La Selección boliviana de básquetbol cayó ante su similar de Paraguay por 77 a 49 puntos, resultado que le puso fin a la ilusión de pelear por un boleto al Mundial FIBA 2023. El encuentro se disputó en el coliseo del Centro de Entrenamiento Olímpico de Santiago.
Bolivia jugó uno de sus peores partidos. No engranó el equipo, la imprecisión en los pases fue una constante, hubo mucha inefectividad en los lanzamientos desde la línea de los tres puntos y bajo el aro, se perdió en la mayoría de los rebotes y dejó jugar al rival a gusto y placer. El plan defensivo fue desordenado, sin coordinación y con poca actitud para rescatar los rebotes.
La lesión de Joshua Reaves, a los 2’28” del tercer cuarto, fue determinante para un bajón en el equipo nacional. Pese a que el basquetbolista estadounidense-boliviano no estaba en una noche inspirada, porque falló en los disparos dentro y fuera de la bomba, les dio confianza y seguridad a sus compañeros, aspectos que se perdieron con su salida por un tirón en el muslo posterior de la pierna izquierda.
Antes del cambio obligado, era una preocupación para el cuadro paraguayo que le impuso una marca personal rotatoria para bloquear su función de armador y juego ofensivo, pero a partir de su salida Paraguay se mostró más firme y sólido para desarrollar su plan de sacar adelante el partido por una buena diferencia de aros para acariciar el pase a la siguiente ronda clasificatoria al Mundial.
El cansancio fue otro elemento que jugó en contra, porque los jugadores no respondieron al ritmo que propuso el contrario, que con pases rápidos desgastó a los bolivianos, que al final fueron una presa fácil.
La Selección demostró que puede crecer y mejorar para pelear en igualdad de condiciones contra otros seleccionados si contara con el apoyo de las autoridades deportivas del país.