Por: Amalia Pando |
Después de 62 años, en una mañana de domingo y sorprendiendo al régimen, el pueblo de Cuba, miles y miles en 22 ciudades tomaron las calles bajo el grito ¡Abajo la dictadura, Libertad, Libertad!
Y aunque el levantamiento popular fue sofocado al día siguiente con muertos, cientos de detenidos y un apagón del Internet, nada podrá borrar lo ocurrido.
Es el fin de la utopía socialista. Sin embargo, todavía es insuficiente para hacer tambalear a una bien atornillada y oxidada dictadura. Para ver la aurora de una Cuba democrática se necesita más de una explosión social, que llegarán, como oleadas, porque ya no se soporta tanta hambruna y represión. Comenzaron los poetas a principio de año, con el movimiento San Isidro, con Patria y Vida, y vean cómo creció la marea, la protesta.
NADIE DIJO QUE SERÍA FÁCIL
Nosotros, en Bolivia, el 2019 ganamos, tumbamos el prorroguismo y luego perdimos.
En Kirguistán triunfaron. En octubre del 2020, el pueblo salió a las calles contra el fraude electoral y luego de 10 días de convulsión social, el dictador Jeenbekov renunció y no volvió nunca más .
En Bielorrusia, en agosto del año pasado, el pueblo también se levantó contra el fraude electoral montado para un sexto período consecutivo del dictador Lucashenko, protegido de Putin. Lo arrinconaron con colosales marchas y concentraciones que se prolongaron a lo largo del año, pero no lograron recuperar la democracia.
Algo peor pasó con la Primavera Árabe de los años 2010-2012 que también fue convocada en ocho países por jóvenes a través del Internet. Multitudes en las calles lograron derrocar añejas dictaduras como las de Mubarak en Egipto o Gadafi en Libia, pero solo Túnez, en el norte de África, allí donde se encendió la chispa, pudo sostener su naciente democracia. El resto padeció cruentas y devastadoras guerras civiles o golpes de Estado que sepultaron en un opaco invierno aquella primavera en la que flamearon las banderas de la libertad.
EL REBROTE DE LAS DICTADURAS EN AMÉRICA LATINA
A pesar de las derrotas o las victorias a medias, los pueblos en cualquier rincón del planeta volverán a intentar, una y otra vez, porque la libertad y la democracia son causas irrenunciables.
En nuestra región, los pueblos de Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela necesitamos unirnos contra las dictaduras como ellos lo hacen para someternos a través del ALBA y el Foro de Sao Paulo. Tienen además el propósito descarado de expandirse a otros países.
Son dictaduras a contrapelo de la Historia que mantienen a una camarilla que se enriquece con las estatizaciones y el manejo arbitrario del poder. Sin mencionar otros turbios y lucrativos negocios que florecen en Bolivia.
El pasado 11 de julio, gracias a esa corajuda movilización, el modelo al que nos quieren arrastrar ha mostrado en Cuba toda su miseria. ¿Quién puede en su sano juicio querer imitar un modelo donde la gente se mata por un pan o un medicamento?
BOLIVIA, TU CLAMOR ES EL MISMO
En Bolivia gobierna un triunvirato, lo reconoció el ministro de la Presidencia, Jorge Richter. Dijo que está conformado por Evo Morales, Luis Arce y David Choquehuenca.
A este gobierno “de facto” obviamente no lo eligió nadie. Es resultado de un autogolpe propinado desde el Chapare por Evo Morales. En las últimas elecciones nacionales, del pasado 18 de octubre, la mayoría eligió a un binomio, no a un triunvirato.
La detención de la expresidente Jeanine Añez, el 12 de marzo, hace cuatro meses, marcó el inicio de una gestión dictatorial que ya no tiene límites constitucionales. Otra prueba de ello ha sido la destitución ilegal y arbitraria por parte de Luis Arce de vocales de los Tribunales Electorales Departamentales para reemplazarlos por militantes del MAS.
DEMENCIA POLÍTICA
Cuando se pierde la noción de la realidad estamos frente a un cuadro de demencia. El triunvirato quiere encarcelar y enjuiciar a los expresidentes Mauricio Macri de la Argentina y Lenin Moreno del Ecuador, a representantes de la Comunidad Europea, de la Iglesia Católica, a todos los dirigentes de la oposición, exministros, viceministros, ex jefes de la Policía y las Fuerzas Armadas, y a muchos más.
Es imposible y poco conveniente discutir con un loco que se cree Napoleón o que asegura que renunció y huyó por un golpe de Estado.
Decenas de periodistas, activistas y políticos se han desgañitando escribiendo y explicando que en noviembre de 2019 hubo un monumental fraude electoral y no un golpe de Estado.
Pero de nada sirve, no hay forma de hacerles entrar en razón. Se están haciendo los locos, mienten, falsifican documentos, persiguen, encarcelan y patean la Constitución para cumplir un objetivo político: Acabar con la oposición y consolidar su dictadura.
No necesitamos esperar otros 4 años para saber qué pasará en las próximas elecciones. Es cuestión de mirar hacia Nicaragua o Venezuela donde Ortega y Maduro se reeligen con facilidad en comicios donde no tienen competencia pues los principales candidatos de oposición están presos o inhabilitados.
AHORA ES CUANDO
No podemos esperar 62 años como los cubanos. Cada día que pasa se hace más difícil. La pandemia, el desempleo, el miedo a ser aprehendido, todo conspira a favor del gobierno.
Sin embargo, los familiares de los detenidos políticos, las esposas de policías y militares perseguidos, los Comités Cívicos, CONADE, gremios castigados como el de los médicos y autoridades y parlamentarios de oposición recientemente electos, todos tenemos que saber que la dictadura marcha sobre rieles y que nadie se salvará de las consecuencias por su propia cuenta.
Se busca quién coordine y se ponga a la cabeza, con cojones a las calles, como lo hicieron en Cuba.