuando sale al baño reclusas pagadas le gritan “asesina”, no le permiten recibir atención médica adecuada, en situación extrema la llevan por 10 minutos y sin consultarle al hospital público ellos quieren, donde hay “médicos “ graduados en Cuba.
Cuatro veces los jueces del régimen le han negado su libertad. Sus carceleros no quieren siquiera mencionar su nombre. Se dirigen a ella como “la rea “. Sabe que su departamento en Trinidad ha sido asaltado, que sus hijos están sin dinero porque su cuenta bancaria ha sido congelada. La injusticia causa tanto dolor que no se puede más. Intentó poner fin a esta tortura y no lo logró. Ni siquiera en esta situación externa han permitido que se interne en una clínica. Lo que sí, generosamente, accedieron a que su hijo guarde detención junto a ella.
En Chile, el presidente socialista Salvador Allende, cuando no pudo más, en 1973 se suicidó en la Moneda.
APARECE LA PRIMERA IMAGEN DE ÁÑEZ Y SUS LESIONES
Vía: El Deber |
Este domingo los periódicos El Deber de Santa Cruz y Página Siete de La Paz difundieron en sus ediciones digitales una fotografía tomada con un dispositivo móvil en la que se observa a la expresidenta Jeanine Áñez y los vendajes en su muñeca y antebrazo izquierdos después de los cortes que se realizó este sábado en la mañana en un intento por quitarse la vida.
Mientras el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, y el comandante de la Policía, Johnny Aguilera, minimizaron lo ocurrido con la expresidenta transitoria, Carolina Ribera, hija mayor de Áñez, dijo desconsolada textualmente: “Casi lo logra” y comentó que el personal médico del penal de Miraflores tuvo que hacerle “varios puntos” de sutura. Régimen Penitenciario dispuso que un familiar de Áñez pase las noches con ella en la cárcel hasta su restablecimiento.
JEANINE ÁÑEZ ESTÁ DOPADA, NO RECUERDA NADA, DENUNCIA SU HIJA CAROLINA RIBERA
Vía: Público.bo |
La expresidente fue sometida a un tratamiento con ansiolíticos y el sábado intentó suicidarse.
Carolina Ribera, hija mayor de la expresidenta Jeanine Añez, informó este lunes que su madre se encuentra “dopada, sedada” y “no recuerda nada” de lo que ocurrió durante el fin de semana, cuando intentó quitarse la vida, reportó Página Siete Digital con base a una declaración de Ribera a la red Unitel.
“Ella está totalmente dopada, sedada, en un estado de shock, dice que no se acuerda qué fue lo que le pasó, no se acuerda de nada”, dijo la hija de la exmandataria.
Señaló que desde el Gobierno esta situación fue provocada y que ahora la exmandataria sufre un cuadro de depresión severa, por lo que debe estar acompañada de manera permanente por un familiar.
“Tuvo que pasar este hecho que ellos provocaron, para que (mi madre) pueda estar acompañada por un familiar; antes nos dejaban ingresar una vez al día por 15 o 20 minutos y hasta el psiquiatra dijo que mi madre está en una depresión severa y necesita estar con su familia”, agregó la hija de la exmandataria.
El sábado por la mañana, la expresidenta intentó quitarse la vida al interior del penal de Miraflores, ocasionándose cortes en los brazos. A partir de este hecho, políticos y representantes de organizaciones civiles se manifestaron para expresar su solidaridad por la expresidente, en tanto que el Gobierno afirmó que la condición de Añez es estable.
JEANINE Y EL NOMBRE DE LA ROSA
Por: Luis Fernando Avendaño |
En la novela de Umberto Eco hay todo un capítulo dedicado a la importancia de los nombres, y es justamente de ahí que sale el título de su obra.
Me vino a la memoria esto ahora que el Gobierno tiene presa a Jeanine Áñez y la califica con términos por demás humillantes (eso al margen del tratamiento que de por sí es indigno para una exmandataria y para cualquier ser humano).
El MAS, en su intento de reescribir la historia, habla de “golpe”, niega la sucesión constitucional, cuestiona el que una senadora se haya atribuido la presidencia del Senado y del país. “Esta mujer no merece ni siquiera ser llamada expresidenta”, sentenció hace unos meses con todo su desprecio el ministro de Gobierno Eduardo del Castillo.
Fiel a esa política, en las audiencias de Áñez y en las invitaciones a la prensa, los ministerios de Justicia y de Gobierno se han referido a ella como “la rea”. Después de que la prensa advirtiera que ese nombre se aplica sólo a quienes ya tienen sentencia ejecutoriada, se cambió el término por el eufemismo “la privada de libertad”.
Mucho favor le hacen, ¿verdad? Por lo demás, el tratamiento recibido ha sido de lo más indigno, se le ha negado un juicio de responsabilidades que debió haberse gestionado mediante la Asamblea Legislativa, se le dictó una detención preventiva de seis meses, luego otros seis meses más (por si acaso), se le puso cuanta traba burocrática pudo existir para acceder a sus exámenes de salud, se la ha tratado de la manera más indigna posible … ¿Qué nombre tiene eso? No, eso, simplemente, no tiene nombre… a no ser que le llamemos infamia.
Y en cuanto a Jeanine Áñez, ella simplemente ha sido el eslabón más débil en el que el MAS pudo concretar su venganza, el “chivo expiatorio”. Jeanine Áñez es una presa política. Ese es el nombre de la rosa: presa política.