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Por: Edwin Herrera Salinas |
La declaración del general de la Fuerza Aérea Jorge Terceros Lara a los fiscales del caso del supuesto “golpe de Estado”, que describe con detalle cronológico las reuniones del poder político con el Alto Mando Militar en noviembre de 2019, es valiosa por dos razones: porque generalmente esas evaluaciones son consideradas y tratadas como algo secreto, y porque completa el rompecabezas de la crisis política con lo sucedido antes de la renuncia de Evo Morales a la Presidencia y la cadena sucesoria, antes del 10 del noviembre e incluso un día después.
Por supuesto que la declaración del general Terceros inclina la balanza a favor de posiciones que rechazan el relato oficialista de un “golpe de Estado”. Favorece a los obispos católicos y su informe-memoria, favorece al discurso político y mediático de que en realidad se generó deliberadamente un vacío de poder para que la enfermedad sea irónicamente el remedio, favorece a la situación judicial de la ex presidenta Jeanine Áñez que busca por todos los medios recuperar su libertad.
Y claro, desfavorece la teoría del masismo porque habla de que los miembros del Alto Mando Militar seguían cumpliendo órdenes de Morales pese a que él ya había renunciado, habla de una planificación para que se produzca un enfrentamiento entre seguidores del MAS y ciudadanos que bloqueaban las calles de la sede de gobierno protestando por el fraude electoral, habla de las amenazas que habrían vociferado Morales y García Linera para que se permita su traslado a México en un avión de esa nación dejando atrás el vacío de poder y un país enfrentado.
La declaración del general, ahora detenido en el penal de Palmasola, ha sido materia prima de titulares y editoriales de medios tradicionales y digitales del país, y si bien es tratada desde distintas perspectivas, pro oficialistas y opositoras, confirman que los grandes protagonistas de esos críticos momentos fueron el entonces presidente y capitán general de las Fuerzas Armadas, el “hermano” Evo Morales; y el comandante en jefe de la institución armada, el general Williams Kaliman Romero.
En procura de saber qué realmente ocurrió o como dicen los abogados mediáticos: “en busca de la verdad histórica de los hechos”, se hace urgente que el Ministerio Público emita una notificación fijando día y hora para que Morales declare ante los fiscales sobre sobre lo dicho por ex jefes militares, jerarcas de la Iglesia Católica, su sucesora transitoria en la Presidencia, líderes políticos de oposición y ex autoridades electas de su partido, entre otros, pero principalmente para conocer su versión judicial sobre los sucesos que pusieron al país al borde del abismo.
Morales afirmó este lunes que no fue citado por la Fiscalía y “que tampoco corresponde” ser convocado. ¿Temor a la verdad? ¿Aprehensión por posibles contradicciones? ¿Pavor porque se confirme que nunca hubo golpe de Estado? ¿Desconfianza de que la justicia comience a liberarse del sometimiento político? No debería preocuparse. Con solo repetir lo que dice cada domingo en la radio cocalera del Chapare o en su cuenta de Twitter, el relato discursivo del “golpe” podría convertirse en verdad refrendada por una instancia judicial.
Magaly Bustamante, integrante de la comisión de fiscales a cargo del caso del supuesto “golpe de Estado”, mencionó que se está analizando la convocatoria de Morales y García Linera para “hacer las preguntas necesarias y poder individualizar la participación de los actores si es que la tuvieren”. Queda esperar la decisión, aunque la Agencia de Noticias Fides informó que los ex mandatarios ya fueron convocados en calidad de víctimas en enero de este año, sobre la base de declaraciones del abogado de los ex jefes militares, Eusebio Vera, y el polémico periodista Carlos Valverde dijo este martes en su programa Sin Compostura que la convocatoria es de diciembre de 2020. Sin embargo, no existe registro de que hayan comparecido.
En el caso de Kaliman, es importante conocer su palabra para saber si lo declarado por el ex Comandante de la Fuerza Aérea Boliviana realmente ocurrió en las reuniones del poder político con el Alto Mando Militar antes de la renuncia de Morales, el mismo día de la dimisión con un comunicado para hacer quedar bien a la institución castrense, y lo que sucedió despúes, cuando los ex gobernantes dejaron el país rumbo a México para refugiarse y desde donde comenzaron a denunciar que eran víctimas de un “golpe de Estado”.
Por supuesto que hay otros miembros del Alto Mando militar que participaron en esa etapa crítica para el país y que también se encuentran detenidos. Su voz es importante a la luz de la declaración del general Terceros, pero la versión del ex Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas ayudaría a encontrar la verdad que es finalmente lo que debería perseguir la investigación fiscal y la actuación de la justicia, aunque ya se sabe que en nuestro país eso es una triste utopía.
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