Por: Zulema Alanes B |
El exministro de Gobierno, Arturo Murillo, es el preso No 02358-506 del Centro Federal de Detención (FDC, por su sigla en inglés) de Miami, Estados Unidos. El hombre más influyente del gobierno de Jeanine Añez, pasó a ser el prófugo número uno del régimen transitorio y terminó detenido por el FBI por soborno y lavado de dinero.
No pasaron 200 días desde que Murillo aparecía detrás de la silla presidencial como el “hombre fuerte”, el que hacía y deshacía y eliminaba cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino. Dejó librada a su suerte a Añez y fugó a Estados Unidos donde deberá enfrentar un proceso penal que podría costarle al menos 20 años de cárcel.
Su detención ocurrió este miércoles por orden del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, que cuatro días antes también determinó la detención de dos ciudadanos bolivianos y tres ciudadanos estadounidenses acusados de recibir sobornos y utilizar el sistema financiero estadounidense para lavar dineros de la corrupción.
A poco de ser detenido, compareció 21 minutos ante una Corte del Sur de Florida. A pedido de su abogada, el magistrado Jonathan Goodman, a cargo de su caso, suspendió la audiencia hasta el próximo 7 de junio a las 10:00 de la mañana, fecha en la que se pronunciará sobre la situación del exministro.
“Arturo Carlos Murillo Prijic, 57, Sergio Rodrigo Méndez Mendizábal, 51, Luis Berkman, 58, Bryan Berkman, 36 y Philip Lichtenfeld, 48, participaron en el esquema de soborno entre aproximadamente noviembre de 2019 y abril de 2020” detalla la investigación que sustenta la acusación del Departamento de Justicia.
Añade que “Luis Berkman, Bryan Berkman y Lichtenfeld pagaron $ 602,000 en sobornos a funcionarios del gobierno boliviano en beneficio de Murillo, el exministro de Gobierno de Bolivia, Méndez, el exjefe de gabinete del Ministerio de Gobierno de Bolivia y otro boliviano, funcionario del gobierno. Los sobornos se pagaron para que la empresa de Bryan Berkman con sede en Florida obtuviera y mantuviera negocios del Ministerio de Defensa de Bolivia, específicamente, un contrato de aproximadamente $ 5.6 millones para proporcionar al Ministerio de Defensa de Bolivia gas lacrimógeno y otros equipos no letales”.
UN CLAN DE CORRUPCIÓN
El hecho que ahora se investiga en Estados Unidos fue denunciado en mayo de 2020 en Bolivia por el canal Gigavisión que apuntó a Murillo como el estratega de un clan de corrupción para hacerse de dineros del Estado a través de la compra irregular de miles de cartuchos de gases lacrimógenos y otras armas no letales a través de intermediarios.
Entonces, Murillo negó que hubiera alguna irregularidad, pero nunca explicó por qué contrató a una empresa intermediadora y por qué pagó más del doble del precio y complicó en la transacción al ministro de Defensa, Luis Fernando López, que terminó firmando los contratos y dando la cara para tratar de justificar lo injustificable.
Tras la detención de Murillo en Estados Unidos, en Bolivia, empezaron a descubrirse los nexos del clan familiar del tristemente célebre exministro de Gobierno. Este miércoles fue detenido en Cochabamba su cuñado, Daniel Aliss Paredes, luego de retirar dinero y retirar objetos de valor de la caja de seguridad de una entidad bancaria. También fue detenido el expolicía Daniel Bellot que formaba parte del equipo de seguridad de la exautoridad por su participación en la compra de equipos y municiones antimotines.
El hecho ya fue motivo de investigación en Bolivia. La Asamblea Legislativa conformó una comisión de investigación y aprobó un informe el 26 de octubre del pasado año que fue remitido fue remitido a la Fiscalía General del Estado, la Contraloría General del Estado; la Procuraduría General del Estado que debían investigar e instaurar contra los exministros Arturo Murillo, Fernando López, Yerko Nuñez, Óscar Ortiz y el entonces Presidente de la Aduana, Waldo Ramos Jurado.
EL “BOLAS” AUTORITARIO Y CORRUPTO
En septiembre de 2020, Cabildeo Digital caracterizó a Arturo Murillo como “el personaje más influyente detrás de la silla presidencial. El “hombre fuerte” que hace y deshace en el gobierno y elimina cualquier obstáculo que se interponga en su camino” y proyectó que a poco de dejar su cargo “pasará a ser un investigado por la Justicia”.
Esas previsiones fueron hechas luego que Murillo había logrado la destitución del Procurador General y de tres ministros. Nadie se explicaba cómo el hombre que durante más de una década vivió a la sombra de Samuel Doria Medina, se empoderó tanto desde el cargo que le confió Jeanine Añez el primer día de su mandato.
Entonces, a pocas horas de su salida del Gabinete, el exministro de Economía, Óscar Ortiz, describió a Murillo como un personaje sin la capacidad suficiente, pero con la ambición necesaria para controlar todo el poder y, aseguró, que Añez le entregó “todo el control del Gobierno, del Ejecutivo, de la misma Presidencia”. No se reservó detalles sobre la actuación de Murillo al interior del Gobierno y aseguró que está borracho de poder.
Aseguró que el Ministro de Gobierno no tenía “ni la capacidad ni la serenidad para enfrentar los graves problemas que tiene Bolivia por delante” y lo responsabilizó de que “muchas cosas hayan salido mal”.
El exprocurador, José María Cabrera, lo describió como “un hombre intolerante, de trato muy difícil” y aseguró que, sin dudar, “puedo decir que su estilo de gobernar contradice los principios del estado de derecho y de la democracia”.
En círculos de Unidad Nacional, el partido al que renunció Murillo en noviembre de 2018, no se explican su cambio tan radical y aseguran que mientras estuvo a la sombra de Doria Medina, controló todos sus impulsos autoritarios y se conformó con el apelativo de “el bolas”.
Tras su detención en Estados Unidos, el líder de Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina, escribió en su cuenta de Twitter que “Arturo Murillo dejó UN el 2018, su visión autoritaria generó desavenencias en la oposición democrática. Varias veces observé públicamente su accionar como ministro. La corrupción indigna venga de donde venga. Que se investigue y sancione con debido proceso”.
Carlos Mesa dijo que el exministro de gobierno “evidencia la vergonzosa degradación de quienes debían servir al pueblo” y demandó “una investigación imparcial en Bolivia para llegar al fondo de este caso”.
Y Tuto Quiroga dijo que “todos los integrantes de esta pandilla deberán cumplir las condenas que les aplique la justicia en EEUU y después ser enviados a Bolivia a purgar sus delitos. Han manchado la imagen nacional y robado nuestro futuro”.
DE “BOLAS “ MURILLO A “RASPUTÍN” MURILLO. Tiene todo el control del gobierno y de la presidencia
http://www.cabildeodigital.com/2020/09/de-bolas-murillo-al-rasputin-murillo.html