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Por: Edwin Herrera |
No es resultado de una perspicaz entrevista de alguna o algún periodista nacional o extranjero. No. Evo Morales usó radio Kawsachun Coca del trópico cochabambino, que parece de su propiedad los domingos en la mañana, para revelar cómo desde Argentina, en 2020, se entrometió en las acciones y decisiones de tres de los más altos tribunales bolivianos que podían afectar al MAS y al proceso electoral del año pasado, y provocar una nueva sucesión constitucional. Contó cómo se salió con la suya en el Tribunal Supremo Electoral, Tribunal Constitucional y Tribunal Supremo de Justicia.
¿Qué buscan las confesiones de intromisión y manipulación en los principales tribunales del país?
¿Qué la opinión pública olvide que en un video Morales sepultó la teoría del “golpe de Estado” cuando avaló la constitucionalidad de la presidencia transitoria de Jeanine Áñez?
¿Qué ya no se hable de las consecuencias del dictamen de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en Bolivia sobre la reelección presidencial indefinida?
¿Qué Evo sigue mandando en los cuatro órganos del Estado como lo hizo durante 14 años? ¿A quiénes va dirigido el mensaje?
Con la comodidad de decir lo que quiera en la radio cocalera, Morales comentó una a una las conexiones que estableció desde Buenos Aires con integrantes de los tres altos tribunales para, por ejemplo, asegurarse que no se cancele la sigla política del MAS luego de que el entonces candidato presidencial del MAS, Luis Arce, comentó orgulloso los resultados de encuestas internas en un medio de comunicación.
Alianzas políticas, plataformas ciudadanas y comités cívicos presentaron demandas ante el Tribunal Supremo Electoral, que derivó el caso al Tribunal Constitucional Plurinacional porque el MAS interpuso una acción concreta de inconstitucionalidad que, sin embargo, fue rechazada por esa instancia y admitió otro recurso de carácter consultivo presentado por el TSE. En concreto el Tribunal Electoral no podía hacer nada hasta que el TCP resuelva el recurso en la capital del país.
“Textualmente, los miembros del Tribunal Supremo Electoral me decían: ‘Evo tenemos presiones internas y externas para eliminar al MAS’. Tenía que hablar desde Argentina con el Tribunal Constitucional y ganamos esa batalla. Cuando ganamos esa batalla qué dijeron desde el norte, desde Estados Unidos: ‘Va el MAS sin Evo’”, dijo en Kawsachun Coca.
Sobre la fecha de las elecciones nacionales de 2020 que tuvo tres postergaciones por la irrupción del coronavirus en Bolivia, Morales contó, según el diario El Deber, que ante la preocupación del MAS de que el gobierno transitorio pueda reponerse “he sido partícipe para postergar, porque finalmente el Tribunal Supremo Electoral se comunicó conmigo mediante algunos compañeros para postergar; yo calculé ¡qué mejor!, porque el gobierno de facto con la pandemia se estaba hundiendo, más la corrupción”.
La Agencia de Noticias Fides reportó este domingo que en agosto de 2020, cuando se negociaba la fecha límite de los comicios presidenciales con sectores del MAS, los vocales del TSE Francisco Vargas y Daniel Atahuichi enviaron una nota al presidente de esa entidad, Salvador Romero, solicitando "reconsiderar" la fecha fijada para el 18 de octubre en reunión de Sala Plena, el 23 de julio. Queda claro que pesó más el “cálculo” político de Morales que la inquietud del MAS y sus vocales electorales que ya no insistieron en anticipar la fecha de las elecciones generales.
La intromisión de Morales también alcanzó al Tribunal Supremo de Justicia. “Una tarde estaba haciendo ejercicio y recibo una llamada del Tribunal Supremo de Justicia y me dicen si Eva Copa y Sergio Choque podían renunciar a la sucesión constitucional; reaccione y pregunto: ‘¿para qué?’. Querían que la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia sea presidenta (de Bolivia), entonces yo dije: ‘No está en nuestros planes asumir la Presidencia, aquí son elecciones, hasta medianoche negociamos”, publicó El Deber.
"Ya tenían todo preparado para dejar la presidencia al Tribunal Supremo de Justicia, en una semana hemos cambiado a la presidenta del tribunal (María Cristina Díaz)”, comentó Morales, según ANF. “Ahí estaba comprometido (Luis Fernando) Camacho, algún sector de los militares, algún sector de la justicia boliviana, (pero) tumbamos eso desde Argentina".
Más allá de sus confesiones de intromisión y manipulación, Morales claramente envió un mensaje a quienes dentro y fuera del MAS piensa que pasó a la jubilación política y perdió el poder que ostentó durante 14 años. Mostró que sólo con levantar el teléfono contacta, negocia y finalmente da órdenes en el Ejecutivo, presidido por Luis Arce, pero también en las máximas instancias de los otros órganos de poder, aparentemente independientes. Ahora la pregunta es: ¿desesperación personal o advertencia política?
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